El romance está en el aire en la casa más famosa del país. En Gran Hermano (Telefe), las miradas cómplices, las largas charlas bajo el sol y los bailes cargados de química en las fiestas del viernes desataron una ola de rumores que no dejaron de cesar: ¿Claudio Papucho Di Lorenzo y Gabriela Gianatassio están a punto de convertirse en la nueva pareja de Gran Hermano? La respuesta está lejos de contestarse si se tienen en cuenta los últimos movimientos de ambos.
Los compañeros ya no tienen dudas. “¡Acá hay amor!”, se escuchan los susurros entre risas cada vez que los ven juntos. Y es que la conexión entre el masajista y la modelo brasileña es innegable.
Pero en medio de este juego de seducción, Papucho abrió su corazón ante sus compañeros, al no poder continuar con la duda que lo carcomía. En una charla sincera con Santiago Tato Algorta, confesó lo que todos sospechaban: “Me cabe Gaby”, así, sin vueltas. Sin embargo, hay algo que lo frena y que no dudó en explicarlo: “Me parece que soy jovato”, admitió el reikista, al dejar entrever que la diferencia de edad podría ser un obstáculo al momento de iniciar una relación.
Lejos de rendirse, Claudio tomó cartas en el asunto al entender que ya no había tiempo para más especulaciones. Determinado a conquistar a su musa, le pidió ayuda a Juan Pablo de Vigili para aprender a decirle frases románticas en portugués. “Se me enamoró el papún”, bromeó Devi al ver a su compañero tan embelesado.
Y entonces, llegó el gran momento. Bajo las luces de la fiesta del pasado viernes, con la música de fondo y el corazón latiéndole a mil, Papucho se animó: “Me gustás mucho. Sos demasiado linda”, le confesó a Gabriela al oído, mientras no dejaba de abrazarla.
La respuesta de la brasileña, entre risas nerviosas, fue un enigmático: “Acá no”, que dejó más dudas que certezas. ¿Será que el amor necesita un escenario más íntimo para florecer? ¿O estamos ante un romance que apenas comienza a escribirse? Los ojos de toda la casa están puestos en ellos.
Pero no todo es color de rosas en la convivencia, ya que el hecho de que le rebajaran la gaseosa cola a Selva provocó que la uruguaya se mostrara desencajada y a los gritos a la espera de poder advertir quién había sido el responsable.
Durante la transmisión Selva Pérez, con evidente molestia, relató lo sucedido: “Me tomaron el refresco, no quiero decir la marca, y le pusieron agua a la botella”, exclamó. La comediante había estado racionando su gaseosa con el objetivo de que le durara más tiempo, disfrutándola a pesar de que no tuviera la efervescencia habitual. Sin embargo, al servirse nuevamente, descubrió que lo que estaba bebiendo no era su bebida, sino agua. “Aunque no tuviera efervescencia, yo la tomaba y la disfrutaba. Hoy me fui a servir y resulta que no era gaseosa, era un agua sucia”, afirmó visiblemente afectada .
Selva no dudó en alertar a todos los televidentes de lo ocurrido. “Desataron a la diablilla que hay dentro de mí”, expresó, dejando claro que este acto de maldad no quedaría impune. La situación, lejos de calmarse, se convirtió en un preámbulo para una escalada de conflictos dentro de la convivencia en la casa.

La situación también derivó en una tensa discusión con Eugenia Ruiz, otra de las participantes del reality, que le restó importancia a la situación. La médica oriunda de Santiago del Estero acusó a Selva de ser excesivamente dramática y de no tener la capacidad de manejar algo tan simple. “Lo tuyo no es una adicción, lo tuyo es un gusto”, le espetó Eugenia, quien no podía comprender la magnitud del enojo de su compañera. A lo que Selva le respondió, en tono de reclamo, que su actitud no era para nada respetuosa, pidiéndole que la tratara con más consideración.
La discusión rápidamente subió de tono, con Eugenia acusando a Selva de ser “insoportable” y de tener una forma irritante de hablar. “No te das cuenta de lo molesta que sos con tu sonrisita cínica”, le lanzó en medio del cruce. Selva, entre lágrimas, le reprochó que no comprendiera lo molesta que le resultaban sus actitudes. “Vos tenés un gran problema, Eugenia, no sabés diferenciar las cosas”, le contestó, mientras su compañera le respondió con ironía: “Y ahora te victimizás y llorás”.