Los casos de sarna en España se multiplican por 50 en 13 años, hasta los 6.300 por millón de habitantes

Un informe coordinado por el Instituto de Salud Carlos III advierte de un repunte inesperado de esta infección cutánea, con mayor incidencia en jóvenes y ancianos, e insta a mejorar la prevención, el diagnóstico y la concienciación social

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El análisis incluyó una revisión de los factores asociados al incremento de casos de sarna, poniendo especial atención en los entornos donde se producen más brotes, como los centros sanitarios, las residencias de mayores y los hogares. Esta revisión, presentada en la revista 'Eurosurveillance' y sustentada con datos recogidos entre los años 2011 y 2023 por equipos del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III, revela una multiplicación por 50 de los casos en España durante ese periodo, con una incidencia que pasó de 131 a más de 6.300 episodios por millón de habitantes, según informó el Instituto de Salud Carlos III.

El informe, detallado por el ISCIII y recogido por la redacción de 'Eurosurveillance', mostró que la enfermedad afectó con mayor frecuencia a jóvenes entre 15 y 24 años en la Atención Primaria, mientras que los mayores de 74 años encabezaron los casos registrados en hospitales. Los datos procedentes de bajas laborales por sarna señalaron que el 82 por ciento de estos casos afectaron al sector sociosanitario, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad de trabajadores y usuarios en estos entornos, según publicó el ISCIII.

La sarna, causada por el ácaro 'Sarcoptes scabiei', provoca síntomas como picor intenso y erupciones cutáneas que pueden perturbar el descanso. Más allá de la molestia inmediata, las lesiones pueden facilitar infecciones bacterianas secundarias y agravar el estado de salud general, conforme lo describe el estudio coordinado por el ISCIII. La Organización Mundial de la Salud la clasifica como una de las enfermedades cutáneas más frecuentes a escala global y la encuadra entre las enfermedades tropicales desatendidas. Las estimaciones recogidas por la OMS apuntan a que más de 200 millones de personas han padecido sarna en algún momento.

Tal como consignó el ISCIII, uno de los retos principales para el estudio de la sarna reside en la carencia de obligación de notificación de los casos, situación que dificulta la obtención de una imagen clara y precisa sobre la real incidencia de la afección en el conjunto de la población española. Debido a esta limitación, el trabajo recurrió a diferentes fuentes, como registros de Atención Primaria, hospitalizaciones, reportes de bajas laborales y brotes informados, con el objetivo de cartografiar lo más fielmente posible la epidemiología de la enfermedad en el país.

En cuanto a la distribución geográfica de la incidencia, el medio 'Eurosurveillance' especificó que regiones insulares y áreas costeras del norte experimentaron los aumentos más notables, lo que remite a una posible vinculación entre el clima, el ambiente local y las condiciones que favorecen la transmisión del parásito. Entre los brotes notificados a la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, los que tuvieron lugar en hogares y residencias de personas mayores fueron los más frecuentes. Los episodios de mayor volumen y duración correspondieron a centros sanitarios, lo que sugiere una especial dificultad en la contención de la enfermedad en ese ámbito.

El equipo responsable del análisis —Zaida Herrador, Álvaro Roy y Allegra Chatterjee, investigadores del CNE-ISCIII— resaltó la necesidad de fortalecer el enfoque preventivo y colaborativo entre diferentes sectores. Destacan la urgencia de mejorar las estrategias de prevención y control, elevar el nivel de formación tanto del personal sanitario como de la sociedad, e impulsar campañas informativas orientadas a facilitar el diagnóstico temprano.

El estudio sugiere dedicar esfuerzos a sensibilizar a la población joven sobre la posible relación entre la sarna y el contacto sexual, pues el componente de contagio directo favorece la proliferación de casos en este grupo etario, según señaló el ISCIII. Además, la estigmatización asociada a la enfermedad complica la detección y seguimiento de casos, por lo tanto, los autores estiman necesario fomentar la implicación de la ciudadanía y desplegar iniciativas comunitarias adaptadas a las personas con mayor nivel de exposición.

Para la materialización del informe, el Instituto de Salud Carlos III contó con la colaboración de equipos del Centro de Investigación Biomédica en Red, la Academia Española de Dermatología y Venereología, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, la Universidad Nacional de Educación a Distancia, el Programa Europeo EPIET de formación en epidemiología, la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense y el Hospital Universitario Clínico San Cecilio, entre otros. Estos partenariados contribuyeron a generar una visión integral sobre los determinantes del aumento de casos y sobre las posibilidades de intervención en distintos niveles del sistema sanitario y social.

Con todos los datos recabados y los análisis realizados, el informe llama a los responsables sanitarios y a la sociedad a considerar nuevas estrategias para limitar la propagación de la sarna en España y a prepararse ante una enfermedad que, aunque históricamente subestimada, muestra un impacto considerable y en clara expansión.