Prada adquirió a su rival Versace: cómo queda configurado el nuevo mapa del lujo global

La marca internacional acaba de dar un golpe estratégico al mercado y busca consolidar el dominio italiano frente a los gigantes franceses como LVMH y Kering. Cómo se reconfigura la nueva era del estilo

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Vista del logotipo de la
Vista del logotipo de la tienda Prada en el barrio de Soho, en el bajo Manhattan, Nueva York, 10 de abril de 2025. La casa de moda italiana Prada acordó pagar 375 millones de dólares a Capri Holdings por su rival Versace. (Foto de Anthony Behar/Sipa USA)

El universo del lujo acaba de vivir un giro trascendental. Prada, con la reciente compra de Versace, traza una nueva línea en el mapa de la moda, creando una triangulación que se alza con fuerza frente a los gigantes tradicionales del sector. El trío que ahora domina el mercado de lujo lo conforman Prada, LVMH y Kering, los tres colosos que dibujan las coordenadas de una industria que no solo desafía los límites del estilo, sino también los de la economía global.

Y si hablamos de números, el de la reciente fusión, marca con elocuencia el peso que tienen estos nombres propios: la adquisición de Versace por parte de Prada, fue a un costo de alrededor de 1.250 millones de euros (1.375 millones de dólares). Este no es solo un cambio en la propiedad, sino un movimiento estratégico con un claro objetivo: consolidar el dominio italiano frente a los imperios franceses.

La adquisición de Versace por parte de Prada marca una nueva era en la que las casas italianas de lujo, conocidas por su rica historia, comienzan a tomar la delantera en un mercado que históricamente ha sido dominado por los franceses.

Vista de la tienda Versace
Vista de la tienda Versace en el barrio de Soho, en el bajo Manhattan, Nueva York, 10 de abril de 2025 (Photo by Anthony Behar/Sipa USA)

La suma de estas dos casas históricas crea un conglomerado que proyecta unos ingresos superiores a los 6.000 millones de euros, lo que posiciona al grupo en un plano competitivo con pesos pesados como LVMH, que, en 2024, generó cerca de 85.000 millones de euros en ingresos, o Kering, con ventas de 17.000 millones de euros.

Prada, al incorporar Versace a su portafolio, busca fortalecer su posición, ampliando su oferta de productos, desde la alta costura hasta los accesorios, mientras enfrenta los desafíos que plantea un mercado global cada vez más volátil y exigente.

Tras más de 25 años
Tras más de 25 años al frente de la marca, se conoció hace poco que Donatella Versace cedió hace unos meses su puesto como directora creativa REUTERS/Danny Moloshok/File Photo

El mercado de lujo, aun en movimiento, atraviesa tiempos de incertidumbre, con señales claras de desaceleración económica. LVMH, bajo la dirección de Bernard Arnault, enfrentó un lento crecimiento en 2024, con sus ganancias del primer trimestre que aumentaron solo un 3%.

Aunque sigue siendo el jugador dominante, la ralentización del consumo, especialmente en Asia, ha afectado las ventas de marcas clave como Moët Hennessy y Louis Vuitton.

Este panorama no es distinto para Kering, que también atravesó dificultades, con una caída del 11,3% en sus ingresos durante el primer trimestre de 2024 y una disminución significativa de las ventas de Gucci.

SHANGHÁI, CHINA - 9 DE
SHANGHÁI, CHINA - 9 DE ABRIL DE 2025 - Peatones pasan frente a una tienda insignia de PRADA en Shanghái, China, el 9 de abril de 2025. (Foto: CFOTO/Sipa USA)

La desaceleración de los mercados asiáticos, especialmente la caída de la demanda de artículos de lujo en China, ha puesto a estos gigantes en una encrucijada, lo que hace aún más relevante la consolidación de Prada y Versace como una nueva potencia.

El acuerdo de Prada con Capri Holdings, que adquirió Versace en 2018 por 1.830 millones de euros, refleja una recalibración del mercado. Esta situación resalta la capacidad de Prada para adquirir una marca emblemática en un momento crítico, utilizando su experiencia y recursos para dar un nuevo impulso a una firma que parecía perder su esencia.

