
A lo largo del 2024 México recibió poco más de 63 mil millones de dólares en remesas, las cuales vienen de los migrantes “paisanos” en Estados Unidos y que constituyen una de las principales fuentes de ingresos para las familias en territorio mexicano.
Debido a la importancia para la economía de nuestro país, el Senado de México expresó su rechazo a una propuesta legislativa presentada en la Cámara de Representantes de Estados Unidos que busca imponer un impuesto del 5% sobre las remesas enviadas por migrantes.
Esta iniciativa, promovida por el congresista republicano Jason Smith como parte del proyecto denominado The One, Big, Beautiful Bill, ha generado preocupación por sus posibles efectos negativos tanto en la economía de México como en la de Estados Unidos.
De acuerdo con el Senado mexicano, esta medida implicaría una doble tributación para los trabajadores migrantes, quienes ya contribuyen con impuestos en Estados Unidos, independientemente de su estatus migratorio.

En un comunicado firmado por la Mesa Directiva, el Senado explicó que aproximadamente el 20% de los ingresos laborales de los migrantes se destina al envío de remesas, mientras que el 80% restante permanece en la economía estadounidense, beneficiando a su población.
Además, se destacó que los impuestos pagados por los migrantes no se traducen en beneficios sociales para este grupo, que en muchos casos no tiene acceso a las políticas públicas del país.
El Senado advirtió que la implementación de este impuesto podría tener consecuencias contraproducentes, como el desincentivo al uso de canales formales para el envío de dinero.
Esto podría llevar a que los migrantes recurran a métodos informales fuera del sistema financiero, lo que no solo afectaría la transparencia de las transacciones, sino que también podría poner en riesgo la seguridad de los recursos enviados.
En su posicionamiento, el Senado subrayó que las remesas son el resultado del esfuerzo de los trabajadores migrantes, quienes contribuyen significativamente al fortalecimiento de las economías de ambos países.
Por ello, calificaron la propuesta como contraria a los principios de libertad económica que Estados Unidos afirma defender. Asimismo, señalaron que esta medida va en contra del espíritu de los acuerdos de libre comercio en América del Norte, que buscan promover la cooperación económica entre las naciones de la región.
El Senado mexicano hizo un llamado al legislativo estadounidense para reconsiderar esta propuesta, argumentando que podría dañar las relaciones bilaterales y afectar a millones de familias que dependen de las remesas como fuente principal de ingresos.
Finalmente, el Senado reafirmó su compromiso con la defensa de los derechos de los migrantes y con la promoción de políticas que favorezcan la cooperación y el desarrollo conjunto entre México y Estados Unidos.