Por qué cuidar el ritmo circadiano ayuda a prevenir dolencias y optimizar el bienestar físico

La evidencia científica señala que mantener horarios de sueño estables y exponerse a la luz natural favorece el equilibrio hormonal, la función digestiva y la prevención de enfermedades crónicas

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Mantener rutinas constantes, exponerse a
Mantener rutinas constantes, exponerse a la luz natural y evitar estimulantes antes de dormir ayuda a cuidar el ritmo circadiano y el bienestar general. (Freepik)

El cuerpo humano cuenta con un preciso reloj biológico que regula el ciclo de sueño y vigilia cada día. Este mecanismo, el ritmo circadiano, determina no solo los momentos de sueño o vigilia, sino también procesos como la digestión, la temperatura corporal y la liberación de hormonas.

De acuerdo con expertos consultados por Healthline, la alteración de este reloj puede afectar la salud física y mental en personas de todas las edades y estilos de vida. Es que el ritmo circadiano corresponde al patrón de sueño y vigilia que el organismo sigue durante un periodo de 24 horas, dirigido por el núcleo supraquiasmático (SCN), localizado en el hipotálamo.

Este “reloj maestro” recibe señales, principalmente de la luz ambiental a través de la retina, para ajustar la producción hormonal, modificar la temperatura corporal y regular el metabolismo, manteniendo la alerta diurna y facilitando el sueño nocturno. Los expertos aseguran que, si bien la luz es el factor más determinante, la alimentación, la actividad física, el estrés, la temperatura y la edad también influyen sobre el ritmo circadiano.

El ritmo circadiano regula el
El ritmo circadiano regula el ciclo de sueño y vigilia cada 24 horas - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Diversos elementos externos e internos pueden modificar este equilibrio. La exposición a luz artificial, especialmente de pantallas electrónicas antes de dormir, los horarios irregulares de sueño, el consumo de alimentos o bebidas estimulantes por la noche y ambientes poco adecuados para el descanso suelen ser factores que alteran el reloj biológico.

Además, el trabajo nocturno, los turnos rotativos, los viajes entre husos horarios, el estrés, ciertas enfermedades y algunos medicamentos pueden desincronizar el ritmo circadiano respecto a las necesidades cotidianas.

El impacto del ritmo circadiano sobre la salud ha sido ampliamente documentado en investigaciones recientes. Las alteraciones sostenidas de este ritmo aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, problemas metabólicos como la diabetes tipo 2 y trastornos neurodegenerativos, según diversos estudios.

El ritmo circadiano evoluciona con
El ritmo circadiano evoluciona con la edad, desde el sueño irregular en recién nacidos hasta el adelanto del ciclo en adultos mayores.

Cambios a lo largo de la vida y trastornos del ritmo circadiano

El desarrollo y evolución del ritmo circadiano cambia a lo largo de la vida. Los recién nacidos carecen de un ritmo circadiano consolidado, lo que explica su sueño irregular durante los primeros meses. La secreción de melatonina, hormona promotora del sueño, se inicia cerca de los tres meses, mientras que el cortisol, relacionado con la vigilia, aparece entre los dos y nueve meses.

A medida que crecen, el ciclo de sueño se regula y, durante la etapa escolar, los niños necesitan entre nueve y doce horas de descanso nocturno. En la adolescencia, se observa un retraso en el ciclo de sueño: la melatonina se libera más tarde, lo que hace que los jóvenes duerman y despierten después que los adultos.

Los adultos suelen mantener horarios regulares si adoptan rutinas saludables y requieren entre siete y nueve horas de sueño. Es habitual que experimenten una baja en la alerta tras el almuerzo, entre las 14:00 y las 16:00.

Con la edad avanzada, el ritmo circadiano suele adelantarse, propiciando que las personas mayores se acuesten y despierten temprano, un fenómeno propio del envejecimiento.

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Mantener rutinas saludables y de sueño estables, promueven el bienestar físico y mental(Imagen Ilustrativa Infobae)

Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) destacan que cuando el reloj circadiano se desincroniza por factores externos —como luz artificial, trabajo nocturno o viajes entre zonas horarias— puede producirse insomnio, fatiga diurna y dificultades cognitivas, además de una mayor susceptibilidad a enfermedades crónicas. Estos trastornos afectan la homeostasis metabólica y el bienestar integral.

Las alteraciones en el ritmo circadiano pueden generar diferentes trastornos del sueño. Destacan el trastorno de fase retrasada del sueño —frecuente en adolescentes y adultos jóvenes, con tendencia a dormir y despertar más tarde— y el trastorno de fase adelantada, donde las personas se acuestan y levantan antes de lo habitual.

El ciclo irregular de sueño se diagnostica ante la ausencia de un patrón definido, mientras que el trastorno de ritmo no-24 horas impide que el ciclo se adapte a las 24 horas. El trabajo en turnos y el jet lag, como consecuencia de desplazamientos rápidos entre zonas horarias, también pueden afectar el reloj biológico.

La exposición a pantallas electrónicas
La exposición a pantallas electrónicas antes de dormir y los horarios irregulares alteran el ritmo circadiano y afectan la calidad del sueño. - crédito Freepik

Las consecuencias de una alteración prolongada del ritmo circadiano pueden comprometer varios sistemas corporales: cardiovascular, endocrino, digestivo, inmunológico, renal, reproductivo y óseo pueden evidenciar disfunciones.

Los efectos inmediatos incluyen problemas de memoria, falta de energía y cicatrización lenta, además de alteraciones hormonales con impacto potencial en la fertilidad, trastornos digestivos y fluctuaciones de la temperatura corporal.

Si estos síntomas persisten, los expertos consultados por Healthline recomiendan consultar a un profesional de la salud, sobre todo en presencia de dificultades crónicas para dormir, despertares repetidos, fatiga diurna extrema o incapacidad para mantener un horario de sueño regular.

Claves para cuidar el reloj biológico y el bienestar

Para fomentar un ritmo circadiano saludable, los expertos consultados por Healthline aconseja mantener una rutina diaria constante y buscar exposición a la luz natural durante el día.

Alteraciones circadianas aumentan el riesgo
Alteraciones circadianas aumentan el riesgo de enfermedades metabólicas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La práctica regular de actividad física —idealmente al menos 30 minutos, entre tres y seis días semanales, aunque incluso 10 minutos diarios mejoran la calidad del sueño— y la creación de un entorno de descanso adecuado, con iluminación apropiada, temperatura confortable y colchón adecuado, resultan fundamentales.

Además, conviene evitar la ingesta de alcohol, cafeína y nicotina en las horas previas al sueño, limitar el uso de pantallas antes de dormir y preferir actividades relajantes como la lectura o la meditación. Reducir las siestas, en especial por la tarde o noche, también favorece un reloj biológico equilibrado.

El mantenimiento de rutinas regulares de sueño y la exposición a luz natural durante el día son prácticas recomendadas para proteger el ritmo circadiano. La investigación científica respalda que implementar estos hábitos no solo mejora la calidad del descanso, sino que también contribuye a la regulación de funciones esenciales como la digestión, la presión arterial, el equilibrio hormonal y la función inmunológica.

Cuidar los hábitos cotidianos y la calidad del sueño permite que el organismo funcione de manera óptima y contribuye al bienestar integral durante toda la vida.