Encontraron una serpiente mortal escondida debajo de una almohada

En Stellenbosch, Sudáfrica, un incidente poco común llamó la atención: una cobra del Cabo fue hallada en el lugar menos esperado: debajo de una almohada. El suceso fue documentado por Stellenbosch Snake Removals, un servicio especializado en la captura y remoción de serpientes peligrosas, que publicó un video en las redes sociales mostrando al experto en reptiles, Emile Rossouw mientras retiraba la serpiente de manera cuidadosa pero firme. En el video, Rossouw comenta en tono de broma: “No es algo que quieras en tu cama”. Sin embargo, la naturaleza de este encuentro no es en absoluto trivial, ya que la cobra del Cabo es una de las serpientes más venenosas y letales de todo África.

La cobra del Cabo es famosa por su aspecto imponente y su veneno altamente tóxico, que es neurotóxico, lo que significa que afecta directamente el sistema nervioso central, produciendo debilidad progresiva que puede llegar a paralizar los músculos responsables de la respiración. En casos extremos, la mordedura puede ser fatal si no se administra tratamiento médico urgente, como antídoto y soporte respiratorio.

Según el African Snakebite Institute, la cobra del Cabo comparte con la mamba negra el título de ser responsable de la mayoría de las mordeduras mortales en Sudáfrica. Esta serpiente, que puede alcanzar una longitud de hasta 2 metros, se caracteriza por su rapidez y su capacidad para levantarse y mostrar su capuchón cuando se siente amenazada. Esta postura intimidante es una de sus principales defensas, aunque, en situaciones extremas, puede atacar y morder rápidamente. Además, en su defensa, la cobra del Cabo también puede adoptar una actitud más agresiva, sin dudar en mantenerse firme ante la amenaza, lo que la convierte en un desafío aún mayor para los rescatistas o personas que intentan evitarla.

La cobra del Cabo presenta una variabilidad notable en su coloración. Puede ser negra, marrón (tanto claro como oscuro), beige, amarilla o incluso moteada, dependiendo de la región donde se encuentre. Los ejemplares juveniles suelen tener una banda oscura en el cuello, lo que los diferencia de otras serpientes, como la topo o la cobra escupidora negra, con las cuales a menudo se confunden. Esta diversidad en su color es uno de los factores que ha generado confusión en el momento de la identificación de la serpiente, sobre todo para quienes no están familiarizados con las especies locales.

A pesar de su variabilidad, todos los ejemplares comparten una característica común: son extremadamente venenosos. La cobra del Cabo puede inyectar una cantidad importante de veneno con una sola mordedura, lo que puede ser fatal si no se toman medidas inmediatas. Según la BBC Wildlife Magazine, su veneno es tan potente como el de la mamba negra, lo que coloca a esta serpiente entre las más peligrosas del continente africano.

La cobra del Cabo se distribuye principalmente por las provincias del Cabo de Sudáfrica, aunque también se extiende hacia el Estado Libre, el Noroeste y partes de Botsuana y Namibia. En estos territorios, la serpiente se encuentra tanto en áreas rurales como urbanas, especialmente donde existen espacios adecuados para esconderse y una fuente de alimento disponible. Esto explica por qué un incidente como el de Stellenbosch, donde se encuentra en una cama, no es tan raro como parece.

En general, las cobras del Cabo prefieren hábitats secos y soleados, pero también se las puede encontrar en zonas de cultivo y en áreas suburbanas. Aunque suelen evitar la presencia humana, su adaptabilidad les permite sobrevivir en diferentes ambientes, desde las zonas más agrestes hasta las zonas urbanas, lo que las convierte en una especie con una capacidad de distribución bastante amplia.

A pesar de su peligrosidad, la cobra del Cabo es un animal que juega un rol crucial en el equilibrio ecológico al controlar las poblaciones de roedores, aves y otras serpientes. Su dieta incluye roedores, ranas, lagartos, aves y, ocasionalmente, otras serpientes. Incluso se sabe que consume carroña, como serpientes muertas en accidentes de tránsito.

Aunque no es un depredador fácil de vencer, la cobra del Cabo tiene varios enemigos naturales. Entre estos se encuentran el tejón de miel, conocido por su audaz capacidad para enfrentarse a serpientes venenosas, el serval y varias especies de mangostas. Incluso algunas aves, como las secretarias, son conocidas por atacar a las cobras, especialmente a los ejemplares más jóvenes, que son más vulnerables.

La temporada de reproducción de la cobra del Cabo tiene lugar entre noviembre y diciembre, cuando los machos buscan a las hembras para copular. Tras este proceso, la hembra pone entre 8 y 20 huevos que eclosionan después de aproximadamente 60 días. Las crías, que nacen con una longitud de unos 30 cm, son completamente venenosas desde el momento de su nacimiento, lo que les permite defenderse de posibles amenazas desde una edad temprana.