En un nuevo episodio de la Fórmula Podcast, Hache Ariel Merpert, director ejecutivo de TEDx Río de la Plata, compartió su mirada sobre el poder de las historias como vehículo para transmitir ideas y generar conexiones profundas. Explicó que, al trabajar con oradores, busca bucear en sus vivencias para encontrar conceptos universales capaces de resonar en cualquier persona, y recordó charlas que lo transformaron. También reflexionó sobre la tensión entre ser especialista y generalista, y cómo descubrió que su fortaleza está en conectar mundos, personas e ideas.
En un contexto atravesado por la inteligencia artificial y las redes sociales, destacó la importancia de aprender a escuchar, no solo en silencio, sino a través del diálogo, para comprender, empatizar y resignificar lo que otros comparten. Además, defendió la importancia de cambiar de opinión como parte del proceso de comprensión, contando cómo la paternidad lo llevó a bajar banderas y replantear creencias, especialmente en la crianza y la educación. El episodio completo podés encontrarlo en Spotify y YouTube.
Hache es un innovador educativo argentino, director ejecutivo de TEDxRíodelaPlata y cofundador de Clubes TED-Ed, programa que llega a más de 50.000 adolescentes en todo el país. Con formación interdisciplinaria, combina educación, tecnología y diseño para crear experiencias que potencian la creatividad y el pensamiento crítico. Conferencista nacional e internacional, aborda temas como innovación, inteligencia artificial y vínculos intergeneracionales, con un estilo dinámico y cercano.

TEDxRíodelaPlata celebra su 15° aniversario con el festival de ideas Tiempo, que se realizará el domingo 28 de septiembre en el CEC – Centro de Convenciones de Buenos Aires, con una jornada única de charlas y experiencias que combinan ciencia, creatividad, música y conversación.
El evento contará con dos escenarios centrales y cuatro segmentos temáticos curados por expertos: Tempo, la música de las ideas (con Ezequiel Silberstein y Pablo Lewin, fusionando charlas y música en vivo); La ciencia del tiempo (curado por Diego Golombek, explorando interrogantes sobre la percepción y medición del tiempo), Tiempo de conversar (con Eduardo Sáenz De Cabezón y Gerry Garbulsky, en un formato híbrido entre teatro y charla) y Creatividad para transformarnos (con Mariano Dorfman y Ximena Díaz Alarcón, inspirando cambio desde el arte, la tecnología y la innovación).
Más de 25 oradores y músicos presentarán sus ideas y proyectos que están transformando el presente. Las entradas —en modalidad Full o packs de dos segmentos— ya están disponibles en www.tedxriodelaplata.org, con opciones para turno mañana (10 a 14 h) o tarde (15 a 19 h).
El poder de las historias y el origen de su vínculo con TEDx Río de la Plata

— ¿Cuál es el poder que tiene una buena historia, una buena conversación?
— Yo creo que todos nos acordamos de alguna forma de ideas que están relacionadas con historias que nos pasaron. No es lo mismo que una idea aparezca aislada que enredada en una historia en la que nosotros, de alguna forma, somos protagonistas. Cuando le pedimos a una persona que viene haciendo cosas increíbles que cuente una idea, lo primero que tenemos que hacer es bucear en su historia, porque muchas de esas ideas no son tan evidentes para las mismas personas que dan esas charlas.
Por ejemplo, a veces llamamos a un científico para que dé una charla sobre su especialidad y él piensa que su idea es tal. Pero buceando en su historia encontramos que esa idea está enredada con otra cosa. Y esa otra cosa es más grande y más general. Nosotros tenemos un programa educativo muy lindo y estaba hablando con un pibe sobre cuál iba a ser la idea que iba a contar y él quería hablar sobre un proyecto que iba a hacer. Las charlas TED son sobre cosas que hiciste o que estás haciendo, no sobre cosas que vas a hacer. Y él me quería contar que quería hacer una aplicación para medir la cantidad de agua que se gasta en la ducha. Genial. Eso es algo que querés hacer, todavía no lo hiciste. Pero cuando le empecé a preguntar por qué, me empezó a decir, por ejemplo, que tenemos un montón de aplicaciones que nos ayudan a ser eficientes en distintos aspectos de nuestra vida: el calendario para nuestro tiempo, de dieta para nuestra alimentación, de ejercicio o de salud para nuestro cuerpo. Pero en aquello en lo que no somos eficientes y perjudicamos a los demás, no solo a nosotros mismos, no tenemos ninguna aplicación que nos ayude a medirlo. Ahí está la idea. La idea no es la aplicación que va a hacer él. Es esa idea que te permite a vos, que no te dedicás a las aplicaciones y que no vas a hacer esa aplicación, pensar esa misma idea en tu propio contexto. Por eso las ideas tienen mucho sentido, porque se enredan con nuestras vidas.

