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Mariano Martínez, gran actor y gran amigo, lo confieso de entrada. ¿Necesita presentación? Simplemente para ponerlo en contexto, hay que decir que entre Por siempre mujercitas (1995) y Nieve roja (2025) hizo veintiocho programas de tele, con picos de éxito como Gasoleros, Son amores, 22, El Loco y Esperanza mía, entre otros.

Hasta ahí la tele. En cine, entre El Faro (1998) y Humo bajo el agua (2023) lleva trabajando en trece películas.

Y si de teatro se trata, debutó en el 2002 con Son amores, y viene de triunfar con Tom, Dick y Harry. Y como aquí confirma, hacia fin de año volverá a pisar las tablas en Villa Carlos Paz, con la obra Ni media palabra, compartiendo protagonismo con su gran amigo Nicolás Cabré.

Esta vez, Desencriptados llega con primicia. Se sabe, si Mariano está soltero, difícil que no se le adjudique algún noviazgo... muchas veces desmentido. Pero no esta vez: Mariano confirma que está iniciando una relación -incipiente, “nos estamos conociendo”, enfatiza- con Daniela, una influencer más conocida como Luva.

"¿Salir de grande? Para mí,
"¿Salir de grande? Para mí, si querés podés salir a bailar hasta los setenta o hasta que te dé el cuerpo. Obviamente no vas a ir a una matiné, pero está bueno compartir un momento divertido con amigos" (Foto: Jaime Olivos)

De paso, el pibe de Avellaneda que llegó alta, recorre su historia y nos cuenta cómo se lleva eso de “ser galán”, sus acciones solidarias, su pasión por entrenamiento, su particular dieta y de cómo ser el aspirante número 1.000 (ni más, ni menos, justo el mil) te puede ofrecer una carrera que sigue creciendo...

Rulo: —Hola Marian, lo aclaro de entrada, aparte de gran actor, Mariano Martínez es un gran amigo. Tras compartir éxitos, 25 años después volvés a trabajar con Nicolás Cabré, contame...

Mariano: —Sí, con Nico vamos a trabajar en teatro después de 23 años. Estoy muy contento porque lo venía buscando ya desde antes de hacer Tom, Dick y Harry, la obra que él dirigió por primera vez y que yo protagonicé con Yayo (Guridi) y El Bicho (Gómez). Yo ya venía buscando actuar con él y se dio de esa manera. Y ahora, después de cuatro años de toda esa trayectoria que hicimos con esa obra, viene esta que es Ni media palabra, que la vamos a actuar juntos después de tanto tiempo, también con el Bicho Gómez; es una obra muy divertida que vamos a estrenar en Carlos Paz pegado a Navidad y nos quedaremos hasta el 7 de marzo.

Rulo: —¿Te resulta raro estar fachero a esta edad o te parece normal para lo que vos esperabas en tu vida?

Mariano: —No sé si fachero o no fachero, yo me siento bien internamente, equilibrado, muy en paz; contento con cómo llevo mi vida, mis relaciones, mi trabajo.

Rulo: —¿Sentís que ahora estás en el mejor momento de tu vida?

Mariano: —Sin dudas.

Rulo: —¿Por qué?

Mariano: —Te decía, por cómo me relaciono, cómo manejo los tiempos...

Rulo: —Hay algo que siempre me llama la atención de vos, porque la pegaste de muy chico. Ahora tenés 46, son treinta años de carrera, es un montón. ¿Cómo vas manejando esos diferentes momentos de tu vida y tu carrera?

Mariano: —Y... como puedo, como fui aprendiendo, como pude en el momento de esos altibajos.

Rulo: —¿Qué opinás de salir de grande?

Mariano: —Para mí, si querés, podés salir a bailar hasta los setenta o hasta que te dé el cuerpo. Obviamente no vas a ir a una matiné, pero está bueno compartir un momento divertido con amigos.

Rulo: —¿Sos de tomar alcohol?

Mariano: —No.

Rulo: —¿Nada?

Mariano: —Cuando salgo, no. De vez en cuando, pero en casa. Salir y tomar no me gusta. Puedo divertirme, puedo bailar, puedo estar en un estado jocoso, divertido, pero sin tomar.

Rulo: —Bueno, en este tiempo de soltería, me imagino que has tenido citas. ¿Tuviste alguna cita frustrada?

Mariano: —Es que en estos meses de soltería no tuve citas.

Rulo: —Mariano, ¡si vos no salís con una mina, tenemos que cerrar...! (risas)

Mariano: —En serio, no tuve...

