La casa más famosa del país atraviesa días de conmoción. La salida voluntaria de Furia Scaglione, el ingreso sorpresa de Catalina Gorostidi con el Golden Ticket, y la tensión latente por las nuevas reglas impuestas por Big pusieron a Gran Hermano (Telefe) en un estado de ebullición constante. Y este lunes 31 de marzo, se suma un nuevo capítulo clave: la gala de eliminación, que ya despierta pasiones en redes sociales.
Con diez nominados en placa, Chiara Mancuso, Luz Tito, Bati Larrivey, Lourdes Ciccarone, Katia Fenocchio, Sandra Priore, Selva Pérez, Lucía Patrone, Santiago Algorta y Eugenia Ruiz, la decisión vuelve a estar en manos del público. Y, si bien aún faltan definiciones, los datos que surgen de las encuestas en redes ya dibujan una tendencia clara: Bati estaría en la cuerda floja.
Las votaciones publicadas en X (ex Twitter) por cuentas influyentes como la de Gastón Trezeguet, Fede Bongiorno y Tronk Oficial muestran una diferencia contundente. En todos los sondeos, Larrivey aparece como el más votado para abandonar la casa.
En la encuesta de Trezeguet, que reunió más de 27 mil votos, Bati lideró con un 56,9%, seguido por Luz con el 29,5% y Chiara muy por detrás con el 11,9%. Tronk, por su parte, acumuló más de 32 mil votos y los resultados coincidieron: 48,1% pidió la salida del mismo competidor, mientras que Luz obtuvo 26% y Chiara 16,6%. Fede lanzó dos encuestas paralelas que también incluyeron opciones adicionales como Katia y Lucía, pero en ambas el jugador volvió a aparecer al tope, con 47,5% en una y 48,1% en la otra.
Las redes sociales son, en este momento, un hervidero. Muchos usuarios celebran la posible salida de Bati por estrategias fallidas, actitudes dentro de la casa o simplemente por afinidad con otros jugadores. Otros, sin embargo, creen que aún puede haber un batacazo de último momento. “¿De verdad están cambiando las tendencias?”, se preguntó Trezeguet, sembrando la duda y alimentando la expectativa a horas de la gala.
Por su parte, Ulises Apóstolo, líder de la semana, se quedó sin poder ejecutar su jugada estratégica tras romper las reglas del juego al hablar de más. Ese detalle terminó de dejar la placa tal como se definió en la nominación grupal, y elevó la tensión entre los jugadores que se saben en riesgo.
Además, la tensión crece no solo por la posible salida de uno de los jugadores más polémicos, sino también por los cambios profundos que sacudieron la estructura del juego en los últimos días. La salida voluntaria de Furia, una de las grandes protagonistas de la edición, dejó un vacío imposible de ignorar. Pero no duró demasiado. La producción, con la excusa de saldar una supuesta “deuda narrativa”, decidió reincorporar a Catalina.
El ingreso de la pediatra santafesina, mediante el ya famoso Golden Ticket, se concretó el jueves 27 de marzo en una gala cargada de simbolismo. Con una campera negra, la cara cubierta y bajo la lluvia artificial, Catalina hizo su entrada durante el juego de Congelados. “Que se caigan las caretas”, lanzó al revelar su rostro, provocando una mezcla de sorpresa, incomodidad y sonrisas forzadas en sus excompañeros.
La decisión generó controversia entre los seguidores del reality, ya que por primera vez no fue el público quien eligió a un nuevo ingreso. “Este participante tiene mucho para dar y contar”, justificó Santiago del Moro en nombre del equipo de producción. Pero más allá de la explicación oficial, la jugada no hizo más que encender la interna dentro de la casa, alterando dinámicas, alianzas y estrategias.
Con el tablero en plena sacudida, los vínculos frágiles y las máscaras tambaleando, Gran Hermano entra en una nueva fase: más impredecible, más cruda, más expuesta. Bati parece ser el próximo en caer, pero todo puede pasar cuando la casa arde por dentro y el público respira con la mirada puesta en el confesionario.
