
Las gelatinas elaboradas con agar agar son una excelente alternativa vegetal a las preparadas con grenetina tradicional. Este ingrediente natural, obtenido de algas rojas, destaca por su alto poder gelificante que permite lograr una textura firme, traslúcida y cristalina sin recurrir a productos de origen animal, por ello, es ampliamente empleado en la cocina vegetariana y vegana, así como en recetas que requieren estabilidad a temperatura ambiente, ya que el agar mantiene su forma sin necesidad de refrigeración constante.
El agar tiene una larga tradición en la gastronomía japonesa, donde se le conoce como ‘kanten’. Su uso se remonta al siglo XVII, cuando fue descubierto, y desde entonces ha sido un componente esencial en la elaboración de dulces tradicionales como el yokan o el mizuyokan, pero además de sus propiedades físicas, se caracteriza por una cualidad muy valorada: su capacidad para fijar aromas.
Según el Manual de productos cárnicos, el gel de agar no tiene un sabor propio, pero al combinarse con ingredientes aromáticos, ayuda a realzar y conservar la fragancia de los sabores añadidos. Por esta razón, si buscas un postre con un aroma distintivo, esta receta de gelatina de leche y fresas al estilo japonés resulta ideal, ya que permite que el aroma natural de las fresas se mantenga presente en cada bocado.
Receta de la gelatina de leche y fresas con agar agar

Esta receta, publicada en la cuenta de Instagram de Yamamoto Kitchen, está pensada para preparar una porción para compartir entre dos o tres personas. Si no consigues agar agar, puedes reemplazarlo por gelatina sin sabor, una alternativa de origen animal que también posee propiedades gelificantes similares.
Ingredientes:
- 10 fresas
- 1 cucharadita de agar en polvo
- 100 ml de agua
- 40 gr de azúcar
- 200 ml de leche: (a temperatura ambiente o un poco caliente)
Preparación:
- Lava las fresas y quítales los tallos.
- En una olla, mezcla el agua con el agar y ponla al fuego. Cuando hierva, baja el fuego y cocina por dos minutos.
- Añade el azúcar y mezcla bien. Luego agrega la leche y vuelve a mezclar. Apaga el fuego y deja enfriar un poco.
- Coloca las fresas en un recipiente y vierte la mezcla encima.
- Refrigera por dos horas. Después, córtalo como más te guste y disfruta.
Propiedades nutrimentales de los ingredientes

El agar se caracteriza por su alto contenido en yodo, un mineral esencial para la síntesis de hormonas tiroideas, cuyo consumo regular favorece la prevención de trastornos relacionados con esta función endocrina. También resalta por aportar calcio indispensable para mantener la salud ósea, especialmente importante para mujeres posmenopáusicas al ayudar a prevenir la osteoporosis.
Rico en fibra, estimula el crecimiento de la microbiota intestinal y mejora el funcionamiento del sistema digestivo. En cuanto a otros micronutrientes que contiene, se encuentran el hierro, el sodio y el zinc, este último, crucial para el metabolismo de la testosterona en los hombres.
Por otro lado, las fresas se destacan por su riqueza en vitaminas y minerales. Una porción de 200 gramos aporta el 17 % de los requerimientos diarios de hierro, el 9 % de magnesio y más del 200 % de vitamina C. También contienen potasio, calcio, fósforo, manganeso, cobre, silicio, vitamina K, ácido fólico y vitaminas del grupo B, convirtiéndolas en un alimento idóneo para combatir déficits nutricionales y mejorar la salud general.
En el ámbito cardiovascular, su contenido en potasio contribuye a reducir la tensión arterial al aumentar la diuresis, mientras que investigaciones hispano-italianas han demostrado que el consumo de 500 gramos de fresas al día puede reducir los niveles de colesterol LDL en un 14 % y triglicéridos en un 21 %. Asimismo, las antocianinas presentes en las fresas fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos y optimizan la función de las plaquetas, ayudando a reducir el riesgo de enfermedades vasculares.
Las fresas facilitan la eliminación de residuos del organismo gracias a sus propiedades alcalinizantes y su contenido en calcio y potasio, lo que resulta útil para prevenir enfermedades como la gota y algunos problemas hepáticos. También contienen ácido salicílico, conocido por sus propiedades antiinflamatorias, lo que puede aliviar dolencias como el reumatismo y la artritis. Su bajo aporte calórico y su riqueza en fibra las convierten en una excelente opción para dietas restrictivas, ya que generan sensación de saciedad. Al mismo tiempo, su bajo contenido en azúcares, principalmente fructosa, las hace aptas para personas con diabetes.