Rulo: —Perdón, ¿y cómo hacés para tener... lo del hacer el amor?

Mariano:(ríe) No lo hice.

Rulo: —¿Pero cómo?

Mariano: —No, estuve unos meses sin...

Rulo: —¿How many (cuántos) meses?

Mariano: —No sé, bastantes.

Rulo: —¿Posta?

Mariano: —Sí.

Rulo: —¿Y cuando te escriben por Instagram? ¿No tirás algún “venite a mi casa”?

Mariano: —No, no, estuve tranquilo y muy introspectivo varios meses, sí. Pero bien, eh, piola. Lo canalicé entrenando mucho (taekwondo y gimnasia), y luego la vida con mis hijos y amigos.

Sobre su nueva pareja: "Luva
Sobre su nueva pareja: "Luva es una divina. Es su nombre artístico, en realidad se llama Daniela. Me cae muy bien. Es una divina, muy talentosa, buena onda. Me llevo muy bien. Y nada, nos estamos conociendo" (Foto: Jaime Olivos)

Rulo: —Por cierto, ahora voy a usar información confidencial en la entrevista (risas). Pero yo te veo muy enganchado con una señorita que es influencer, te veo muy bien. ¿Se llama Luva, puede ser?

Mariano: —Luva es artístico, en realidad se llama Daniela, Dani...

Rulo: —Contame de Luva...

Mariano: —Bueno, la conocí con vos (risas).

Rulo: —¿Y..., qué onda?

Mariano: —Me cae muy bien. Es una divina, muy talentosa, buena onda. Me llevo muy bien. Nada, nos estamos conociendo.

Rulo: —Y tus hijos googleando...

Mariano: —No, pero mis hijos saben siempre, obvio.

Rulo: —Ah, ¿le contaste?

Mariano: —Y, cuando pasa algo de esta trascendencia, que ya veo a alguien tanto y que la estoy conociendo, sí, obvio, siempre les cuento.

Rulo: —Vos arrancaste como un pibe de barrio. Naciste en la Boca, pero después viviste toda la vida en Avellaneda...

Mariano: —O sea, nací en la Boca, viví mucho tiempo en Soldati, hasta los 8, y a los 9 me fui a Avellaneda.

Rulo: —Antes no existía Instagram, las redes, nada de eso más que algún casting. Entonces, ¿cómo hizo un pibe de Soldati para convertirse en la estrella televisiva que te convertiste? ¿Cómo hiciste para confiar en vos mismo?

Mariano: —Era una paradoja, porque la verdad tenía cero confianza en mí. De hecho no contaba que me gustaba actuar porque yo era introvertido a un nivel ya jodido, ¿eh? Hay un antes y un después de un accidente que tuve de chico -me pisó un colectivo-. Hubo un acto en séptimo grado basado en Dirty Dancing -la peli con Patrick Swayze, ¿te acordás?- y yo hice ese baile. Y fue tanta la repercusión que tuve que me levantó un poco el ánimo y me dije “Esto es lo mío”.

Rulo: —Pará, pará: ¿hacer de Patrick Swayze fue lo que te convirtió en galán televisivo?

Mariano: —Me convirtió en actor.

Rulo: —¡Te convirtió en actor un acto en la escuela! ¡Lo importante que es la escuela, en este caso!

Mariano: —Sí. Y después, de más grande, me enteré que yo tuve una tía muy conocida y muy famosa, actriz argentina que además fue mujer de Hugo del Carril, Ana María Lynch (su nombre artístico, en realidad se llamaba Ana María Martínez), una mujer muy hermosa que, de hecho, después terminó actuando en Hollywood en la época de James Dean, en esa época.

Rulo: —Pero no entiendo, ¿tía de quién era?

Mariano: —Tía bisabuela mía. O sea, la hermana de la mamá de la mamá de mi mamá.

Rulo: —Ok...

Mariano: —Sí, y ahí dije “Bueno, en la sangre lo llevaba”, pensá que fue una actriz que hizo La Quintrala, una película muy conocida de Hugo del Carril.

Rulo: —¿Y después cómo hiciste para meterte en el medio?

Mariano: —Hice muchos castings. Yo empecé a los 14 en un restorán enfrente de donde nosotros transcurrimos muchas noches. Me hicieron unas fotos gratis porque me vieron y le dijeron a mis padres “Tu hijo puede tener talento para publicidad, algo así”. Con ese book empecé a hacer publicidad y castings varios. No quedaba en ninguno hasta quedé en el de La nena.

