
La muerte de Salvador Toti Ciliberto, conocida a primera hora del martes, golpeó fuerte al mundo del espectáculo. El actor y humorista, ligado para siempre a la era de oro de VideoMatch, tenía 63 años y una vida de alegrías, sufrimientos y reinvenciones. Hasta que de manera inesperada su corazón dijo basta y provocó un cimbronazo entre sus seres queridos
El artista falleció en el hospital Thompson de San Martín, luego de sufrir una hemorragia interna seguida de un paro cardíaco. “Se lo iban a llevar para otro lado para hacerle unos estudios más complejos. No sé qué pasó, por qué no lo llevaron”, le contó a este medio Raúl Biaggioni, conocido como Larry de Clay, otro histórico de la troupe de VideoMatch y gran amigo de Ciliberto hasta el último momento de su vida.
“Sé que había tenido un problema intestinal hace 3 o 4 meses, se descompensó y debieron internarlo. Ayer a la tarde estaba mejor, pero en la madrugada entró en paro”, añadió el hombre de la galera, muy consternado por la partida de su amigo, a quien la noticia lo sorprendió camino a Bolívar.
Rosita Speratti, la esposa de Larry, dio más detalles de las últimas horas de Ciliberto, en las que su salud dio un vuelco inesperado. “Analía, su actual mujer, me escribió a ver si podíamos darle una mano porque Toti estaba internado en el Thompson en San Martín y allí no tenían la aparatología necesaria para hacerle unos estudios“, expresó la mujer a este medio.
Sin embargo, la situación se complicó. “Después no sé qué pasó, que no se hizo el traslado. Hoy, cuando Raúl se levantó para viajar a Bolívar a llevar unos útiles, vi un mensaje de Analía que me decía que Toti estaba muy mal en estado crítico. Fue una noticia terrible para Raúl, no lo podía creer. A la media hora me escribe Analía, llorando, dándome la peor noticia de que había muerto Toti. La verdad, es de no creer”, lamentó la mujer.
La esposa de Larry contó que su marido y Toti eran muy unidos y que le reprochó por qué no los había llamado antes para pedir ayuda. “Él nos dijo que no quería molestar”, continuó Rosita. “Yo me quedé shockeada, más que nada por verlo a él llorar, porque yo sé que interactúan todo el tiempo con el grupo de VideoMatch. Están todo el tiempo boludeando, matándose de risa, como siempre. Y que pase así de golpe, porque yo escuché el audio que le mandó ayer a la tarde a Raúl, y que hoy no esté, es muy shockeante, muy triste”, finalizó.

Con el amanecer del martes, la noticia de su muerte se fue esparciendo y causó profundo penar en la comunidad artística. Nacido en San Martín hace 63 años, hincha fanático de Chacarita Juniors, en 1992, Marcelo Tinelli lo convocó para sumarse al elenco de VideoMatch y fue el trampolín hacia la masividad. Hasta ese momento, había ejercido como profesor de educación física y había transitado la bohemia under del Parakultural.
Interpretó decenas de personajes inolvidables y llegó a conducir su propio ciclo, Adivina adivinador, donde aparecía caracterizado como el inolvidable Riquelme. Luego llegaron participaciones en películas como Vivir intentando con Bandana, Brigada explosiva: misión pirata junto a Emilio Disi y Luciana Salazar, y Cuatro de copas con Federico Luppi. En la pantalla chica trabajó en recordados ciclos como Poné a Francella, La peluquería de Don Mateo y Mar de Fondo.
Treinta años después de su irrupción a la fama, le confesó a Gastón Pauls en Seres libres el lado b de aquella aventura en forma de adicción a la cocaína. “Uno se engaña. Creés que te ayuda a estar más pila. Hasta que te das cuenta de que te está matando”, relató sin vueltas. Encontró en la fe una salida y en el amor de la familia y amigos un sostén, hasta que su cuerpo dijo basta. Y de la misma manera con la que hacía reír a multitudes, las sumergió en la más profunda tristeza.