— ¿Cómo fue tu primer acercamiento al mundo TEDx Río de la Plata?
— Yo creo que mi primer charla TED la vi, no sé, habrá sido en 2008 o 2009 y me debe haber llegado por mail. Me acuerdo que la primera vez que lo vi dije: “Esto es alucinante”. Hay gente a la que yo no voy a tener nunca acceso porque está en alguna universidad de algún lugar muy lejano y me cuenta una idea, me da una charla muy bien preparada en muy poquito tiempo. Después conocí a Gerry Garbulsky, que es el fundador de TEDx Río de la Plata y hoy es parte del equipo. También a Melina Furman, que es una educadora increíble que falleció el año pasado, una amiga del alma, y en su momento me pidieron que me sume al equipo, que ya estaba creado, para que haga el primero de los eventos de educación. Y ahí fue mi primer vínculo con la organización y me encontré con un grupo de gente alucinante. Es el equipo que toda organización querría tener, pero nadie podría pagar porque son voluntarios que se ponen a pensar qué ideas pueden ayudar a mejorar nuestra sociedad y a otras personas a contar esas ideas. Es una posición muy altruista de parte de mucha gente muy grosa. Así que bueno, Gerry y Melina, Santi Bilinkis, Diego Golombek y podría estar un rato diciendo nombres. Son algunos de mis amigos con los que navegamos eso.

— ¿Te acordás de alguna conversación o charla transformadora para vos?
— Una en particular cuando empecé a formar parte de la organización y a acompañar a oradores, me acuerdo que la primera persona que acompañé fue Romina Lister. Es una médica especialista en inmunología y pediatra y es especialista en vacunas y me acuerdo que habían hecho el estudio que guió a una vacuna muy importante que fue la de la gripe A y habían hecho un estudio acá en Argentina que después terminó ahí. Y la idea que quería contar era la de inmunidad colectiva, que significa que si tenés muchas personas vacunadas hace que aquellos que no se pueden vacunar por alguna razón médica, igual estén protegidos porque todos los de alrededor están vacunados. Es uno de los principios fundamentales de cómo funciona el sistema de vacunación. Y Romina era protagonista de esa idea y me pareció alucinante que ella se había metido en el medio de una epidemia en ese momento de gripe A para tratar de entender el problema y salvar gente. Me pareció tremendamente conmovedor, algo que después nos hicimos todos un poco expertos durante la pandemia en cómo funcionan las vacunas, etcétera.
Pero en ese momento fue una apertura de mi cabeza a un universo que no era el mío y que me pareció increíble. Me acuerdo también de una conversación con Dani Molina y en la previa él dijo una idea sobre la identidad. Yo tengo muchas identidades que, de alguna manera, están tejidas en mí y que las voy siguiendo y haciendo un telar de ellas. Y Dani dijo: “La identidad también puede ser una cárcel”. Y cuando dijo eso algo en mí cambió. Esta idea de que la identidad puede representarte y vos podés estar muy orgulloso, pero si te atás demasiado a esa identidad y el resto solamente te percibe por esa identidad, tal vez es más limitante que otra cosa. Hay algo de encontrar el valor de la identidad, pero no permitir que te hunda, que me conmovió mucho.