Rulo: —¿No hiciste la publicidad de Angel Face al comienzo?

Mariano: —Sí, también estaba Nicole Neumann.

Rulo: —¿Y de ahí pasaste a La nena?

Mariano: —Un año después pasé a La nena.

Rulo: —Que fue un casting como de mil quinientos pibes y quedaste vos, ¿no?

Mariano: —Exacto, me acuerdo que yo tenía el número 1.000 y a los otros mil los fletaron.

Rulo: —¿Posta, justo el 1.000 te tocó?

Mariano: —Sí, tuve el número 1.000. Me lo tendría que haber guardado.

Rulo: —Y entraste ahí y ya no paraste más.

Mariano: —Y no paré más. Fue una vorágine impresionante. Y tuve suerte también después porque cada oportunidad que tuve la aproveché al máximo.

"Hice muchos castings. Yo empecé
"Hice muchos castings. Yo empecé a los 14. Me hicieron unas fotos gratis porque me vieron y le dijeron a mis padres 'Tu hijo puede tener talento para publicidad, algo así'. Con ese book empecé a hacer publicidad y castings varios. No quedaba en ninguno hasta quedé en el de La nena" (Foto: Jaime Olivos)

Rulo: —Ahora pregunto, después de haber vivido todo lo que viviste, ¿te imaginás de vuelta como que vuelve todo eso? O sos de esos que piensan “Ya no me va a pasar”?

Mariano: —O sea, sé lo que quiero y lo que no quiero y voy por lo que quiero. Quiero seguir haciendo cosas audiovisuales, contar historias, hacer teatro... Y todo lo que voy haciendo lo hago porque cuenta algo. Y eso es lo que después trae los momentos buenos. Y eso, para mí, ya es ganar.

Rulo: —Bueno, esta sección se llama “Por sí o Por no”: ¿sos una persona espiritual? ¿Cómo lo activás o cómo lo llevás adelante?

Mariano: —Bueno, de muchas maneras. En la charla con un amigo, o con un hijo mientras sea sincera. Digo, ser una persona que siempre está con buena predisposición, con amor, eso me parece parte de la espiritualidad. Después, bueno, rezo y hablo con Dios o con lo que fuere...

Rulo: —Viste que Dios es un concepto muy raro, porque cuando uno es más chico, cree en Dios, pero cuando sos más grande te cuesta más decir “creo en Dios”...

Mariano: —No, yo creo en Dios. De hecho, rezo, pero no soy de ninguna religión en específico, ¿me entendés? O sea, no sigo nada ortodoxo ni nada por el estilo, pero sí creo que existe Dios.

Rulo: —Sé que hacés filantropía. Contame acerca de eso que tal vez no se sabe tanto...

Mariano: —Fue algo natural toda mi vida, digamos. Por ejemplo, cuando hacía Son amores, estábamos grabando en el Hospital Israelí, y unas señoras me hablan de un hogar de chicas cercano, nenas que pasan situaciones muy difíciles en la vida, desde bebés hasta dieciocho años. Bueno, fui a conocer ese lugar y terminé siendo padrino bastante tiempo padrino... Ahora, por ejemplo, me encantaría hablar de un merendero al que vengo hace cinco años, justo desde la pandemia, que se llama D.A.R.; está en el tercer cordón de La Matanza, y son pibes que, aunque parezca increíble, no saben ni cuándo cumplen años, ¿me entendés? Así que me encantaría que se metan en el Instagram de D.A.R. y, si pueden, colaboren con lo que sea, hasta se puede ir a visitarlos.

Rulo: —Más Por sí o Por no: ¿ser galán tiene fecha de vencimiento?

Mariano: —Esta es difícil: depende, porque yo nunca me sentí un galán.

Rulo: —Por sí o Por no, ¿tenés una rutina de belleza?

Mariano: —No, no...

Rulo: —¿Y el gimnasio?

Mariano: —Eso sí, entrenar me encanta.

Rulo: —¿A qué hora entrenás?

Mariano: —Si duermo temprano, me encanta levantarme a las cuatro, cuatro y media de la mañana para entrenar a las cinco.

Rulo: —¿También hacés taekwondo?

Mariano: —Sí.

Rulo: —¿Qué cinturón sos?

Mariano: —Negro, primer dan. Es algo que me gusta desde los siete años.

Rulo: —Bueno, Marian, ha sido un placer tenerte acá en Desencriptados.

Fotos: Jaime Olivos