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"Una Clase Especial" con Damián de Santo y Martín Seefeld y dirección de Manuel González Gil

El fenómeno teatral que ha marcado la temporada argentina no se gestó en los escenarios tradicionales de la Avenida Corrientes, sino que encontró su impulso en el interior del país. Damián de Santo y Martín Seefeld apostaron por una estrategia poco convencional: llevar “Una clase especial” a ciudades fuera del circuito porteño, logrando un impacto que superó todas las expectativas. Más de 20.000 espectadores en apenas cuatro meses, avalan el éxito de una gira que, según sus protagonistas, debe su fuerza al contacto directo con públicos que rara vez acceden a espectáculos de esta magnitud. El recorrido comenzó en la provincia de Córdoba, donde la obra debutó con cinco funciones a sala llena. “Estrenamos en Córdoba, porque para mí era la mejor manera de hacerla explotar y que el boca a boca empiece a funcionar”, afirmó Damián de Santo en diálogo con Teleshow.

La experiencia de la gira, según de Santo, va mucho más allá del escenario. “A mí me encanta la gira, porque te encontrás lugares para comer, hoteles, amigos en todos lados… y la gente agradece que les acerquemos el teatro. Y eso, en estos tiempos, es oro”, expresó en su conversación con Teleshow, destacando el valor de acercar la cultura a quienes no pueden desplazarse a la capital.

"Una Clase Especial" se trasladó a las redes y eso ayudó a la difusión

Por su parte, Seefeld reconoció que su vínculo con la obra no fue inmediato. “Hay momentos en los que uno tiene que leer dos veces para entender la magia de un texto”, confesó el actor a Teleshow, recordando que en una primera lectura no logró conectar con el libreto. Fue la insistencia y el entusiasmo de su colega lo que lo llevó a darle una segunda oportunidad: “Damián la vio, le gustó... Me la imaginé con él y ahí dije: ‘Bueno, vamos’”.

El actor remarcó la gratitud del público: “La gente lo agradece profundamente, porque le gusta ver a sus actores cerca”. La relación entre ambos protagonistas, forjada a lo largo de más de tres décadas de amistad, se traduce en una complicidad que trasciende el escenario.

Damián de Santo, yo soy Lalo

La complicidad entre los protagonistas
La complicidad entre los protagonistas potencia la experiencia teatral y la respuesta del público

—¿Cómo empezó el proyecto de unirte a vos y a Martín?

—A mí la obra me la da hace unos cuantos años el autor, Daniel Dátola y me dice: “Por favor necesito que leas esta obra a ver si te gusta”. Le contesto que la obra esta obra está buena, pero me gustaría que nos des cierta libertad para poder agregar algunas cosas y simplificar otras, y mejorar. No digo que la vamos a cambiar toda, pero si nos das esa libertad, yo me entrego.

—¿Cómo se definió finalmente el elenco y quién eligió al director?

—Llamo a Dátola y le digo: “¿Che, te va Martín y director Manuel González Gil? Y quedó así. todo perfecto. Y la sacamos en un mes. Empezamos a juntarnos a charlar con Martín, nos encontramos con el director, llegó el momento y teníamos la obra redonda. De entrada dije, hay que estrenar en Córdoba, yo vivo ahí y es el mejor lugar para hacerla explotar al principio y que con el de boca a boca empiece a funcionar.

—¿Y cómo fue el encuentro artístico entre vos y Martín?

—Martín es el galán. Nos complementamos bien. Cada uno hace su personaje. Está divino Martín, yo también, obvio. (se ríe). Jodíamos en los ensayos y terminamos grabando partes para Instagram, que ayudaron a que la obra se viralice.

"Una Clase Especial" retoma su gira en el verano

La apuesta por el interior

—¿Por qué decidieron estrenar la obra en Córdoba y no en Buenos Aires?

—Yo preferí y todos coincidimos, porque estar peleando con 130 y pico de obras de teatro en la Avenida Corrientes es una locura. Estrenar en Córdoba era la mejor manera de hacerla explotar y que el boca en boca empiece a funcionar. La obra es un balazo, una hora y veintidós minutos dura. Pero te morís de risa desde que arranca hasta que termina. Una vez entendés el código, no parás de reírte.

—¿Creés que el secreto del éxito fue evitar la calle Corrientes?

—Sí, lo tengo claro y funcionó. La gente agradece mucho que llevemos el teatro. Además, es complicado para ellos venir a Buenos Aires. Gastos de hotel, quién cuida la casa, quién le da de comer a los perros. Además es una época difícil.

—¿Cómo surgió la idea de promocionar la obra en Instagram y redes sociales?

—Jodíamos en los ensayos con Martín, grabábamos cosas, y después las subimos a Instagram. Y ayudó un montón, porque teníamos 35.000 visualizaciones, después 70.000… así empezó como una especie de historia on line. Cuando subimos cosas, la gente comparte, replica y se va generando una ola que sirve para que más se enteren de la obra. Es divina, ideal para salir de gira.

—¿Ustedes dos son amigos, como lo conjugan con el trabajo?

—Sí, hace 30 años. Desde que él empezó a ir a Pol-ka y arrancó a laburar en Poliladron.