— Creo que eso pasa cuando uno se identifica demasiado con un solo rol, sobre todo el laboral. Si algo se quiebra, parece que la vida entera se derrumba. La lección es equilibrar las distintas áreas y no dejar que una predomine sobre las demás.
— Y también pensar en cuál es la mirada de los demás sobre tu propia identidad. Porque uno puede decir yo soy tal cosa, tal otra o formo parte de determinada comunidad, y los demás perciben eso de una manera particular. Cada uno tendrá sus sesgos sobre esa situación. Y tal vez hay algo que tiene que ver con cómo vos tejés esas identidades para producir algo nuevo, que es tu yo único, que tal vez eso es lo más importante, mucho más importante que el casillero en el que los otros te ponen. Yo trabajo mucho en educación, en escuelas y es muy fuerte como el ejercicio de etiquetar, de poner en casilleros a las personas. Aparece y está un poco descontrolado en ese momento tiene que ver con la edad también. Pero aprender a pensar en identidades más complejas, en que una persona no es solamente una cosa, es importante para nuestra sociedad.

— ¿Creés que encasillar a las personas ocurre más en los jóvenes que en los adultos?
— No creo que pase más en los jóvenes. Creo que en los jóvenes pasa que están todos juntos, 30 pibes en un aula, durante mucho tiempo. Es una pecera en donde eso se ve muy fácil. Pero ahora tenemos las redes sociales que muestran eso. Es la pecera del mundo que nos muestra que eso está pasando todo el tiempo. Es muy fuerte y muy doloroso. Yo creo que genera mucha angustia de las personas que son encasilladas, pero también de las ganas, de la necesidad de encajar en eso, de la necesidad de querer parecerte.
Entonces, afilar tu identidad a una sola cosa es complejo. Yo me considero generalista. Me dedico a la educación y ese es mi eje, pero soy diseñador, tengo un montón de intereses. Siempre me dio un poquito de FOMO ser especialista. Por ejemplo, tengo un amigo que es médico y opera esófagos. Es muy especialista en una parte del cuerpo. A mí me encantaría saber tanto de eso como él y me da un poco de FOMO, me da ganas y por mi trabajo en el Río de la Plata estoy todo el tiempo hablando con especialistas de temas muy puntuales y muy locos. Me da FOMO, tengo ganas de ser como ellos también. Pero no me sale. Lo que me sale es otra cosa. Lo que me sale es tratar de encontrar la conexión entre las cosas y me dedico a eso. Me dedico a encontrar la forma en la que algo se puede usar en un contexto distinto, en conectar una idea con otra idea, en poner dos personas juntas a hacer algo que no pensaban antes.

Generalistas, especialistas y el futuro de la educación
— ¿Cómo sentís que se vive esa diferencia entre ser generalista y ser especialista en la actualidad?
— Una vez me pasó que estaba en una universidad dando una charla y una chica me preguntó cómo había llegado a dedicarme a lo que me dedico. Yo le dije que me encantaría ser especialista en algo, pero me siento más generalista y ella me dijo: ‘Vos sos especialista en la conexión entre las cosas”. Me sentí mejor, pude dormir mejor esa noche (risas). Creo que me ayudó esa perspectiva de afuera, porque en un contexto como el que tenemos ahora de inteligencia artificial, en donde muchas especialidades están comoditizando, donde hay mucho y el mundo de las redes sociales te propone que te especialices en algo porque si no vendés esto de tu marca personal, nadie va a entender qué hacés. Pensarme como especialista en la conexión entre las cosas me da un ángulo distinto.

