
Las maniobras militares de Venezuela en la isla de La Orchila continúan este jueves por segundo día consecutivo, en lo que el régimen chavista de Nicolás Maduro calificó como respuesta al incremento de la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe sur.
El ministro de Defensa del régimen, Vladimir Padrino López, comunicó a través de sus redes sociales que estos ejercicios buscan “elevar el apresto operacional” ante lo que describe como una “amenaza” derivada del despliegue naval estadounidense en la región.
En sus mensajes, Padrino López compartió imágenes de aviones, helicópteros, buques y tanques de combate de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), junto a la formación de efectivos armados sobre el fondo característico de La Orchila, donde opera la base aeronaval Antonio Díaz.
Padrino López expresó en su publicación: “Así continúa la maniobra de campaña ‘Caribe Soberano 200’. Los soldados y soldadas de la FANB demostrando una vez más que esta patria tiene quien la defienda”. El ministro explicó que las operaciones actuales tienen como finalidad prepararse “ante la amenaza militar que se ha levantado en el Caribe contra Venezuela”.
Según información del propio Padrino López, la isla de La Orchila es un territorio insular venezolano de aproximadamente 43 kilómetros cuadrados, ubicado a 97 millas náuticas de la costa de La Guaira, cerca de Caracas. En el marco del operativo “Caribe Soberano 200”, se han desplegado más de 2.500 efectivos durante tres días, junto a doce buques de la Armada, 22 aeronaves y cerca de 20 embarcaciones adicionales.
Fuentes castrenses detallaron la participación de unidades de fuerzas especiales, inteligencia y aeroespaciales, además del uso de drones submarinos y aéreos para tareas de vigilancia. “En esta coyuntura especial, nosotros tenemos que duplicar los esfuerzos, elevar nuestro apresto operacional, para un escenario de conflicto armado en la mar. Y lo estamos haciendo”, declaró el ministro a la prensa.
La televisión estatal venezolana emitió imágenes de embarcaciones anfibias, artillería rusa y buques de guerra en la isla de La Orchila, reforzando la narrativa oficial de que el país está preparado para responder a cualquier escalada militar exterior.
El contexto de estas maniobras es el incremento de la presencia militar estadounidense en la región. Estados Unidos ha justificado el despliegue de al menos ocho buques de guerra y un submarino de ataque rápido de propulsión nuclear, además de más de 4.500 soldados, como parte de una ofensiva contra el narcotráfico procedente de Venezuela, de acuerdo con declaraciones oficiales de Washington. Desde inicios de septiembre, la armada estadounidense ha eliminado tres embarcaciones supuestamente vinculadas al tráfico de drogas, con un saldo de 14 muertos, según cifras proporcionadas por el presidente Donald Trump.
El dictador chavista Nicolás Maduro afirmó que Venezuela se encuentra actualmente en una fase de “lucha no armada”, aunque advirtió que, en caso de una agresión militar por parte de los Estados Unidos, el país pasaría “inmediatamente” a la “lucha armada” para enfrentar “al grupo yanqui invasor”, según sus palabras. Además de los ejercicios en La Orchila, la semana pasada Maduro activó una operación militar denominada “resistencia” con “284 frentes de batalla” distribuidos en todo el país. Ordenó el despliegue de 25.000 efectivos adicionales en las fronteras y solicitó a la población civil sumarse a la reserva militar mediante jornadas de alistamiento.
El régimen venezolano ha acusado a Estados Unidos de “grave violación a la soberanía nacional” tras la destrucción de embarcaciones venezolanas, con un saldo de aproximadamente 15 muertos, y la interceptación de un pesquero venezolano. La vicepresidenta Delcy Rodríguez denunció estos hechos ante siete organismos internacionales, incluida la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En una carta difundida por Rodríguez a través de su cuenta de Instagram, expresó que autoridades estadounidenses abordaron en la Zona Económica Exclusiva de Venezuela un barco pesquero “desarmado y tripulado por nueve humildes pescadores atuneros” desde un destructor armado.
Estados Unidos mantiene acusaciones contra Maduro y altos funcionarios venezolanos por supuestamente encabezar redes de narcotráfico, y ha ofrecido una recompensa de USD 50 millones por la captura del dictador venezolano. Las autoridades chavistas rechazan estos señalamientos y aseguran haber incautado, según el ministro del Interior Diosdado Cabello, más de 60 toneladas de droga en lo que va de 2025.
(Con información de AFP, EFE y EP)