Albana Fuentes, la protagonista de La Sirenita: “Al elegirme para el papel me cambiaron la vida”

La actriz, en una entrevista con Infobae, cuenta cómo quedó elegida para el papel entre 1.723 candidatas. Además, habla de lo que aprende día a día en el musical que es un éxito en el teatro Gran Rex y cómo perdió su timidez atendiendo una librería

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“Fue literalmente el momento más hermoso de mi vida”, afirma Albana Fuentes, protagonista de La Sirenita, al recordar el día en que le comunicaron que había sido elegida para encarnar a la princesa Ariel, uno de los personajes más icónicos de Disney, en el musical que triunfa en el teatro Gran Rex. Ese día, al que define como “el más emocionante, en el que me cambiaron la vida”, llegó después de un intenso proceso de audiciones al que se presentaron 1.723 candidatas. En diálogo con Infobae, la joven artista compartió cómo transitó cada etapa, sus expectativas ante el casting y la sorpresa de quedar seleccionada para protagonizar uno de los éxitos teatrales del año en la cartelera local.

“Asumía que no iba a quedar una chica desconocida para interpretar a Ariel. Se lo dije a los productores, lo hablé con Carlos Rotemberg. Mi objetivo inicial fue que me conozcan, que me tuvieran en cuenta para futuras producciones. Y se dio de otra forma. De repente éramos tres nada más. Hasta ese momento yo pensaba que estaban buscando el reemplazo, que a Ariel ya la tenían”, cuenta Aldana.

Pero lo logró: “Ese día llegué al teatro muy nerviosa, más nerviosa que nunca. Entré a la sala y estaba Marce Caballero, uno de los directores de la obra, arriba del escenario. Me dijo ‘bueno, vamos a ir con el monólogo, tenés este libro’. Bueno, perfecto, dije yo. Tenía la cabeza en Narnia, porque tenía que pensar en lo que estaba diciendo, en lo que me estaban pidiendo. En realidad querían que yo abra ese libro porque cuando lo abrí y dí vuelta la página, decía ‘Bienvenida Albana, sos Ariel’. Ocho siglos tardé en abrir ese libro. Así que nada, me desplomé en el piso, de repente fue todo blanco y llanto”.

— ¿Cómo fue hacer las primeras 86 funciones?

— ¡Más funciones! Aparte de esas 86 no contás las que agregamos: triple función un par de días; las previews, que son cuatro más la función de prensa. Ya son casi 100 funciones. Con La Sirenita, mucha gente que no tiene el hábito de ir a ver teatro musical, está descubriendo este género y me parece fantástico. No hay nada que me ponga más feliz ver gente que se sienta en una butaca a ver La Sirenita por simple curiosidad. Y la ve y sale maravillado, porque literalmente es lo que me dice todo el mundo cuando salgo a la puerta del teatro.

"Con La Sirenita, mucha gente
"Con La Sirenita, mucha gente que no tiene el hábito de ir a ver teatro musical, está descubriendo este género y me parece fantástico", señala Albana (Fotografía: Diego Barbatto)

— ¿Es tu primer papel protagónico y profesional?

— Si. La Sirenita es una escuela muy intensiva. Aprendo mucho todo el tiempo lo que es trabajar de esto, algo que yo desconocía. Triple función los sábados en vacaciones de invierno y todos los días de lunes a lunes doble función. Ahora se agregó otra triple un jueves. Por suerte lo estamos viviendo muy contentos, muy tranquilos. El elenco y todo el equipo es como una gran familia y eso hace que todo sea más ameno. Pero sí, es una escuela muy intensiva. Aprender cómo es la resistencia corporal, a descansar bien para poder cumplir y estar al cien en todas las funciones.

— ¿Cómo equilibrás lo personal con una rutina tan exigente?

— Es difícil, porque gran parte de mi día lo paso adentro del teatro. Por suerte, todo mi entorno es muy comprensivo con lo que estamos viviendo nosotros. Entonces mi mamá, mi hermano, mi novio, mis amigos, vienen a verme al teatro porque es el único lugar en donde me van a encontrar. Pero bien. Yo salgo de las funciones y ceno con mi novio, con mi familia, con mis amigos. A veces nos vemos, almorzamos, es como reacomodar lo que era nuestra vida antes de estos dos meses de locura. No tengo tanto tiempo libre como antes, por suerte, pero lo estoy llevando bastante bien.

— Fuiste elegida entre miles de personas. ¿Qué creés que vieron en vos?

— El otro día subieron a las redes de Sirenita un compilado de videos con fragmentos de mi audición que yo nunca había visto. Es una locura, porque podría haber sido cualquiera de nosotras, cualquiera de las 1723 chicas. Y yo tuve el privilegio de que me haya tocado a mí en esta ruleta. Este es un proyecto ambicioso, importante, un papel tan icónico, que requiere de una gran responsabilidad. Me atrevo a decir, La Sirenita es una de las princesas de Disney más importantes y más queridas. Siento que vieron mis ganas de trabajar, porque tengo hambre de trabajo y de aprender. Siento que ellos vieron en mí eso que necesitaban para Ariel. Y obviamente me preparé muchos años para estar a la altura.

— Sé que hiciste un montón de carreras en el medio. ¿Cómo fue que dijiste ‘quiero hacer esto y dedicarme 100%’?