— Para mí puede pensarse también al revés: antes vivíamos en un mundo muy especializado, donde estudiabas cuatro años una carrera y con eso tenías toda una vida laboral muy específica.
— Estoy de acuerdo con lo que vos decís. Me parece que la inteligencia artificial, de alguna manera, está poniendo en valor la posición del que puede conectar mundos, el que puede hacer que algo se conecte con otra cosa que puede poner a trabajar a distintos robots. Y creo que en las redes sociales está pasando eso. Los creadores de contenido muchas veces son multimodales. Por ejemplo, hay una persona que yo admiro mucho es Agustín Aristarán. Soy Rada en Instagram. Es un especialista en muchas cosas y combinó eso de una manera única y ahora es un artista de la hostia, totalmente complejo. Es difícil encasillarlo. ¡Qué bueno que no lo podamos encasillar! Pero también creo que la comunicación nos está llevando por otro lado. En las redes sociales, vos tenés que ser algo y si no sos ese algo es difícil que te encasillen. Por ejemplo, si vos no sos cantante es difícil que te llamen para algo porque ¿dónde te encajan? Si no sos especialista en esto, ¿cómo te presentan? ¿Cuál es la bio que pongo? Todo ese mundo que te obliga a decir que sos rápido en uno, dos renglones o en una palabra. Ese mundo que te dice eso va en sentido contrario.
Hay como una especie de disonancia cognitiva, esta idea de que el mundo te pide una cosa, pero la comunicación te pide otra. La verdad es que la comunicación es muy fuerte, te arrastra, te lleva puesto. Entonces, tratar de pensar en lo necesario, pararte en una posición más generalista para algunas cosas a mí me parece muy importante, más pensando en el futuro y más pensando en los pibes que tienen que elegir qué estudiar. Saben los pibes que no van a hacer una sola cosa, pero las opciones de carrera que tienen muchas veces son limitadas. Esta idea de que voy a tener que estudiar varias cosas, voy a tener que participar en proyectos multidisciplinarios, es una idea que a los pibes les cuesta mucho porque los adultos no están pensando en que eso va a ser así.

Jóvenes, elecciones de vida y el rol de la escucha
— Terminar el secundario y elegir qué estudiar era abrumador hace una década atrás. Hoy, con la inteligencia artificial y el temor a que ciertos trabajos desaparezcan, la decisión parece aún más aterradora. ¿Notás eso cuando hablás con adolescentes?
— Sí. Por un lado veo que pibes y pibas ya saben que no van a dedicarse a una sola cosa y veo todavía un mercado educativo que piensa que sí y les ofrece carreras demasiado especializadas que les piden rápidamente que se especialicen en algo. Pero a veces que se especialicen en técnicas específicas para hacer algo que también son intercambiables, que van corriéndose en la medida en la que la tecnología avanza. Y veo también conversaciones de los pibes con sus docentes que les piden consejo y los docentes que saben que tienen un mundo complejo por delante. Pero ellos tuvieron otra experiencia, se dedicaron a una cosa y se sostuvieron en esas carreras. Les cuesta acompañarlos a estos pibes que también vienen muchas veces muy influenciados por las cosas que ven en el mundo de las redes sociales. Es un mundo complicado que en donde los pibes están muy expuestos a la mirada del otro y en donde necesitan mucha más escucha que otra cosa.
Escuchar es una habilidad muy compleja que requiere muchísimo esfuerzo aprender y no está en una materia, en una carrera. Pero que probablemente es una de esas habilidades que uno dice: “Esto va a formar parte del futuro seguro”, porque necesitás escuchar a las personas para conectar ideas. Necesitás escuchar lo que les está pasando para tener empatía y poder producir a partir de eso. Necesitás escuchar sus ideas y entenderlas de una manera particular para poder resignificarlas y pasarlas por tu propio matiz. Pero no está la carrera “Escuchar”. Tal vez alguno lo podrá relacionar con psicología, pero esa es otra cosa. Si vos le tenés que decir a un pibe que te está pidiendo ayuda sobre qué hacer, yo no sé bien qué decirle. Por eso creo que es difícil para los pibes que están buscando referencia rápida y además se han acostumbrado a que hay un montón de gente en redes sociales diciendo lo que tenés que hacer y de qué manera. Eso en la vida real no existe, no funciona así.

