
Andri Yermak se despidió de su cargo antes de anunciar públicamente su decisión de formar parte de las operaciones militares ucranianas, tras enfatizar que nunca recibió el respaldo esperado frente a las acusaciones que desencadenaron su caída. Según informó NY Post, Yermak envió mensajes en los que insistía sobre su “honestidad y decencia” y su determinación de abandonar cualquier posición institucional para presentarse en el frente de batalla, defendiendo que la situación actual le resultaba insostenible ante la falta de apoyo a su dignidad personal.
La renuncia de Yermak, acontecida el viernes, surgió tras la apertura de una investigación en su contra derivada de un escándalo por supuesta corrupción en el sector energético. De acuerdo con NY Post, la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (NABU) y la Fiscalía Especializada Anticorrupción (SAPO) iniciaron el mismo día “diligencias de investigación (registros)” en la sede de la oficina presidencial de Ucrania. Estas actuaciones se registraron después de que salieran a la luz alegatos de un entramado de irregularidades, los cuales conformaron la operación denominada ‘Midas’.
El escándalo obligó a los organismos anticorrupción ucranianos a registrar además la sede de la empresa estatal Energoatom, que gestiona la energía atómica del país. De acuerdo con los datos publicados por NY Post, estas medidas respondieron al descubrimiento de actividades sospechosas relacionadas con la gestión del sector energético, situando nuevamente a Ucrania en el epicentro del debate sobre la corrupción, un tema recurrente y considerado uno de los principales retos para su aspiración de integrarse en la Unión Europea.
En los mensajes remitidos al NY Post, Yermak sostuvo su inocencia y lamentó la reacción institucional y social tras la apertura de la causa en su contra. Según sus propias palabras difundidas por el medio estadounidense, manifestó: “Soy una persona honesta y decente”, y lamentó el trato recibido durante el proceso: “Me han profanado, mi dignidad no ha sido protegida”, argumento al que sumó la falta de respaldo por parte de quienes, según él, conocen la verdad sobre su conducta.
Yermak también destacó que su residencia en Kiev desde el 24 de febrero de 2022, fecha de inicio de la ofensiva rusa, refleja su compromiso con Ucrania y con la causa nacional. En su declaración, recogida por NY Post, subrayó: “Me he quedado en Kiev desde el 24 de febrero de 2022”. Señaló su rechazo absoluto a la “inmundicia dirigida” hacia él y expresó aún mayor repudio a quienes no ofrecieron el apoyo que esperaba.
En medio de la situación, Yermak anunció su decisión de unirse al frente de combate en lugar de continuar en un entorno político que, en su opinión, podría generar más dificultades al presidente Volodímir Zelenski. “Me voy al frente y estoy preparado para cualquier represalia”, sentenció en su comunicación con NY Post, justificando así su paso a la vida militar activa y alejándose de sus responsabilidades en el entorno presidencial.
De acuerdo con la información de NY Post, la dimisión de Yermak afecta notablemente a la estructura cercana al presidente Zelenski, dado que el exasesor era una figura fundamental tanto en la formulación de políticas internas como en el plano internacional, en donde desempeñaba el papel de principal negociador de Ucrania en los contactos de paz con Estados Unidos, orientados a buscar una salida al conflicto con Rusia.
El caso ‘Midas’, según recogen diversas fuentes citadas por NY Post, reaviva la preocupación sobre la corrupción como un obstáculo de largo plazo en el proceso de adhesión de Ucrania al bloque europeo. Las investigaciones abiertas por NABU y SAPO se suman a una serie de esfuerzos que instituciones ucranianas y socios internacionales han impulsado en relación con la gobernanza y la trasparencia, elementos considerados por organismos comunitarios como esenciales para avanzar en la incorporación de Ucrania a la Unión Europea.
El impacto político del escándalo y la posterior dimisión de Yermak se acentúa debido al contexto de guerra y a la necesidad de mantener la cohesión en el liderazgo ucraniano. NY Post resaltó que la pérdida de uno de los principales asesores y negociadores de Zelenski representa una merma significativa en el equipo encargado de conducir tanto la resistencia ante la invasión rusa como los esfuerzos diplomáticos internacionales.
La continuidad de la investigación en el caso ‘Midas’, que involucra registros en la sede presidencial y empresas clave del sector energético, mantiene la atención pública y mediática, según indicó NY Post, sobre las dificultades para erradicar prácticas irregulares en la gestión estatal, desafío que el gobierno de Kiev busca superar en medio de la campaña militar y las expectativas de integración europea.