— Siempre lo quise hacer. No me animaba porque sabía que era algo complicado. Es muy difícil acceder a estos puestos de trabajo. Porque es un sueño, pero no deja de ser trabajo. Entonces, como todo trabajo, hay una preparación, hay una entrevista laboral. En este caso para nosotros es una audición. Entonces, siempre hubo una partecita de mí que no estaba tan convencida de tener lo necesario para ser parte de este mundo. Entonces estudiaba otras cosas que a mí me apasionan muchísimo, informática, fonoaudiología, tuve una librería, soy community manager, tuve un montón de vidas ahí. El día que me di cuenta que tenía que empezar a formalizar mi estudio, también fue el día que me llegó un casting muy importante. Me inscribí en la carrera y la terminé. Fueron tres años de intérprete en teatro musical en IAM (Instituto Argentino de Musicales). Y después empezar a audicionar, como una rutina. No hay mayor escuela que una audición. Y había algunas en las que me iba muy bien, pero no me elegían en la instancia final. Me frustraba un poquito, no te voy a mentir. El primer día era de llanto, pero después hacía un trabajo de introspección: qué me faltó, en qué flaquee. Ahí empecé a darme cuenta que podía llegar a trabajar de esto.

"No hay mayor escuela que
"No hay mayor escuela que una audición", concede Albana Fuentes, la protagonista de La Sirenita (Fotografía: Diego Barbatto)

— ¿Cómo te apoyaba tu familia en esos momentos?

— Son lo más. Mi mamá, con esto de estudiar: hay algo que estás viendo, entonces ponete las pilas. Me han acompañado a miles de audiciones, a casi todas te diría. Mi mamá y mi hermano van casi todos los días a verme al teatro y así con todo lo que he hecho. Siento su apoyo todo el tiempo.

— Te preparaste un montón: tocas el violín, el piano…

—Era una niña muy inquieta, con muchas ganas de saber cosas. Entonces, todo lo que todo lo que veía yo quería aprenderlo. Y por suerte tuve una madre que me cumplió esos caprichos, si se quiere. Esas ganas de saber podían durar dos meses. Tenía siete años y me interesó el piano, y capaz a los diez no me interesaba más y está bien.

— ¿Qué fue lo que te permitió no bajar los brazos frente a las frustraciones del camino?

— Las ganas y el hambre de ‘quiero esto, entonces, voy a hacer todo lo posible para que suceda’. Y hacer todo lo posible no es esperar sentada a que venga una oportunidad. Si yo no la busco, no va a venir. Es muy fácil frustrarse en esta profesión. Entonces sí siento que eso, las ganas, te mantienen activa.

— ¿Te costó superar la vergüenza de cantar en público?

— Sí, cuando era chica todo me daba vergüenza, no solo cantar. Me daba vergüenza hablar y ahora no me causa nada. Siento que el teatro me salvó mucho en ese sentido, me dio muchas herramientas de desinhibición. Ya cuando empecé a los catorce, quince, ya empecé a ser un poquito menos tímida. Siento también que me ayudó mucho a romper con la timidez cuando tuve mi librería, mi local, que era de atención al público y tenía que hablar con gente todo el día. Pero cuando era muy chica, a los diez, once años, no emitía sonidos de la vergüenza. Mucho menos cantar en público. No le cantaba ni a mi mamá.

Albana Fuentes con Infobae (Fotografía:
Albana Fuentes con Infobae (Fotografía: Diego Barbatto)

— ¿Cuánto tiempo tuviste la librería?

— Dos o tres años. Fue un tiempito. No tenía trabajo. Teníamos un local que era de mi abuela. Mi abuela falleció y mi familia lo venía alquilando. Y nada, los últimos inquilinos destruyeron el local. Mi mamá se puso a arreglarlo junto con mi tío y me dijo: ‘Bueno, hagamos algo para vos’. Y me ayudó a montar mi librería. La verdad es que nos iba muy bien, me encantaba.

— ¿Qué hacías en esa época además de la librería?

— Estaba en el último año de análisis de sistemas y había empezado fonoaudiología. Estudiaba toda la mañana y por la tarde iba al local. Justo nos agarró en pandemia, así que cursaba desde el local, ponía mi clase en Zoom y atendía, todo al mismo tiempo.

—¿Cuándo te dieron el papel fuiste para tu casa?

—No. Así, tiesa, a cursar. Me senté en el salón. Justo fue un día de devoluciones y no me lo quería perder porque era la última semana de cursada de la carrera. Me senté y mis amigos sabían que había ido. Y cuando llegué a mi casa me desplomé en llanto. Mis compañeros son lo más. Me apoyan mucho. La gran mayoría de mis amigos se dedican a los mismo. Lo vimos todos como un logro colectivo. De hecho, en TikTok o en Instagram hay videos de mis amigos el día que vinieron a ver La Sirenita. No paro de reírme. Para ellos de repente soy Tini…

—¿Y para las nenas que te van a ver?

—Para ellas soy la princesa, soy Ariel. Es muy mágico para mí. Lo veo en sus ojitos cuando termina la obra. Ellas ven que yo las saludo y para ellas las está saludando Ariel. Es muy hermoso formar parte de esa ilusión, de esa niña, de ese niño que vino a ver un cuento mágico y no puede creer que está tan cerca de la princesa que ve en la tele. Vienen vestidas de sirena, me saludan en la calle, me hacen el movimiento de la sirena. Me vuelvo loca. Me mata de amor.

— Para cerrar, me gustaría preguntarte qué le dirías a la alumna Fuentes, a esa que capaz le daba mucha vergüenza cantar en público y que ahora es protagonista de una de las obras más vistas.

—Le diría: Albi, no vas a poder creer lo que estás haciendo. Soltate y disfrutá.

Fotos: Diego Barbatto

Producción de texto: Hugo Martin