María Corina Machado agradeció a los gobiernos de Argentina, Paraguay, Panamá, Bolivia, Ecuador y Perú por exigir el restablecimiento del orden democrático en Venezuela y la liberación de los presos políticos. El reconocimiento de la líder opositora se produjo tras la declaración conjunta de estos seis países latinoamericanos durante la cumbre del Mercosur, en la que demandaron al régimen de Nicolás Maduro el respeto a los derechos humanos y el fin de las detenciones arbitrarias.
En su mensaje, Machado subrayó la importancia del apoyo internacional: “En nombre de los venezolanos, agradecemos a los gobiernos de Argentina, Paraguay, Panamá, Bolivia, Ecuador y Perú por manifestar con firmeza su compromiso con la democracia y los derechos humanos en nuestro país, y por exigir el fin de las detenciones arbitrarias y la liberación de los casi mil presos políticos en manos del régimen de Maduro.” La Premio Nobel de la Paz consideró que la solidaridad regional es fundamental en la lucha por la libertad y la justicia en Venezuela.
La declaración conjunta, firmada el 21 de diciembre de 2025 en Foz de Iguazú, Brasil, durante la cumbre semestral del Mercosur, fue suscrita por los presidentes Javier Milei (Argentina), Santiago Peña (Paraguay), José Raúl Mulino (Panamá) y autoridades de Bolivia, Ecuador y Perú. El documento expresó una profunda preocupación por la crisis migratoria, humanitaria y social que atraviesa Venezuela, e instó a la liberación inmediata de los presos políticos, así como a la garantía del debido proceso legal y la integridad física de los ciudadanos privados arbitrariamente de su libertad.
El texto, difundido por el gobierno paraguayo, evitó referencias directas a Estados Unidos o a su despliegue militar en el Caribe, optando por un tono moderado. Sin embargo, la ausencia de Brasil y Uruguay entre los firmantes evidenció divisiones internas en el bloque. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó la posibilidad de una intervención militar en Venezuela y advirtió que una acción de ese tipo “sería una catástrofe y crearía un grave precedente para toda Sudamérica”. Uruguay tampoco suscribió la declaración, lo que profundizó la fractura regional respecto a la estrategia para abordar la crisis venezolana.
Durante la cumbre, el presidente argentino Javier Milei adoptó una postura más contundente. En su intervención, saludó la presión militar ejercida por Estados Unidos sobre el régimen chavista y llamó a los países del Mercosur a sumarse a esa estrategia. “El tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado. Instamos además a todos los demás integrantes del bloque a secundar esta posición y condenar tajantemente a este experimento autoritario”, afirmó Milei. El mandatario reiteró su respaldo al despliegue naval estadounidense en el Caribe y al anuncio de Washington de bloquear la exportación de petróleo venezolano. Además, recordó que Venezuela permanece suspendida del Mercosur por violar el protocolo de Ushuaia y responsabilizó al régimen de Maduro por la crisis política, humanitaria y social que afecta al país.
Milei también mencionó el caso del gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido en Venezuela desde hace un año, y exigió su liberación. El presidente argentino resaltó el reconocimiento internacional a María Corina Machado, quien recibió el premio Nobel de la Paz 2025, y reiteró su llamado a respetar la voluntad popular en Venezuela. Para Milei, la permanencia de regímenes autoritarios en la región representa un peligro que trasciende las fronteras nacionales y amenaza la estabilidad continental.
El contexto de la crisis venezolana marcó los debates de la cumbre. Venezuela, suspendida del Mercosur por incumplir compromisos democráticos, enfrenta un éxodo masivo de ciudadanos, la persistencia de presos políticos y denuncias de violaciones a los derechos humanos. La declaración conjunta de los seis países hizo hincapié en la necesidad de liberar a todos los detenidos por motivos políticos y de garantizar el respeto al debido proceso.
En paralelo a la cumbre, Estados Unidos reforzó la presión internacional al interceptar y confiscar un buque sancionado frente a las costas de Venezuela. Según funcionarios estadounidenses, la operación se enmarcó en la aplicación de sanciones internacionales y consistió en la intercepción y confiscación de una embarcación previamente identificada como sujeta a sanciones, siguiendo los protocolos establecidos para este tipo de operativos. Esta acción se suma a las medidas adoptadas por Washington para controlar actividades marítimas consideradas ilícitas en la región.
La respuesta de los países latinoamericanos y la presión internacional reflejan el respaldo regional a la causa democrática venezolana, en un momento en que la crisis política y humanitaria continúa afectando a millones de ciudadanos. La lucha por la libertad y la democracia en Venezuela sigue contando con el acompañamiento de América Latina, que mantiene su compromiso con los valores democráticos y los derechos humanos en la región.
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