
Según estudios y expertos, las personas introvertidas suelen inclinarse por vacacionar en zonas montañosas, mientras que los extrovertidos prefieren el mar y los espacios abiertos.
El psicólogo Friedrich Götz, autor de un estudio publicado en Nature Human Behaviour, sostiene que la relación entre las personas y su entorno es ineludible: “No vivimos en un vacío. Todo lo que los seres humanos hacen, piensan y sienten está arraigado con su geografía”.
Su investigación establece que factores como el clima, la densidad urbana y la cultura local pueden ser tan determinantes para la personalidad y la salud como la educación o la genética.
La doctora Alejandra Gómez, psicoanalista y psiquiatra, profundizó en el impacto de los entornos naturales sobre la salud. A la hora de elegir un destino vacacional confirmó la relación con rasgos de personalidad.

La doctora explicó: “La vegetación y los cuerpos de agua, también conocidos como espacios verdes y azules, tienen el potencial de afectar la salud y el comportamiento al proporcionar lugares para la relajación, la socialización y la actividad física”.
Gómez añadió que, según un estudio publicado en PubMed, “sería más favorable a la salud la conexión con espacios verdes por su efecto antiestrés, que los espacios azules como el mar, lagos, ríos, entre otros. Quizás sea un dato para elegir el lugar para vacacionar”.
La individualidad también juega un papel central en la elección del destino. “Cada sujeto podrá elegir su espacio y modalidad para vacacionar según su deseo y según sus preferencias. Se puede decir que la montaña ofrece más aislamiento e introspección en contraposición con la exposición al mar, pero la respuesta es individual”, puntualizó Gómez.
Por su parte, la psicóloga Mari Carmen Bravo afirmó en una entrevista en National Geographic que existe un perfil de viajero que suele sentirse más atraído por los destinos rurales. “Este perfil suele ser el de personas que valoran más la tranquilidad y la calma”, afirmó.

Y completó: “Hay un componente de personalidad que se llama ‘apertura a la experiencia’, que podemos definirlo como la necesidad de descubrir cosas nuevas o diferentes, y esto a veces lo encontramos en lo más sencillo y simple como un pequeño pueblo de montaña o un bosque en mitad de la naturaleza. Al final son personas que valoran la tranquilidad, la paz, la desconexión, la calma, no mirar la hora del reloj, dejarse llevar y fluir por lo que vaya surgiendo", resaltó.
Incluso una investigación de 2015 realizó 5 estudios y llegó a la conclusión que quienes amaban la montaña eran más introvertidos que quienes amaban el océano. Según los investigadores, las personas preferían el océano a las montañas cuando querían socializar con otros, pero preferían las montañas y el océano por igual cuando querían relajarse a solas.
Los beneficios de los espacios azules

Wallace J. Nichols fue un biólogo marino que dedicó su vida al estudio del efecto del mar en los humanos y bautizó con el nombre de “Blue Mind” (mente azul en español) a un estado caracterizado por la calma, paz, unidad, felicidad y satisfacción que nos inspira el agua y sus elementos asociados, desde su color hasta las sensaciones que nos produce interactuar con ella.
El proyecto BlueHealth, integrado entre otros por la Unión Europea y citado por Nichols en su libro “Blue Mind: La sorprendente ciencia que demuestra cómo estar cerca, dentro, sobre o bajo el agua puede hacerte más feliz, más saludable, más conectado y mejor en lo que hacés”, demostró que el contacto regular con espacios azules se asocia con una menor prevalencia de enfermedades crónicas y una tasa de mortalidad más baja.
Los beneficios que brindan los espacios azules, según el estudio de BlueHealth son:
- Reducción del estrés
- Lugares de encuentro para socializar
- Reseteo cognitivo: ayudan a recuperar la mente cansada
- Mayor biodiversidad
- Mayores oportunidades para hacer ejercicio
- Desarrollo de habilidades prácticas para la vida, por ejemplo, natación, remo, canotaje, etc.
Los beneficios de los espacios verdes

La doctora Wynne Armand, profesora adjunta de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard y directora asociada del Centro para el Medio Ambiente, ha investigado en profundidad los efectos de los espacios verdes.
Armand afirmó que “pasar tiempo rodeado de árboles y espacios verdes mejora nuestra salud y nuestro estado de ánimo”, y subrayó que vivir cerca de los árboles o pasar tiempo en contacto con la naturaleza se asocia con beneficios como la reducción de la presión arterial, la mejora de la calidad del sueño y el alivio de enfermedades crónicas.
Pero también son importantes los beneficios de los árboles y la naturaleza para los niños. Un estudio de niños de 4 a 6 años encontró que aquellos que vivían cerca de espacios verdes demostraron un comportamiento menos hiperactivo y obtuvieron puntajes más altos en pruebas de atención y memoria visual en comparación con los niños que no lo hacían.
Los beneficios de los pueblos y zonas rurales

La psicóloga Mari Carmen Bravo afirmó a National Geographic que “los pueblos ofrecen un descanso emocional real, mientras que las ciudades o la playa hace que cambies de lugar, pero tu cerebro sigue en un ritmo bastante parecido al de la rutina, no hay un descanso real".
Y añadió: “Nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan un descanso del ritmo caótico del día a día, necesitamos un espacio para reconectar con las pequeñas cosas que en el día a día se nos olvidan y que volvemos a recordarlas en unas vacaciones en un pueblo rural. El campo, la montaña, el sol, el aire limpio tienen un efecto muy positivo en nuestro estado de ánimo”.
Bravo recomendó elegir un entorno rural para evitar la sobrecarga de estímulos y alejarse del ruido del tráfico y la publicidad constante. “Los pueblos ofrecen un descanso emocional real, mientras que las ciudades o la playa hacen que cambies de lugar, pero tu cerebro sigue en un ritmo parecido a la rutina”, agregó Bravo.
Finalmente, ¿cómo elegir el lugar adecuado? Según Gómez, “el lugar ‘correcto’ es el posible en cada época y circunstancia de la vida. Habrá recomendaciones según edad, posibilidades económicas, físicas, estado de salud, en soledad o acompañado, viajes organizados o libres, el tipo de compañía, por nombrar algunas variables pero siempre será un lugar a gusto y medida”.
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