
Muchos padres enfrentan el desafío de lograr una comunicación significativa con sus hijos. En ocasiones, los intentos por conversar terminan en respuestas cortas, encogimientos de hombros o silencios incómodos. Esta dificultad no es aislada, sino que responde a factores evolutivos, emocionales y contextuales que influyen en la manera en que los niños y adolescentes eligen comunicarse.
Estudios indican que la falta de diálogo entre padres e hijos es un fenómeno extendido. Según una encuesta realizada a 2000 padres de niños en edad escolar, el 70 % afirmó que “tienen dificultades para comunicarse de manera significativa” con sus hijos, mientras que el 40 % señaló que las conversaciones comunes con ellos no superan los diez minutos. Además, el 82 % considera que sus hijos evitan hablar con ellos si no es necesario, y el 78 % siente que esto los lleva a “ser excluidos de la vida de su hijo”, según el blog Sharon Epstein Coaching.
Ante este panorama, ¿cómo pueden los padres mejorar la comunicación con sus hijos? Existen diversas estrategias para fomentar un ambiente de confianza, evitar errores comunes y crear oportunidades naturales de conversación.

Dificultades en la comunicación: ¿por qué los niños no hablan con sus padres?
Uno de los principales obstáculos es que los niños, especialmente a medida que crecen, tienden a ser más reservados, señala la especialista Meghan Leahy en The Washington Post. Sin embargo, cuando este silencio es sistemático, es posible que existan factores adicionales que lo refuercen.
Entre las razones más comunes se encuentran:
- Falta de tiempo para responder: a menudo, los padres hacen preguntas y esperan respuestas inmediatas. Sin embargo, algunos niños necesitan más tiempo para procesar sus pensamientos.
- Sentimiento de culpa o vergüenza: si en el pasado el niño se ha sentido juzgado o reprendido por compartir información, es posible que ahora prefiera callar.
- Expectativas poco realistas: en algunos casos, los padres hacen preguntas que exigen un nivel de introspección o planificación que el niño aún no ha desarrollado.
- Cansancio o sobrecarga emocional: después de un largo día escolar, muchos niños simplemente no tienen energía para relatar lo sucedido.
- Miedo a la reacción de los padres: algunos niños evitan hablar porque temen una reacción negativa. Si en el pasado han recibido interrupciones, críticas o castigos inmediatos, es posible que prefieran callar antes que enfrentar una conversación incómoda.

Estrategias para mejorar la comunicación con los hijos
Para lograr conversaciones más abiertas y naturales, los expertos recomiendan cambiar la forma en que se formulan las preguntas, elegir los momentos adecuados y propiciar entornos en los que los niños se sientan cómodos compartiendo.
1. Reformular las preguntas
Las preguntas genéricas como “¿Cómo estuvo tu día?” suelen generar respuestas monosilábicas. En cambio, se pueden hacer preguntas más específicas, como:
- “¿Qué te hizo reír hoy?”
- “¿Cuál fue la parte más difícil de la escuela?”
- “¿Alguien dijo algo gracioso?”
- “¿Qué aprendiste en la clase de matemáticas?”.
Estos enfoques invitan a la reflexión y generan respuestas más detalladas.
2. Elegir el momento adecuado
No todos los momentos son propicios para hablar. Algunos niños prefieren conversar después de la merienda, en el auto, durante la cena o antes de acostarse. “Experimenta para encontrar otro momento en el que tu hijo se sienta cómodo hablando”, explican los expertos en Sharon Epstein Coaching.
3. Hablar durante una actividad o trayecto
Para algunos niños, las conversaciones cara a cara pueden resultar intimidantes. Hablar mientras se realiza una actividad (caminar, cocinar, jugar) puede hacer que se sientan más cómodos.

4. Evitar dar consejos inmediatos
Cuando un niño se abre, el instinto de los padres suele ser ofrecer soluciones. Sin embargo, muchas veces lo único que necesitan es sentirse escuchados. “Lo que los niños a menudo necesitan (y lo que los hará más propensos a abrirse en el futuro) es tu atención, comprensión y validación”, explican en el sitio Role Models.
5. Crear métodos alternativos de comunicación
Si el niño tiene dificultades para expresarse verbalmente, se pueden implementar métodos alternativos, como un buzón familiar en el que todos puedan dejar notas.
A veces la mejor manera de fomentar el diálogo es dejar de insistir y centrarse en compartir momentos de diversión: “Quizá tus hijos necesiten otra forma de conectar. Puede sonar ridículo, pero deja de hablar y concéntrate en divertirte con ellos. Planifica un fin de semana con cada uno y hagan algo divertido”, explican en The Washington Post.
La clave no está en forzar las conversaciones, sino en construir un ambiente de confianza donde los niños se sientan cómodos compartiendo cuando estén listos.
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