Se conocieron durante su infancia en el jardín, se separaron por años y se casaron donde todo comenzó

Una promesa hecha en el preescolar, una amistad mantenida en la distancia y un reencuentro inesperado dieron forma a esta historia viral

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Matt Grodsky anunció a los
Matt Grodsky anunció a los tres años que se casaría con Laura Scheel, su compañera del niño en Phoenix (@preschoolsweethearts)

Matt Grodsky tenía solo tres años cuando se puso de pie frente a toda su clase del jardín de infantes en Phoenix, Arizona y, con una convicción inusual para su edad, anunció: “Me casaré con ella algún día”.

“Ella” era Laura Scheel, su compañera de juegos, de siestas y de recreos. Aquella declaración, que hizo reír a sus compañeritos —y también a la propia Laura—, no fue para él una broma pasajera. “Tú solo espera”, le respondió Matt a su pretendida cuando ella se rió, según contó el propio protagonista a La Vanguardia.

Desde entonces, esos primeros años en el kínder estuvieron llenos de momentos compartidos: dibujaban, veían películas, jugaban en las casas de sus padres y recreaban escenas de El Rey León, como recordó la pareja a People.

Para Matt, cada oportunidad era buena para llamar la atención de su amiga. “Recuerdo que intenté impresionarla en una fiesta por el Cinco de Mayo en preescolar en la que estábamos intentando romper una piñata. Por suerte, yo fui quien consiguió romperla y doy por hecho que conseguí que se fijara en mí”, contó al HuffPost.

Caminos separados, pero una conexión persistente

Cuando terminó el preescolar, los caminos de Matt y Laura se separaron. Cada uno asistió a una escuela diferente, y durante años no volvieron a verse. La única conexión que mantenían eran las tarjetas navideñas que sus familias intercambiaban, una tradición que persistió a lo largo del tiempo. La distancia creció con los años, pero el recuerdo infantil se mantuvo.

La amistad de Matt y
La amistad de Matt y Laura en el preescolar incluyó juegos, dibujos y recrear escenas de "El Rey León" (@mattgrodsky)

Ya en la secundaria, el azar los volvió a unir. Según narró Laura, vio el nombre de Matt en la agenda del celular de una amiga; aquello derivó en una cita entre ambos.

Aunque Laura tenía dudas, terminó aceptando. Apenas dos semanas después, ya eran novios. “Estaba enamorado de Laura cuando era niño, y hasta al día de hoy aún lo estoy”, escribió Matt.

La pareja nunca volvió a compartir un centro educativo. Tampoco coincidieron durante sus años universitarios: Matt estudió en Chicago, mientras que Laura se matriculó en el norte de Arizona, a más de 2.500 kilómetros de distancia. La relación atravesó dificultades, pero lograron sostenerla con pequeños rituales a distancia.

La promesa cumplida, dos décadas después

En mayo de 2015, cuando ambos cursaban el último año de universidad, Matt decidió que era momento de cumplir su promesa infantil. Sin que Laura lo supiera, organizó una propuesta de matrimonio en el lugar donde todo había comenzado: su jardín de infantes. En el camino hacia allí, ella lo notó ansioso.

La boda de Matt y
La boda de Matt y Laura en diciembre de 2016 llevó su historia a la viralidad en plataformas y medios internacionales (@mattgrodsky)

“Se pasó todo el viaje el coche preguntándome por qué estaba nervioso. Y yo no dejaba de meter la mano en el bolsillo cuando ella no miraba para comprobar que el anillo seguía ahí”, relató Matt al HuffPost.

Cuando llegaron, se arrodilló en el mismo salón en el que había hecho su declaración veinte años antes. Su hermano fotografió la escena con el celular. Laura, sorprendida, aceptó. “Me dejé caer sobre la rodilla mientras mi hermano entraba sacando fotos con su celular. Laura estaba sorprendida”, recordó también en Telemundo.

La boda se celebró el 30 de diciembre de 2016, y rápidamente su historia captó la atención de medios internacionales. La cuenta de Instagram “The Way We Met” contribuyó a difundir el relato. En declaraciones a La Vanguardia, la pareja, de 23 años, dijo recibir felicitaciones “de todas partes del mundo”.

Actualmente tienen dos hijas, Lily y Hallie, de tres y un año respectivamente. “Es la prueba de que los romances de cuento de hadas existen”, concuyó HuffPost sobre esta historia de amor.