Sara Stewart Brown recordó el día que donó su riñón para el trasplante cruzado que salvó la vida de Jorge Lanata: “10 años”

El 28 de marzo de 2015, en la Fundación Favaloro, se hizo la intervención donde el periodista recibió un riñón de Nora Hernández, y quien era su esposa le donó el suyo a Ignacio, el hijo de ésta

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El posteo en X de
El posteo en X de Sara y la foto de Lanata con Nora Hernández, que le donó un riñón

“¡¡Estamos bien los 33!! Ahhh no, pará, los 4”. El 28 de marzo de 2015, hace exactamente 10 años, la artista plástica Sara Stewart Brown parafraseó, en la red social que aún se llama Twitter, la prueba de vida de los mineros chilenos de Copiapó. Pero las cuatro personas a las que se refería eran Jorge Lanata, Nora Hernández, él hijo de ésta, Ignacio y ella misma. Hace cinco años volvió a referirse a ese momento en otra publicación y explicó más: “Hace 5 años estaba en el quirófano de Favaloro. Hace 5 años participé del primer trasplante cruzado que se hizo en el país y en el que participamos Nora, Nacho, Lanata y yo. Hoy se cumplen 5 años de lo que probablemente sea lo más importante que hice en mi vida”.

Hoy, cinco años después, reiteró aquel recuerdo con dos palabras: “10 años” y un emoji de tristeza, porque uno de esos cuatro, quien era su marido en ese momento, Jorge Lanata, ya no está.

La emoción de Lanata en
La emoción de Lanata en su abrazo con Nora Hernández, que le donó un riñón (Instagram)

La historia fue conmocionante. Por lo complejo, por lo polémico, y porque la generosidad de Nora y Sara salvaron dos vidas: la de Lanata y la de Ignacio. El trasplante cruzado requirió una autorización judicial debido a su naturaleza altruista y porque la ley no contemplaba esa situación. Este tipo de trasplante, que implica la donación de un riñón de un individuo a otro, y la reciprocidad entre los donantes, debe ser cuidadosamente vigilado. En este caso, la solicitud de autorización se presentó ante el juez Francisco de Asís Soto, titular del Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial Federal N° 6.

El 12 de febrero de 2015, el juez aprobó la intervención tras una audiencia en la que se reunieron los cuatro involucrados. Fue en esa ocasión que Nora, madre de Ignacio, y Sarah Stewart Brown, ex esposa de Lanata, se conocieron por primera vez. En esa audiencia, también se explicó que, aunque la decisión de donar los riñones era completamente altruista, la intervención estaba protegida bajo un marco legal para asegurar la transparencia y la integridad del proceso.

Sara, que le donó su
Sara, que le donó su riñon al hijo de Nora, con la mujer que hizo lo propio con Lanata

Jorge Lanata, quien había estado luchando con problemas renales desde hacía años y se sometía a sesiones de diálisis, había manifestado abiertamente su deseo de someterse a un trasplante. En una ocasión, el periodista explicó en su programa que “es un garrón estar en diálisis” y expresó su esperanza de “no vivir los próximos años de mi vida en diálisis”. Por otro lado, Sarah Stewart Brown, la entonces esposa de Lanata, decidió ofrecer uno de sus riñones para la intervención. Aunque inicialmente Lanata se mostró reacio, ella insistió y le expresó que tomaría la decisión basada en información médica. “No voy a hacer nada como una locura, sino con información”, le dijo ella antes de reunirse con el jefe de Nefrología de la Fundación Favaloro. Durante estas reuniones, Stewart Brown hizo preguntas detalladas sobre el proceso, como los posibles efectos secundarios, la recuperación post-operatoria y las secuelas a largo plazo, con el fin de tomar una decisión informada y segura.

La situación se completó con la participación de Nora Hernández, madre de Ignacio, quien decidió donar uno de sus riñones a Lanata. A su vez, como parte de este proceso cruzado, el riñón de Sarah Stewart Brown sería trasplantado a Ignacio, el hijo de Nora, quien también enfrentaba problemas renales graves.

Durante la internación posterior, el 3 de abril, Lanata celebró el cumpleaños 40 de Sara en su habitación de la Fundación Favaloro, donde los acompañó Lola, la hija que tuvieron en común. Y allí también se reencontró con Nora Hernández, la mujer que le donó uno de sus riñones. Ambos sintieron, desde entonces, una conexión especial. Una foto, con Lanata abrazándola con lágrimas de emoción, lo dejó patente. En ese encuentro, Nora le expresó: “Gracias por salvar la vida de mi hijo. Habría que mostrar los actos de amor para que haya muchos más”. Esta frase resumió perfectamente el espíritu que motivó esa acción. Lanata, aunque solo la había visto una vez antes de la operación, explicó luego: “Te puedo asegurar que sentía como si la hubiera conocido de toda la vida. Como si la quisiera… Pensaba que la conocía desde siempre. La situación me sobrepasó“.

El 3 de abril de
El 3 de abril de 2015, en su habitación de la Fundación Favaloro, Jorge Lanata celebró los 40 años de Sara junto a Lola, la hija que tuvieron en común

Cuatro días después de la exitosa intervención, Jorge Lanata, conmovido, se presentó en su programa de radio en Radio Mitre. Durante la emisión, no pudo evitar mostrar su emoción y las lágrimas brotaron al recordar el momento que vivió durante la cirugía y el proceso de recuperación posterior. “Estoy feliz escuchándolos. Quiero salir al aire porque no puedo creer lo que pasa”, expresó emocionado.

Tiempo después, para una campaña para concientizar sobre la importancia de donar órganos, Sara le contó a Infobae su particular experiencia: “Cuando le doné el riñón a Lanata se habló mucho del `acto de amor de…´. Pero la verdad es que yo no lo viví así. Me parecía que era lo que había que hacer. Incluso es una decisión que hubiera tomado por un amigo, por el hijo de algún amigo o amiga, o cualquier otro familiar. Sí lo vivo como un gesto altruista y solidario, porque básicamente te sacas una parte del cuerpo para que otro esté mejor y la solidaridad tiene que ver con ayudar al prójimo”.

En la entrevista, también narró sus temores antes de la doble intervención: “Tuve miedo por él, que tenía una salud bastante frágil. Y me daba nervios preservar a mi hija, que al principio parecía que lo estaba llevando bien pero no dejaba de ser una nena de nueve años que iba a tener a su mamá y a su papá en un quirófano".

Jorge Lanata y Sara
Jorge Lanata y Sara

Sobre los cuidados que enfrentó al vivir con un solo riñón, expresó: "Lo único que tengo que hacer es cuidarme un poco con las proteínas. O sea, hago una dieta semi vegetariana. Por ejemplo, no puedo comer proteínas fuertes al mediodía y a la noche, o si me mato a asado un fin de semana me cuido en la semana con un par de días vegetarianos. Controlo la sal y tengo que evitar ciertos remedios, como antiinflamatorios o ibuprofeno. Nada más. Estoy bárbara".

Nueve años y ocho meses después de esa felicidad, el lunes 30 de diciembre de 2024 a las 15.20, Jorge Lanata murió en el hospital Italiano luego de seis meses de estar internado por un cuadro de neumonía que derivó en distintas fallas orgánicas, como trombosis venosa, la necesidad de drenajes por acumulación de líquido abdominal y una úlcera sangrante que desencadenó su fallecimiento.