Cuando Gustavo Petro llega al poder la pregunta que se hicieron estudiosos como Raúl Ochoa Cuenca es si se conformaría “un eje de la droga con Colombia con el rol de productor; la Venezuela de Maduro y Cabello la de financista y transportador; y la Nicaragua del Frente Sandinista, en el depósito central y redistribución, dada su cercanía con la frontera mexicana americana. Tremendo negocio: el petróleo es el oro negro y la cocaína el oro blanco”.
Así lo refleja en un análisis Raúl Ochoa Cuenca, licenciado en Relaciones Internacionales, en Ciencias Jurídicas, en Derecho Internacional Público, quien es el creador de los Papeles del Crem, que aglutina a diversos profesionales y defensores de la democracia, produciendo documentos que analizan la realidad especialmente de Venezuela. Explica que por la frontera mexicana americana transita más de la mitad de la droga que ingresa a Estados Unidos.
Resalta que el presidente de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego, le ha recordado a Maduro y socios que “la República de Colombia es tierra de asilo y refugio para las víctimas de la intolerancia de aquellos gobiernos donde dominan el autoritarismo y el no respeto de los derechos humanos. Buena noticia”.
“Para algunos observadores de la política colombiana, el solo aparente e insisto en esto, alejamiento de Petro de la dictadura de Maduro, sería un elemento que le podría beneficiar en el juego de la geopolítica regional y probablemente mundial al ser Maduro y socios sospechosos de pertenecer a las organizaciones que administran esa gran empresa transnacional gansteril como lo es el tráfico mundial de las drogas”.
Destaca el hecho a propósito de ser Colombia “según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en su informe de cierre del año 2020, el primer productor de cocaína en el mundo”.
Hace énfasis en que la ONU refiere que “en las zonas fronterizas de Colombia con Venezuela se concentra el mayor volumen de narcocultivos, siendo el Norte de Santander (noreste) el departamento de mayor área sembrada con 40.084 hectáreas, superando a la de Nariño, limítrofe con Ecuador, como el departamento con mayor área cultivada de hoja de coca en el país, con 30 mil 751 hectáreas sembradas; primer productor mundial de ese alcaloide”.
Destaca Ochoa Cuenca que no se puede obviar en el análisis sobre la situación de la producción y mercado de drogas, siendo Colombia el mayor productor de cocaína en el mundo, que dicho país “esté dirigido por un presidente sostenido, política y financieramente, por grupos de interacción latinoamericanos, de los cuales forman parte muy activa gobiernos acusados de ser parte activa de ese multimillonario negocio: Venezuela y Cuba”.
“No hay hoja que vuele en Venezuela sin ser autorizado por las estructuras de inteligencia cubana presentes a lo largo y ancho del país”.
El discurso de Petro
Insiste en el discurso del presidente Gustavo Petro, el 27 de agosto de 2022, 18 días después de asumir la presidencia, con lo que “despenaliza el cultivo de la materia prima de este alcaloide. Desde el 2017 el cultivo de la hoja de coca en Colombia se ha incrementado entre 17% y 22% interanual, no obstante que este cultivo era perseguido por la ley. Pues el cultivo seguramente se incrementará a niveles no imaginados”.
Ochoa teme que esa decisión del presidente Petro termine convirtiéndose en un boomerang, por lo que cita al diario El Tiempo de Bogotá, que el 2 de diciembre de 2019 se refiere a las preocupaciones en Colombia por el incremento de los cultivos ilícitos, acotando que la economía de la cocaína tuvo un valor de 18,3 billones de pesos en 2018, el doble de los 7 billones que produjo el café ese año.
“Un kilo de cocaína en el mercado final, Londres, New York o Roma vale hasta tres veces el valor inicial. Es decir, si el precio de un kilo era entre 35.000 a 40.000 USD al momento de pisar tierra de ricos, horas después se convierten en 120.000 dólares. Y cómo, ¿por arte de magia? Sí, más o menos es así”.
Explica que “la cocaína viene mezclada con sustancias baratas y fácilmente adquiribles utilizadas como agentes de corte, que imitan los efectos deseados o las características físicas de la droga que se va a reprocesar. Algunas de las sustancias utilizadas para esos fines pueden tener, además de las ya conocidas por el consumo de este estupefaciente, otros graves efectos sobre la salud del consumidor”.
“Solo citaré dos de entre ellas. Una es la Fenacetina, un analgésico retirado del mercado estadounidense en 1983 después de que se asoció con el cáncer, daño renal e incluso mayor riesgo de muerte debido a enfermedades cardiovasculares”.
“La otra sustancia sustitutiva es el Levamisol, un antiparasitario para perros. En Departamento de Justicia en EEUU informó que el 70% de toda la cocaína analizada dio positivo al Levamisol en 2009, frente al 30% de 2008. El Levamisol daña el sistema inmunológico”.
Y en Colombia la ilícita actividad de las drogas contribuye, según el Banco de la República de Colombia, “con el 3.88 % del PIB, mientras que con el café su contribución a la formación de PIB es de solo el 0,8 %.”.
Los contrastes
El Informe Mundial sobre Drogas de 2022, publicado por la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (Onudd), dice que 21,5 millones de personas consumieron cocaína en 2020, es decir, el 0,4% de la población mundial entre 15 y 64 años. “Un gramo de cocaína pura tiene un valor en Europa y EEUU de unos 100 $ americanos y un kilo 100 mil dólares”.
“Creo no marginal recordar que no obstante ese precio de la cocaína, el 10% de la población mundial, 736 millones de personas, sobreviven cada día con menos de 1,90 dólares”.
Ochoa Cuenca resalta que en Venezuela, “un país que podríamos considerar excepcional, entre otras causas porque el salario mínimo es el más pobre del mundo entero, el gobierno de esa nación fijó, en marzo del 2022, en unos 28 dólares el salario mínimo mensual, 93 centavos de dólar por día”.
Pide no obviar que “fuerzas militares irregulares de Colombia ocupan ilegítimamente una gran faja del Catatumbo venezolano que se utiliza, en su complejo, como parte de la infraestructura que gerencia el negocio de las drogas. Esto con la particularidad que no se conoce a ciencia cierta si es con la complicidad de las más altas autoridades del gobierno de facto de Venezuela”.
“Según un estudio hecho público por la Open Society Foundation, inspirada y creada por Georges Soros, polémico y muy rico hombre de negocios húngaro americano, la mayor parte de los gastos globales antidrogas, manejan un presupuesto en los Estados Unidos de América el cual ronda los $25.5 mil millones de dólares anuales”.
“Los consumidores de cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas en Estados Unidos gastaron alrededor de USD 150 mil millones en 2016, según un informe divulgado por el portal de noticias argentino Infobae el 20 agosto 2019”, destacó Ochoa Cuenca.