Bernard Arnault, presidente y director
Bernard Arnault, presidente y director ejecutivo de LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton, habla durante la presentación de los resultados anuales de 2024 de LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton en París, Francia, el 28 de enero de 2025 REUTERS/Benoit Tessier/Foto de archivo

Versace sin Donatella

El cambio interno más significativo para Versace, sin embargo, se produjo en su liderazgo creativo. Tras más de 25 años al frente de la marca, Donatella Versace cedió hace unos meses su puesto como directora creativa a Dario Vitale, un diseñador con experiencia en Miu Miu, la marca joven y experimental de Prada.

Esta transición marca el fin de una era para Versace, que bajo la batuta de Donatella ha sabido consolidar un estilo audaz y provocador que se ha convertido en un símbolo de poder femenino y glamour maximalista. La salida de Donatella, quien asumió el liderazgo de la marca en 1997 tras el asesinato de su hermano Gianni, es uno de los movimientos más significativos de la industria de la moda en los últimos años.

Cortesía de Louis Vuitton
Cortesía de Louis Vuitton

A lo largo de su mandato, Donatella no solo reinventó la marca, sino que le otorgó una dimensión cultural que la mantuvo en la cima del lujo global, con momentos inolvidables como el icónico vestido verde de Jennifer Lopez en los Grammy de 2000.

Donatella se mostró emocionada por su nueva etapa, como embajadora principal de la marca, y expresó su entusiasmo por apoyar a la nueva generación de diseñadores.

Su legado, marcado por una estética que fusionaba el maximalismo con la imagen de una mujer empoderada, seguirá siendo una referencia en la moda. A pesar de su salida del puesto creativo, Donatella sigue siendo una figura clave para la marca, y su influencia perdurará, aunque desde un rol más institucional.

Una modelo presenta una creación
Una modelo presenta una creación de la colección Primavera/Verano 2025 de Gucci durante la Semana de la Moda de Milán, Italia, el 20 de septiembre de 2024. REUTERS/Claudia Greco/Foto de archivo

La llegada de Vitale, quien asumirá la dirección creativa a partir de abril de 2025, se perfila como un cambio necesario para revitalizar la marca. Su experiencia en Miu Miu podría aportar una frescura necesaria para dar un giro moderno a Versace, sin perder la esencia de la firma.

Esta transición en Versace es el reflejo de una industria que se encuentra en constante cambio. El relevo generacional en las casas de lujo, como el de Vitale en Versace o el de otros diseñadores en marcas como Balenciaga o Gucci, se alinea con la necesidad de mantener la relevancia en un mercado que busca innovación, sin perder la conexión con sus raíces.

Para Prada, esta adquisición representa no solo una expansión en términos de marcas, sino también una renovación en su oferta estética y una respuesta a los desafíos del mercado global.

Una mujer, usando un ventilador
Una mujer, usando un ventilador portátil durante un caluroso día de verano, pasa frente a una tienda de Balenciaga en el distrito comercial de Ginza en Tokio, Japón, el 11 de agosto de 2024. REUTERS/Willy Kurniawan

Con la integración de Versace a su portafolio, Prada se asegura un lugar destacado en el mapa del lujo global, desafiando a los gigantes LVMH y Kering, que han dominado el sector durante décadas. Si bien estos conglomerados franceses siguen siendo los actores más poderosos, el ascenso de Prada con la adquisición de Versace podría redefinir las reglas del juego.

En este nuevo triángulo dorado de lujo, la competencia será feroz, pero también habrá espacio para la innovación y la reinvención. Prada, LVMH y Kering, como los nuevos guardianes del lujo, tendrán que adaptarse a los cambios del mercado, a las nuevas demandas de los consumidores y a los desafíos económicos globales. Y todo estará atravesado por las tendencias y la moda que ya de por sí son un motor más que poderoso.