Alberto Chicote explica la depresión que tuvo por vivir en Suiza: “Las pasé putísimas”

El reconocido cocinero español ha revelado uno de los momentos más difíciles de su vida en el podcast ‘Tengo un plan’

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Imagen de Alberto Chicote en
Imagen de Alberto Chicote en un podcast. (Tengo un plan)

Alberto Chicote es una de las figuras públicas españolas más relevantes en lo que al mundo de la cocina se refiere. Su irrupción a nivel mediático se dio en el año 2012, que fue cuando se estrenó Pesadilla en la cocina.

Este programa supondría una revolución total del panorama televisivo de aquella época. La dinámica tan distinta que ofrecía y el carisma de su presentador dieron como resultado que se volviese un fenómeno de masas.

Más de diez años después, Chicote ha decidido abrirse en una entrevista en un podcast llamado Tengo un plan. El reconocido cocinero de 56 años cuenta con una amplia carrera a sus espaldas.

Entre sus múltiples experiencias, ciertas vivencias resultaron más gratificantes que otras. Tras varios minutos de diálogo, durante el cual se abordaron diversas cuestiones, Alberto relató una de las etapas más difíciles de su vida.

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“Las pasé putísimas”

Uno de los momentos más duros de la vida de Alberto fue cuando se mudó a Suiza. Pese a la idea que se ha expandido en los últimos años en redes sociales como TikTok, vivir en este país no te garantiza trabajo ni unas condiciones de vida excelentes.

Aunque sea un gran destino, en el caso de Chicote fue uno de los momentos más difíciles. “Fui a trabajar a Suiza en 1991 y me entró una depresión”, confiesa en la entrevista. “Las pasé putísimas”, matiza segundos después.

El cocinero vivía solo en una residencia de ancianos y se alojaba en lo alto del edificio debido a que esa habitación no se la podían dar a ninguna persona mayor por la cantidad de escaleras que había que subir.

Su habitación se encontraba cerca del restaurante y tenía unas vistas preciosas, según las palabras de Chicote. “Nunca he sabido muy bien la razón por la que me entró ese desastre”, matiza el chef.

“Tenía amigos, no te creas que eso es broma allí. Pero de repente me entró una depresión enorme”, afirma Alberto. Pese a sus intentos por pasar ese mal momento con ayuda médica, tuvo que volver a España.

“Tardé dos años en salir del agujero. Y digo agujero porque eso sí que era un agujero profundo y oscuro”, argumenta de manera contundente. Los motivos que le llevaron a ello era pensar que se estaba muriendo y no podía sacarse esa idea de la cabeza. “Tenía el convencimiento de que si me dolía la cabeza tenía un tumor como un pepino”.

Después de esa experiencia, su forma de ver la vida cambió considerablemente, definiéndolo como dos momentos vitales diferentes. “Pasarte dos años con el convencimiento de que tu último día es hoy es terrible, no se lo deseo a nadie”.

Sin embargo, gracias a la ayuda profesional y personal de su entorno más cercano, puedo salir adelante de uno de los momentos más complicados de su vida. El madrileño supo reponerse así de una situación de la que es muy difícil salir gracias a la ayuda necesaria.