Un nuevo estudio reveló que los antiguos griegos y romanos perfumaban sus estatuas

De acuerdo con los hallazgos, estas civilizaciones históricas usaban esponjas para ungir las esculturas con aceites aromáticos

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Un jarrón de la antigua
Un jarrón de la antigua grecia exhibido en un museo de Nueva York. (Europa Press/Contacto/Sergi Reboredo)

Los antiguos griegos y romanos a menudo bañaban en perfume sus estatuas, según un estudio reciente.

Publicado en el Oxford Journal of Archaeology, el estudio se suma a la evidencia de que, para quienes vivían en la antigüedad, las estatuas eran más que simples bloques de mármol blanco.

La autora danesa del estudio, la arqueóloga clásica Cecilie Brons, analizó textos y obras de arte antiguos, recopilando indicios de que en la antigua Grecia y Roma era común ungir con perfumes y aceites las esculturas.

Aunque investigaciones anteriores habían encontrado referencias a esta práctica, Brons determinó que, en lugar de purificar o embellecer metafóricamente el arte tallado, los antiguos griegos literalmente aplicaban perfumes o aceites aromáticos a las estatuas importantes.

El ritual formaba parte de la “kosmesis”, la práctica de adornar una estatua, escribe Brons, y no se limitaba a estatuas de deidades. A partir de inscripciones halladas en la isla de Delos —donde también existe evidencia arqueológica de la elaboración de perfumes— la autora concluye que el proceso de kosmesis consistía en utilizar esponjas y aceite perfumado para ungir la estatua, frotando el aceite o la grasa como si fuera una loción o un bálsamo. Las estatuas habrían desprendido aromas de rosas, miel, aceite de oliva y otras fragancias.

Los expertos señalan que las
Los expertos señalan que las culturas antiguas no percibían sus monumentos, estatuas y escultura de la misma forma que los observadores modernos. (AP Foto/Petros Giannakouris, Archivo)

La investigación formó parte de “Sensing the Ancient World”, un proyecto interdisciplinario dirigido por Brons, quien señaló que el proyecto “hará que veamos y entendamos el arte mediterráneo de un modo totalmente distinto”.

Estudios previos han demostrado que los antiguos griegos y romanos no percibían sus estatuas de la misma manera que los observadores modernos. Por el contrario, las pintaban para darles un aspecto más realista e incluso las decoraban con joyas, flores y otros accesorios.

El resultado era una experiencia multisensorial, sugiere la autora, difícil de imaginar a través de miles de años de distancia.

“Al intentar aproximarnos y comprender la experiencia antigua de las esculturas”, concluye Brons, “debemos involucrar no solo nuestros ojos, sino también nuestra imaginación y nuestro conocimiento sobre las dimensiones olfativas y la puesta en escena sensorial original”.

The Washington Post, 2025