El secreto japonés para el éxito y la constancia: el método de productividad que ayuda a alcanzar cualquier objetivo

Aplicada en empresas y en la vida diaria, la filosofía kaizen pone el acento en pequeños ajustes constantes para generar grandes resultados con el tiempo

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El kaizen propone dividir grandes
El kaizen propone dividir grandes objetivos en acciones concretas para alcanzar el éxito a largo plazo (Imagen Ilustrativa Infobae)

En las fábricas de empresas japonesas, los trabajadores siguen una regla simple: mejorar constantemente, aunque sea en incrementos mínimos.

Esta filosofía, conocida como kaizen, busca la mejora continua mediante pequeños ajustes diarios, en lugar de grandes cambios drásticos.

Si bien nació en el ámbito empresarial japonés, expertos en psicología y comportamiento sostienen que este método también puede aplicarse a la vida cotidiana para alcanzar objetivos personales de manera efectiva.

Dividir metas en fragmentos pequeños
Dividir metas en fragmentos pequeños hace que sean más alcanzables, según Katherine Milkman (Imagen Ilustrativa Infobae)

El kaizen se basa en el principio de que una mejora del 1% es suficiente para generar progreso. Según Jolie Silva, psicóloga clínica y directora de operaciones de New York Behavioral Health, la clave del éxito a largo plazo radica en dividir los grandes objetivos en pequeñas acciones concretas.

Es más probable que alcances grandes objetivos si das pequeños pasos para lograrlos”, afirmó en diálogo con Huff Post.

Qué es el kaizen y cómo se aplica fuera del ámbito empresarial

El término kaizen significa “cambio para mejor” en japonés y se popularizó en el mundo empresarial como una estrategia para optimizar la productividad y reducir desperdicios.

Fuera del entorno corporativo, esta metodología puede aplicarse a cualquier aspecto de la vida: aprender un idioma, desarrollar hábitos saludables o mejorar la productividad personal.

En lugar de intentar cambios radicales que generan frustración si no se logran de inmediato, este método propone avanzar de manera progresiva, centrándose en pequeñas mejoras diarias que, con el tiempo, generan resultados significativos.

La mejora del 1% y su impacto en la motivación

Uno de los mayores obstáculos al intentar lograr un objetivo es la parálisis por tareas, es decir, sentirse abrumado por la magnitud de lo que se quiere alcanzar.

Según Katherine Milkman, investigadora en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, dividir una meta en fragmentos más pequeños hace que parezca más alcanzable, pero sobre todo aumenta la sensación de logro en cada paso del proceso.

“Obtenemos este pequeño momento de satisfacción y recompensa”, explicó Milkman en Huff Post. Si una persona solo espera sentirse exitosa cuando llegue al final de su objetivo, la motivación puede diluirse.

Visualizar el resultado final refuerza
Visualizar el resultado final refuerza el compromiso y la motivación, explicó Jolie Silva (Imagen Ilustrativa Infobae)

En cambio, al establecer mini-metas, cada pequeño avance genera una sensación de progreso, lo que refuerza el deseo de seguir adelante. Este enfoque es especialmente útil para quienes tienen dificultades para iniciar tareas o mantener la constancia.

Silva explicó al medio estadounidense que no hay una forma precisa de medir qué significa exactamente mejorar un 1%, ya que puede interpretarse de distintas maneras.

Sin embargo, destacó que lo realmente importante es que cada pequeño avance genere una sensación de logro, ya que esa experiencia positiva es lo que motiva a continuar con el proceso día tras día.

Estrategias para implementar el método en la vida cotidiana

Para que el kaizen funcione, no basta con decir “voy a mejorar un poco cada día”. Es necesario aplicar estrategias concretas para mantener la consistencia. Los expertos recomiendan varios métodos.

Visualizar el resultado final

Tener una imagen clara de lo que se quiere lograr ayuda a mantener la motivación. Silva sugirió imaginar con detalle cómo será la vida una vez alcanzado el objetivo: ¿cómo te sentirás? ¿Qué estarás haciendo? ¿Cómo habrá cambiado tu entorno?

Escribir esta visión y revisarla con frecuencia refuerza el compromiso. “Puede incentivar y entusiasmar a las personas a comenzar a pensar en cómo van a llegar allí”, afirmó la psicóloga.

Elegir una meta específica antes
Elegir una meta específica antes de avanzar a otra mejora la efectividad del método kaizen (Imagen Ilustrativa Infobae)

Hacer las mejoras mensurables

Decir “voy a ser mejor” no es suficiente. Milkman señaló que es fundamental definir acciones concretas. Por ejemplo, leer cinco páginas de un libro cada noche o hacer cinco minutos de ejercicio.

Además, llevar un registro visual del progreso —como una pizarra o un diario— permite ver los avances y refuerza la motivación.

Elegir un solo objetivo a la vez

Intentar mejorar en múltiples áreas simultáneamente puede ser contraproducente. Silva recomendó enfocarse en un solo objetivo específico hasta ver avances antes de añadir otro.

Cómo evitar el abandono ante fallos y mantener la constancia

Uno de los riesgos de cualquier plan de mejora es el llamado efecto “what-the-hell, según Milkman. Explicó en Huff Post que este fenómeno ocurre cuando, al cometer un pequeño error o no cumplir con un objetivo diario, la persona siente que falló por completo y abandona su progreso. Para evitar esta mentalidad, los expertos sugieren dos estrategias.

Reservas de emergencia permiten mantener
Reservas de emergencia permiten mantener el progreso sin renunciar ante pequeños fallos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Adoptar una mentalidad de crecimiento

En lugar de ver cada error como una señal de incapacidad, interpretarlo como una oportunidad de aprendizaje.

“Cada vez que cometes un error, en lugar de decir que es un diagnóstico de tu capacidad, dices: ‘Esta es una información útil. La voy a usar para aprender y crecer y no volveré a cometer un error. ¿Qué salió mal? ¿Cómo evitaré el mismo destino mañana?’”, aseguró Milkman.

Usar “reservas de emergencia”

La profesora Marissa Sharif, de la Escuela Wharton, propone un método que permite cierta flexibilidad sin perder el progreso.

Si el objetivo es hacer ejercicio todos los días, por ejemplo, en lugar de exigirse un cumplimiento absoluto, se pueden asignar dos días de descanso como “reservas de emergencia”.