
Dormir bien no solo depende de cuánto tiempo pasas en la cama, sino también de la calidad del sueño.
En un mundo donde el insomnio y el estrés son cada vez más comunes, las soluciones naturales para dormir mejor ganan terreno.
Una opción efectiva, accesible y saludable son las bebidas naturales que mejoran la calidad del sueño.
A continuación, te presentamos las más recomendadas por expertos en salud y nutrición.
Infusiones para relajarse y dormir profundamente

- Manzanilla: Esta infusión es conocida por sus propiedades sedantes y antiinflamatorias. Contiene apigenina, un antioxidante que actúa sobre los receptores cerebrales, favoreciendo la somnolencia.
- Tila o tilo: Utilizada tradicionalmente para calmar los nervios, la tila reduce la presión arterial y ayuda a inducir el sueño de manera natural.
- Pasiflora: Su efecto ansiolítico la convierte en una excelente opción para quienes padecen insomnio o ansiedad nocturna.
Estas infusiones deben tomarse 30 a 60 minutos antes de acostarse para que el cuerpo las asimile correctamente.
El jugo de cereza ácida es una fuente natural de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño. Estudios han demostrado que consumirlo regularmente mejora la duración y la calidad del descanso.
Otra opción efectiva es el kiwi, rico en antioxidantes y serotonina. Comer uno o dos kiwis antes de dormir puede reducir el tiempo necesario para conciliar el sueño.
Bebidas suaves y funcionales

- Leche caliente: Gracias a su contenido de triptófano, favorece la producción de serotonina y melatonina. Es ideal para una rutina nocturna reconfortante.
- Té de azafrán: Además de su sabor suave, este té tiene efectos calmantes que ayudan a relajar el cuerpo y la mente.
- Té kukicha: Con bajo contenido de cafeína, aporta minerales esenciales y promueve un descanso reparador.
Evita lo que interfiere con tu descanso

Evitar ciertos alimentos y bebidas antes de dormir puede mejorar significativamente la calidad del sueño. Para potenciar los efectos de estas bebidas naturales, es fundamental evitar cafeína, alcohol y comidas pesadas al menos cuatro horas antes de acostarse.
Incluir estas bebidas en tu rutina nocturna puede marcar la diferencia entre una noche agitada y un sueño profundo y reparador.
Cafeína: Presente en el café, té negro, bebidas energéticas, refrescos de cola y chocolate. Efecto: Estimula el sistema nervioso central y puede dificultar conciliar el sueño o reducir su profundidad.
Alcohol: Aunque puede causar somnolencia inicial, interfiere con las fases más profundas del sueño. Efecto: Provoca despertares nocturnos y sueño de mala calidad.
Comidas picantes: Contienen capsaicina, que puede elevar la temperatura corporal. Efecto: Aumenta la probabilidad de malestar digestivo y alteraciones en la calidad del sueño.
Alimentos grasos o fritos: Como hamburguesas, papas fritas, pizzas. Efecto: Difíciles de digerir; pueden causar acidez o reflujo gástrico durante la noche.