
El Día de las Madres en México, una de las festividades más arraigadas en la cultura del país, tiene su origen oficial en 1922, cuando el periodista Rafael Alducín, director del periódico Excélsior, promovió la idea a través de una publicación.
Según el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México, la fecha elegida, el 10 de mayo, se estableció debido a que mayo es tradicionalmente un mes consagrado a la Virgen María, y porque en aquella época los pagos a los trabajadores se realizaban en las decenas.
Sin embargo, existen otras versiones que sitúan el inicio de esta celebración en 1913, en Oaxaca, cuando la esposa de un presbítero metodista retomó la idea tras leer sobre el festejo en una revista.
México fue el primer país de América Latina en adoptar esta conmemoración, que posteriormente se extendió a otras naciones de la región. La importancia de esta fecha quedó reflejada en 1949, cuando se inauguró un monumento dedicado a las madres en el Jardín del Arte, en la Ciudad de México. Este acto simbolizó el reconocimiento público hacia las madres mexicanas y consolidó aún más la relevancia de la celebración.

El origen del Día de las Madres tiene raíces que se remontan a civilizaciones antiguas. En el Imperio egipcio, se rendía homenaje a la diosa Isis, considerada la madre de los faraones y protectora de su pueblo.
En la cultura griega, la diosa Rea, asociada con la maternidad y la fertilidad, era honrada de manera similar.
En Roma, la diosa madre Cibeles era celebrada durante la festividad conocida como Hilaria, que se realizaba cada 15 de marzo y duraba tres días. Estas tradiciones sentaron las bases para las celebraciones modernas dedicadas a las madres.
En tiempos más recientes, el Día de las Madres adquirió relevancia internacional gracias a los esfuerzos de Ann Marie Jarvis en Estados Unidos. En 1908, Jarvis propuso establecer un día para honrar a las madres, inspirado por el ejemplo de su propia madre, Ann Jarvis.
La fecha elegida fue el segundo domingo de mayo, y en 1914, el Congreso de Estados Unidos, junto con el presidente Woodrow Wilson, declaró oficialmente esta celebración como fiesta nacional. Desde entonces, más de 40 países han adoptado esta fecha, aunque algunos, como México, la celebran en días diferentes.
En México, la propuesta de Alducín fue respaldada por figuras clave como el secretario de Educación, José Vasconcelos, así como por el Episcopado y miembros de la Cruz Roja Mexicana.
En 1923, el papa Pío XI otorgó su apoyo a la iniciativa, lo que contribuyó a popularizar aún más la festividad. Desde entonces, el 10 de mayo se ha convertido en una fecha emblemática para expresar amor y gratitud hacia las madres.
La celebración del Día de las Madres en México se caracteriza por su calidez y entusiasmo. Las familias suelen reunirse para rendir homenaje a las madres, ya sea mediante reuniones íntimas o grandes festejos.
Aunque los regalos como flores, tarjetas y otros obsequios son comunes, el gesto más significativo es el reconocimiento sincero hacia las madres por su dedicación y sacrificio en el bienestar de sus familias.
Esta festividad no solo tiene un profundo significado cultural, sino que también refuerza los lazos familiares y destaca el papel fundamental de las madres en la sociedad. A lo largo de los años, el Día de las Madres ha evolucionado, pero su esencia permanece intacta: celebrar y honrar a quienes desempeñan un rol esencial en la vida de sus hijos y en la construcción de comunidades.
Es importante recordar que, actualmente esta festividad también ha servido como un espacio de reflexión sobre temas sociales que incluyen la institucionalización de los roles de género, la salud materna, las maternidades diversas y la lucha de las madres en problemas como la desaparición forzada en México.