La salud mental y física de los niños se deteriora en España: comen peor y se sienten más tristes

El Estudio PASOS 2022-2025 de la Gasol Foundation advierte del empeoramiento de la salud de los más pequeños

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Imagen de niños jugando en
Imagen de niños jugando en la calle. (Pexles)

Han pasado tres años desde que la Gasol Foundation empezara su estudio sobre el estilo de vida de los niños españoles. Desde que en 2022 presentasen los primeros resultados de su informe PASOS, la salud de los menores parece haber empeorado: los niños hacen ahora menos deporte, utilizan más las pantallas y tienen menos adherencia a la dieta mediterránea. Estos malos hábitos parecen tener traducción en su salud mental, pues muestran ahora estar más tristes y preocupados que cuando les preguntaron por primera vez hace tres años.

El estudio de la fundación creada por el exbaloncestista Pau Gasol ha contado con 701 participantes que comenzaron su colaboración con edades de entre 8 y 16 años. Los niños han crecido; ahora tienen entre 10 y 22 años y sus indicadores de salud parecen peores.

Los resultados son claros: los jóvenes españoles hacen ahora menos deporte, con una reducción de 18 minutos diarios de su actividad física moderada o vigorosa. Al mes, se traduce en nueve horas menos de movimiento físico. Su adherencia a la dieta mediterránea también es peor: ha bajado cerca de 11 puntos porcentuales en la población que alcanza un nivel alto de este patrón alimentario. Asimismo, han disminuido sus horas de sueño, especialmente los fines de semana, donde menos de la mitad de los jóvenes sigue las recomendaciones de descanso nocturno.

Los autores del informe destacan especialmente el “aumento preocupante” del uso de las pantallas, que ha crecido en 11,33 horas a la semana en tan solo tres años. Si en 2022, los niños pasaban 44 días del año pegados al móvil, la cifra ha aumentado en 25 días, hasta un total de 69 días perdidos frente a la pantalla.

3 de cada 10 niños se sienten preocupados, tristes o infelices

Un niño triste (Freepik)
Un niño triste (Freepik)

Los efectos de la salud física se dejan también ver en su salud mental. En 2022, menos de un 20% de los menores encuestados decían sentirse preocupados, tristes o infelices. Tres años después, son un 35,6% quienes se muestran en un estado de ánimo negativo, una diferencia del 17,3%.

Quienes experimentan este mayor malestar psicológico son justamente los que han visto una peor evolución de su coeficiente cintura-talla, un indicador de riesgo cardiometabólico que se calcula dividiendo la circunferencia de la cintura en centímetros por la estatura en centímetros. Este índice ha aumentado en el 59,5% de los participantes, que son justamente aquellos que hacen menos ejercicio, siguen una peor dieta y utilizan dispositivos electrónicos durante más tiempo.

Todos estos datos son especialmente preocupantes si se tiene en cuenta que la población encuestada tiene esta vez un nivel socioeconómico basal más elevado que en la primera edición del estudio. “Es mucho más frecuente y sencillo seguir a personas con mayor nivel económico”, ha expresado Santi F. Gómez, coordinador del informe; si bien la salud de los estratos socioeconómicos más bajos suele ser peor.

“El estudio evidencia que, si no se actúa de forma preventiva durante la infancia, los hábitos saludables se pierden a la vez que se imponen hábitos no saludables, como el sobreúso de pantallas”, ha explicado Pau Gasol, presidente de la Gasol Foundation, en la presentación del informe. “Es imprescindible transformar los entornos en los que crecen los niños y niñas para facilitarles elecciones saludables y frenar esta tendencia”, ha reclamado el exdeportista.

Desde la Gasol Foundation, piden modificar la percepción social e institucional de la obesidad infantil, asegurar iniciativas de promoción de hábitos saludables y establecer límites al uso excesivo de pantallas, que “impacta de forma relevante en otros factores del estilo de vida, el estado de salud y el desarrollo humano en general”. Asimismo, insisten en la necesidad de impulsar el Plan Estratégico Nacional de Reducción de la Obesidad Infantil (PERONI), “priorizando la reducción de las desigualdades sociales en salud”.