En esta conversación con Teleshow, Andrea Pietra recorre con detalle y emoción lo que fue, para ella, un verdadero acontecimiento artístico y personal del que por estos momentos se habla en todo el mundo: “Es una sorpresa maravillosa. Porque no es solo una serie de ciencia ficción: tiene la idiosincrasia argentina, y eso se agradece sobremanera”. Estoy muy emocionada, muy emocionada... Nunca tuve dimensión de lo que podía pasar con El Eternauta”, dice Pietra, con la voz aún vibrando de asombro. “Nunca me pasó en 36 años de trabajo que algo tuviera este impacto global”.
Desde su participación en la superproducción basada en la icónica historieta de Héctor Germán Oesterheld, la actriz no paró de recibir muestras de afecto y reconocimiento. Aquí interpreta a Ana, la esposa de Alfredo Favalli y los dueños de la casa donde transcurre buena parte de la historia.Siente que el estreno mundial de la serie marcó un antes y un después en su carrera, aunque hayan pasado poco más de 48 horas: “Estoy muy feliz de estar ahí adentro. Cuando quedé, cuando empecé a grabar, empecé a vivir y a trabajar en algo que nunca había visto en la vida”, confiesa.
“El orgullo nacional de saber que en Argentina, con los recursos necesarios, estamos a nivel mundial, en todo: técnica, actuación, libros... La serie es impecable”, afirma con convicción. Y si bien el fenómeno tiene mucho que ver con el alcance de una plataforma global, Pietra insiste en destacar el valor local de la producción: “Lo que muestra El Eternauta también son los vínculos que tenemos los argentinos: de amistad, de juego, de mate, de reunión. De nuestras calles”.
Lo dicho, el estreno de El Eternauta desató una verdadera revolución, no solo en la Argentina, sino en diversos países donde la serie fue lanzada simultáneamente. Para Pietra, esta repercusión fue completamente inesperada y profundamente conmovedora.
—¿Qué te pasa a vos con todo esto que está generando El Eternauta?
—Estoy muy emocionada, muy emocionada. Porque uno va trabajando, va haciendo cosas... Yo siempre disfruto mucho, pero nunca tuve dimensión de lo que podía pasar con El Eternauta. Hoy me desperté y tenía mensajes de diferentes países, de gente que conozco que vive en distintos lugares. Y decía: ¡qué loco! Nunca me pasó en 36 años de trabajo que pase esto a nivel global.
—¿Qué sentiste cuando viste la serie terminada?
—Me senté a ver los seis capítulos juntos y me puse a llorar cuando terminó. Dije: “¡qué emoción esto! Qué bien hecho, qué creíble todo". Me sorprendió el producto final, realmente me sobrepasó.
En su relato, Andrea Pietra no escatima elogios hacia Bruno Stagnaro, el director de la serie. Rescata su liderazgo sereno, su obsesión por la excelencia y la forma en que supo conducir un proyecto de esta magnitud.
—¿Qué te generó trabajar con Bruno?
—Estaba muy feliz por trabajar con él, porque para mí es un director que venía viendo en productos como Okupas, Un gallo para Esculapio, que son dos cosas impecables.
—¿Cómo lo viviste en el rodaje?
—Vi en él una capacidad de trabajo que nunca vi en mi vida. Es un tipo que puede trabajar 20 horas sin parar y nunca se altera. Él te da todas las posibilidades de repetir y repetir. Y en esa repetición busca lo mejor para lo que quiere contar. Eso se ve en El Eternauta. Está excelentemente realizado, pero hay alguien que lo condujo con total claridad, y fue él.

—¿Qué pensás de la adaptación?
—Bruno hizo una adaptación maravillosa. Trajo una historieta del 57 al día de hoy, y la convirtió en algo que todos quieren ver. No perdió la esencia original, pero le puso toques actuales que la hacen creíble para esta época”.
Tecnología, rodaje y una experiencia sin precedentes
Para Andrea Pietra, El Eternauta no solo fue un desafío actoral, sino también técnico. La experiencia de trabajar con tecnologías de última generación marcó un antes y un después en su carrera.
—¿Qué diferencias sentiste respecto a otros rodajes?
—Trabajé con una técnica que no había usado nunca en mi vida. Con unas pantallas y unas cuestiones que facilitaban mucho lo que como actores siempre tenemos que imaginar”.
—¿Y cómo lo viviste emocionalmente al ver el resultado?
—Fue todo muy flashero. Rodeada de pantallas donde veías todo lo que era ese barrio. Cuando terminé de ver los capítulos me puse a llorar. Qué bien hecho, qué creíble todo. Me sobrepasó como espectadora”.
El héroe colectivo y los valores que transmite El Eternauta
Más allá de los efectos visuales y la épica de ciencia ficción, Andrea Pietra remarca que El Eternauta tiene un mensaje profundamente humano y actual: la salvación solo es posible en comunidad.
—¿Sentís que tiene un mensaje que trasciende el contexto de ciencia ficción?
—Sí, totalmente. Habla de heroísmo, pero también de miserias humanas. Es una catástrofe, cada uno trata de salvarse como puede, pero el mensaje más importante es que uno no se salva solo. El héroe es colectivo. Es muy oportuna para este momento del mundo, donde todo se está poniendo tan hostil y tan malo con el prójimo. La serie te recuerda que lo único que nos va a salvar es que estemos juntos y pensemos en los demás.
—¿Y a nivel personal, cómo te impactó?
—Me encanta estar en este cuento, porque creo que es el único cuento que vale. Que uno no puede ser feliz si al resto le va mal. Que no sirve dar la espalda. Hay que salir todos adelante o no se sale”.