— ¿Qué es para vos una buena escucha? ¿Qué significa saber escuchar?
— A mí me sale mucho mejor escuchar por la boca. ¿A qué me refiero con esto? Para entender, escuchar y comprender, necesito interactuar, repreguntar, decirte lo que estoy pensando sobre lo que me estás diciendo, necesito que entremos en diálogo. No es la forma en la que el mundo piensa en escuchar. El mundo piensa en escuchar y visualiza gente que está sentada en silencio, prestando atención. Esa es una forma de escuchar y es muy exitosa, pero no es la única ni es la que nos sale mejor a todos. En la escuela, por ejemplo, te piden que hagas silencio, escuches y prestes atención. A mí esa forma de escuchar me cuesta más y lo aprendí a los golpes porque me costó mucho entender que yo, para escuchar mejor, necesitaba una conversación para entender mejor lo que te pasa. Para decir en voz alta lo que estoy pensando sobre lo que vos me estás diciendo y, de alguna forma, darle sentido en mi propio universo.

— La verdad tiene múltiples puntos de vista y encasillar solo lo conocido limita el descubrimiento. En la música, el cine o los vínculos, es clave abrirse a lo desconocido, porque puede sorprender y enriquecer.
— Bueno, de hecho, TEDx Río de la Plata, esa es nuestra especialidad. Cuando ves una charla TED online es una cosa, pero cuando venís a los eventos te vas a encontrar con algunas charlas que vos ya sabías que iban a estar y que te interesaban. Pero también con otros oradores que no conocés, que no tenés idea de los temas de los que van a hablar o que tal vez sabés los temas pero no te interesan a priori, los vas a escuchar de una manera distinta y creo que mucho tiene que ver con esta idea del dispositivo de escucha que venimos hablando sobre la escucha. Para mí es muy relevante que para escuchar mejor necesitamos un dispositivo que nos ayude a escuchar esta conversación. Es un dispositivo. Es pensar que sentados de esta manera, en silencio, sin que el celular nos esté sonando, sin que nos esté hablando otra persona, vamos a escuchar de una manera distinta.
Los eventos de TEDx Río de la Plata son dispositivos que hacen como un pequeño truco de magia, que es cuando pensamos en una charla TED, pensamos en una persona, en un escenario, hablando en un círculo rojo como cristal. Esa es la foto. El truco de magia es que en ese evento hay miles de personas escuchando y eso es lo más importante. Desde que el Río de la Plata es un dispositivo de escucha más. Más allá de ser en algunos casos un dispositivo de comunicación de ideas, la idea es aprender a escuchar mejor. Para eso nos tenemos que sentir cómodos. TED es un dispositivo que lo que hace es proponerte venir a un show porque es en parte un show, algo a lo que ya estás un poco acostumbrado, porque probablemente haya sido teatro alguna vez haya sido algún recital, la vas a pasar bien, hay humor involucrado, momentos en donde te vas a conmover, pero en donde te vamos a pasear por distintas cosas. Eso que uno piensa cuando quiere que la otra persona la escuche, escuche algo distinto. Aprender a escuchar supone aprender cuáles son los dispositivos que me hacen escuchar mejor y tratar de recrearlos y crearlos todo el tiempo.
Cambiar de opinión y aprender a replantearse las propias creencias

— ¿Por qué creés importante el valor de cambiar de idea?
— La coherencia es algo muy interesante, pero está ocupando espacios que no debería. Cuando lo que valoramos de alguien es su coherencia, puede ser que eso que está diciendo lo siga diciendo porque lo vio antes. Pero la mayoría de las veces la coherencia está ocupando el lugar del que siempre dijo lo mismo y nunca cambió de opinión. Y yo cambio de opinión todo el tiempo. Me parece que entender es comprender, también es agarrar pedacitos de mundo que están fuera de mi universo y acercarlos y darles sentido en mi mundo. Eso supone cambiar de idea.
Imaginate qué feo sería el mundo si todo lo que pensamos ahora lo seguimos pensando en diez años. Yo soy papá y el 90 por ciento de los banderines que yo tenía izados en un mástil los bajé porque uno piensa cuando yo sea papá, tal cosa... y no funciona todo eso. A mí me parece que aquel que me dice que no cambia de opinión, a priori, me resulta... Me da desconfianza. Me parece que alguien que realmente está haciendo un esfuerzo por comprender tiene que dar ese espacio. Si realmente no podemos cambiar de idea, si no podemos contradecirnos a nosotros mismos, pensar otra cosa, primero, nos estamos perdiendo una parte hermosa del mundo. Segundo, probablemente nuestros vínculos van a ser cada vez más pobres. Y tercero, el mundo va a sufrir un montón, las personas que te rodean van a sufrir un montón. Imaginate una persona que no puede comprender algo, un cambio de personalidad de otra, una decisión distinta de otro. Tal vez antes no hubiera estado de acuerdo. Pero ahora sí. Sería horrible el mundo así. Hay gente que sufrió mucho por estas cosas.

