Entre peleas, enfrentamientos y llamativas reacciones, Sandra Priore se ganó el cariño de los fans de Gran Hermano (Telefe) a lo largo de la última edición. En todo ese transcurso, uno de los elementos que la caracterizó fue el peluche de pescado que llevaba a todos lados, el cual se volvió una marca registrada que los seguidores del programa asociaban con ella. Así las cosas, este sábado, la exjugadora anunció que sacaría a la venta una réplica de este valioso recuerdo.
“Bueno, gente. Llegó el día. Estoy hiper feliz. Muy feliz porque llegó El Dorado”, comenzó diciendo Priore ante la cámara, al tiempo que mostraba su peluche. Acto seguido, la exparticipante dio más detalles de la situación: “Desde este momento empieza la preventa del Dorado. Estoy muy feliz porque es una creación propia, porque es quien me acompañó en la casa de Gran Hermano. Así que acá les voy a dejar el link para su preventa”.

Luego, al publicar otra foto en la que posaba con el peluche en cuestión, Sandra escribió: “Preventa del ícono dorado. ¿Te gustaría tener el peluche más querido de la casa? Envíos a todo el país y al exterior. Reservalo”. Al ingresar al sitio de una reconocida billetera virtual, el mismo revelaba el precio de venta: 60.000 pesos.
Luego de centralizar su juego en la cocina de la casa, lo que le valió el cariño de algunos y el odio de otros, Priore abandonó el reality el lunes 2 de junio, en la gala número 24. Fue entonces cuando Sandra se convirtió en la nueva eliminada tras perder un mano a mano con Selva Pérez, su oponente directa en el juego. El resultado, que dejó a la platense fuera de la competencia a tres semanas de la final, estuvo precedido por una semana de tensión, acusaciones dentro de la casa y un conflicto que derivó en un fallo que muchos interpretaron como una resolución del público frente a un juicio moral más que estratégico.
Durante su etapa en la casa, la presencia de Priore fue constante en las decisiones grupales y, a pesar de no formar parte de una alianza visible, fue tejiendo vínculos que le permitieron permanecer fuera de las placas más comprometidas durante buena parte del juego. Su perfil, firme, comenzó a cambiar cuando surgieron tensiones con Selva, una de las participantes más populares de esta edición.

En los días previos a la eliminación, se generó una polémica interna cuando Petrona Jerez acusó a Selva de un acto grave dentro de la casa. El episodio no derivó en una sanción, pero sí generó un impacto emocional en la uruguaya, que expresó sentirse víctima de una injusticia y temió por una posible expulsión. La producción decidió no intervenir y dejó la resolución en manos del público, lo que agregó tensión a una gala ya cargada por las expectativas del tramo final del juego.
Selva Pérez, conocida por su fuerte presencia en redes y una sólida base de fanáticos en TikTok, ingresó a mitad del certamen y desde entonces no dejó de acumular protagonismo. A diferencia de Sandra, construyó su perfil desde el carisma, el desparpajo y los enfrentamientos frontales. Su vínculo con Petrona se deterioró rápidamente y, por extensión, también lo hizo con Sandra, que se había mostrado cercana a su compañera.
En el estudio, Del Moro destacó la trayectoria de Sandra y la importancia de su figura dentro de la convivencia. A lo largo de casi seis meses, se convirtió en una referente y se sostuvo con una estrategia de organización. Su salida fue recibida con respeto por parte del resto de los participantes y provocó lágrimas entre algunos de sus compañeros, además de aplausos.