Feminismo y adaptación de los personajes
Uno de los cambios más celebrados de la adaptación de El Eternauta es la inclusión activa de personajes femeninos con roles decisivos. Para Andrea Pietra, esta actualización fue clave para conectar con la actualidad sin traicionar la obra original.
—¿Cómo viste la incorporación de más mujeres en esta versión?
—En la historieta original no había tantas mujeres. Estaban la esposa, la hija, pero eran personajes más funcionales: que coma, que se vista, que vuelva a salir. No hacían nada. Ahora las mujeres que puso Bruno somos profesionales, tomamos decisiones. Nos puso en el lugar que también puede tener la mujer: en medio del quilombo, con atención múltiple, tomando decisiones”.
—¿Cómo fue equilibrar eso sin perder el espíritu original?
—Todo es muy creíble. Bruno no perdió para nada la esencia de lo que escribió Oesterheld, pero le puso toques de actualidad que hacen que la historia sea creíble hoy. Es una adaptación respetuosa y poderosa”.
—¿Eso también ayudó a que conecten nuevas generaciones?
—Totalmente. Mi hija y los de su generación están desaforados mirando la serie. ¡Con un fanatismo! Siempre buscaban series así afuera, y ahora la tienen acá, en nuestras calles, con nuestra forma de ser.
—¿Y a vos qué te pasó? ¿Cómo definirías esta experiencia que te tocó vivir?
—Como un regalo cósmico que me ha tocado en la vida. Algo que nunca imaginé que me iba a suceder”. Fue una sorpresa en mi trabajo, en mi sueño de actriz. Porque no es solo una serie de ciencia ficción: tiene la idiosincrasia argentina, y eso se agradece sobremanera”.
—¿Qué es lo que más te conmovió de la historia?
—Lo que cuenta El Eternauta tiene que ver con nosotros. Es una historia de amigos que se juntan a jugar al truco en la misma casa todas las semanas. Gente que se conoce, que son como familia, porque tiene que ver con nuestras cosas, nuestras calles. Es muy argentina sin remarcarlo. Y en esta época donde todo es individualismo, te muestra que lo único que sirve es estar juntos. Es muy poderosa.
La segunda temporada: entusiasmo, expectativas y trabajo en marcha
Aunque aún no hay fecha confirmada para el inicio del rodaje, Andrea Pietra ya anticipa que habrá una segunda parte de El Eternauta. La continuidad del proyecto entusiasma tanto al elenco como al público, que rápidamente devoró la primera temporada. “Se viene la segunda. Por suerte”, confirma con una sonrisa, dejando ver que hay mucho más por contar.
La actriz explica que aún falta tiempo para comenzar a filmar, ya que el proceso creativo está en plena etapa de escritura. “Yo creo que en 2026, porque estuvieron un año editando. Bruno este año está escribiéndola”, cuenta. La admiración por el director vuelve a aparecer cuando menciona su nivel de entrega: “No tuvo vacaciones todavía desde el 2023. Va a tomar vacaciones recién en julio”.
Más allá del entusiasmo, Andrea asegura que la fidelidad a la obra original seguirá siendo una prioridad, y en ese sentido, se percibe una fuerte coherencia narrativa que ya es marca registrada del trabajo de Bruno Stagnaro

El alma del elenco y el peso de Ricardo Darín
A lo largo de la entrevista, Andrea Pietra resalta en varias ocasiones la calidad humana y artística del elenco de El Eternauta. A pesar de que todos —salvo Ricardo Darín— tuvieron que pasar por castings, ella destaca la elección minuciosa de cada actor como uno de los pilares del éxito. “Somos todos actores que hicimos casting, menos Ricardo, que fue el elegido desde el principio”, explica la actriz a Teleshow.
Pero sin duda, la figura de Darín se impone con fuerza. Pietra no escatima elogios hacia el actor, a quien considera indispensable para el rol de Juan Salvo. “Yo creo que con el mejor protagonista que se podía tener, que es Ricardo”, afirma. Y agrega: “Terminás de ver los capítulos y decís: no puede ser otra persona que Salvo”.

El compromiso del actor fue total, incluso a nivel físico. Según contó durante el preestreno, Darín participó en casi todos los días de rodaje. “Estuvo, de los no sé… creo que fueron 350 días de filmación, en 346. Lo dijeron ahí”, recuerda Pietra. “Estuvo poniéndole el cuerpo como es él, llevando todo para adelante, colaborando siempre”.
El esfuerzo no fue menor: máscaras, escenas complejas, largas jornadas. “Hay que estar ahí con esa máscara, con un montón de cosas que son muy arduas. Y hay que hacer ese esfuerzo”, destaca la actriz.

En medio del furor que generó la serie, Pietra insiste en que el mensaje de El Eternauta trasciende la ficción. “En esta época donde las cosas materiales toman mucho valor, acá te muestra que tenés que dejar todo lo que obtuviste, porque no sirve para nada. Uno no se salva solo”, reflexiona. Es una declaración que resuena no solo con la trama, sino también con el presente global. Para la actriz, esta historia es “el único cuento real para que la gente, nosotros como planeta, como humanos, salgamos adelante”. Y desde ese lugar, su participación no solo fue un logro artístico, sino también una forma de decir algo urgente y necesario.