—¿Con cuál personaje te identificás, con el tuyo o el de Martín?

—Con el mío, yo soy el loser. Me hago el perdedor porque así creo que gano. El remador siempre gana, tanto va el cántaro... que al final funciona (se ríe).

—¿Cómo es trabajar juntos en una gira?

—A mí me encanta la gira, porque aparte descubro lugares para comer, hoteles, tengo amigos en todos lados. Martín es muy meticuloso: entrena, no come harina, se levanta temprano. Somos diferentes, pero nos complementamos muy bien. (se ríe)

El éxito de la obra se atribuye al contacto directo con públicos alejados del circuito porteño, sostienen los dos actores

—¿La plaza de Mar del Plata es también un desafío para ustedes?

—Un gran desafío. Pero vamos a estar lunes y martes en Mar del Plata. Después, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo, de gira por toda la costa: San Bernardo, Villa Gesell, Pinamar, Necochea...la gente de la costa también nos pide la obra. Y eso, en estos tiempos, es buenísimo. Queremos que la experiencia siga creciendo.

Martín Seefeld, yo soy Leo

—¿Te sorprendió que Damián te propusiera para la obra?

—Hace años me había llegado a mí, yo la leí y no la pude hacer en aquel momento. En realidad, no la vi a la obra, pero esta vez le llegó a Damián. Y Damián me llamó y me dijo: ‘Mirá…’, me llamó mi representante y me dijo: ‘Damián la quiere hacer con vos’. Y yo le dije: ‘Pero yo ya leí la obra y no la encontré en aquel momento…’ ‘Pero Damián la ve, le gusta’. Yo digo: ‘Bueno, dámela de vuelta’. La empecé a leer de vuelta, también con la mirada de Damián, somos íntimos amigos y aparte... lo respeto mucho.

Martín Seefeld destacó la importancia
Martín Seefeld destacó la importancia de democratizar el acceso al teatro en el interior

—Finalmente la pudiste “encontrar”...

—La verdad que la obra está muy bien y toca temas que a todos nos importan. Porque tiene que ver con ese lugar que ocupa el hombre, el lugar fundamentalmente que ocupa la mujer, cómo lo mira el hombre, cómo lo ve el hombre que se ha quedado fuera de ese sistema. Habla del amor, habla de la pareja. Es muy actual”.

—¿Cómo se refleja eso en los personajes?

—Yo creo que Damián es un señor que, como pasa en muchos casos, se ha quedado fuera del sistema, que ha estado casado tantos años, y llegó el punto en que está solo y no sabe cómo avanzar con determinados temas. Pero todo tiene un doble clic, porque en realidad, sin spoilear la obra, él lo que está buscando es otra cosa. La obra tiene un final muy sorprendente...

La relación de más de
La relación de más de tres décadas entre los actores se refleja en la química sobre el escenario

—La gente se ríe, pero también se queda pensando...

—La verdad es que tiene mucho humor, pero a la vez tiene emoción. En un momento de la obra se produce un profundo silencio en la gente. Yo veo a las parejas cuando vamos a los restaurantes, la gente se acerca y nos comenta… tendría que haberlo visto con Roberto, tendría que haberlo visto con Yolanda…

—¿Cómo responde el público en el país?

—Para un artista es maravilloso. Lo que sucede es que, primero, hay unos teatros soñados y segundo que la gente lo agradece profundamente, porque le gusta ver a sus actores. Si uno hace el esfuerzo, la prensa lo comunica, la gente paga una entrada, un productor, como en este caso Javier Faroni, que se pone al hombro la producción… bueno, si esas cuatro patas más o menos están en sintonía, yo creo que ahí se produce el hecho.

"Una Clase Especial" recorrerá a
"Una Clase Especial" recorrerá a partir de enero toda la costa argentina

La convivencia en la gira

—Dicen que son muy diferentes: vos no comés harina y vas al gimnasio, él come de todo y no va. ¿Cómo conviven?

—Somos una pareja despareja, pero él me hace disfrutar a mí y yo lo llevo a la salud a él, o sea que nos cuidamos mutuamente. Pero la verdad es que Damián tiene una energía única.

—¿Qué destacarías de Damián como compañero?

—Es un chico especial, porque tiene una energía maravillosa, es un compañero extraordinario, atento, cándido, cuidadoso. Aprendimos a respetarnos mucho. La convivencia es difícil y uno tiene que dejarse de lado un poco por el bien común. Es un ejercicio. Y la gira te pone todo el tiempo frente a la pared, porque hay cansancio, hay kilómetros, es ir a un hotel, y a otro...

—¿Cómo es el día a día en la gira juntos?

—Nosotros con el “gordo”, en realidad, somos un matrimonio: desayunamos juntos, almorzamos y cenamos juntos. Cada uno duerme su siesta, nos encontramos de vuelta para tomar el té. Y después nos subimos al escenario. Ya somos un matrimonio con cama afuera.

Ficha de “Una Clase Especial”

Artistas: Damián De Santo y Martín Seefeld.

Libro: Daniel Dátola

Dirección: Manuel González Gil.

Producción General: Javier Faroni.