— ¿Podrías compartir algún ejemplo personal de cambios de creencias o banderas bajadas?
— Tengo un millón. Por ejemplo, alimentación. Me acuerdo cuando nació nuestra hija Gal con Meli Maznata, que es mi esposa, teníamos una idea de cómo queríamos que se alimente y éramos recontra estrictos. Y dijimos: “Bueno, hasta los dieciocho es así”. Y después empezamos a entender que parte de la historia no es nosotros elegir lo que ella come, sino presentarle opciones, que ella de alguna forma se vincule con esas opciones, que vea que nosotros preferimos esas opciones. Pero que también pruebe lo otro, porque si no prueba lo otro, el día que lo prueba... descontrol.
Hay algo ahí de encontrar esa forma. Hay una frase muy linda de una serie que se llama This is us, que es un culebrón espectacular, que dice que los hijos no vienen de uno, sino a través de uno. A mí me parece una linda forma de decir: “Vas a bajar todas las banderas que tenías, de la primera hasta la última, una después de la otra”. Hay un millón de cosas que yo pienso ahora que no pensaba antes sobre la educación, sobre la educación de mi hija. Yo trabajo en educación y la verdad que participar en primera persona del proceso por el cual una persona chiquitita empieza a comprender el mundo, te cambia. Haber sido testigo en primera persona de cómo pasó, cómo hizo ese salto cognitivo tan grande me cambió para siempre. Nunca más voy a pensar en la creatividad de los pibes de la misma manera. Es una lente distinta para ver el mundo. Ahora cuando los pibes están contando algo, yo no estoy pensando más de dónde lo sacaron, estoy pensando cómo puedo hacer para que inventen más, para que lleguen más lejos con esa imaginación.
— Este año, TEDx Río de la Plata tiene como eje el tiempo. ¿Considerás que el tiempo también permite cambiar de opinión o adoptar nuevas perspectivas?
— Hay veces que para cambiar de opinión hay que pasar dos veces por el mismo punto. Cumplimos 15 años y el primer evento de TEDX Río de la Plata fue sobre el tiempo y te puedo asegurar que este evento es muy distinto al anterior porque nos propusimos como equipo volver sobre algo, un lugar en el que ya habíamos estado y pensar ahora en el tiempo desde otro tiempo. Cuando hablamos de dispositivos antes, de cambiar de opinión, de exponernos a cosas que a priori no nos interesan, necesitamos alguna forma de hacer eso que nos ayude. Creo que tiene un poco que ver con toda la conversación que venimos, con tratar de estar dispuesto a bajar banderas, estar dispuesto a pensar las cosas de una manera distinta, no para que después pienses todo lo contrario lo que pensás ahora, incluso tal vez a veces es para estar más de acuerdo con lo que pensaba antes. Pero ese ejercicio es probablemente la contribución más grande que vamos a hacer en un momento como este.
— Te voy a hacer la última pregunta que le hago a todos los invitados: si pudieras dejar algo para compartir que te haya conmovido, inspirado o hecho reflexionar últimamente, ¿qué sería? Puede ser una frase, un libro, una experiencia…
— Me gustaría volver sobre la idea de Gabriel Mindlin de que comprender es sentirnos cómodos con la realidad, con un fenómeno en el contexto de la realidad que conocemos. Y me parece que a mí me dio una perspectiva muy distinta que me permite pensarme a mí, cómo yo me acerco al conocimiento y pensar en la diferencia entre comprender y la verdad, que me parece que en general están muy mezclados, son aspiracionales los dos y que no siempre son lo mismo. Y tal vez eso nos puede permitir entender algunas de las cosas terribles que están pasando en el mundo.
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