A tan solo horas de accidentarse en su show, al intentar hacer crowd surfing, Maxi Trusso se prepara para ingresar al quirófano y comenzar su recuperación. Fue en ese contexto que el cantante dio detalles de su estado de salud y cómo se sentía de cara a la operación en diálogo con Infobae en Vivo.
Con una sonrisa en su cara, y una de las típicas galeras que lo caracterizan, Trusso habló durante el programa de la tarde, que cuenta con la conducción de Jesica Bossi, Diego Iglesias, María Eugenia Duffard y Federico Mayo, mientras descansaba en la cama del hospital Rivadavia.
“Estoy con la galera acá, para no perder la costumbre. Me van a operar mañana del fémur, dentro de todo pensé que iba a ser peor. Es grave, pero no es tanto”, comenzó diciendo el cantante. Luego, Maxi relató qué sentía en ese momento: “Había mucha euforia en el momento, era un clima de alegría, estaba todo perfecto para hacer algo así, era muy alto, como dos metros. Me caí sobre la pierna”.
Al respecto, Trusso también se refirió al motivo que lo llevó a lanzarse: “Fue una experiencia, fue la alegría que tenía y cierto tipo de tristeza que tenía dentro mío por la muerte de un hermano mío, que no había podido superar. Se me mezclaron las cosas, fue algo liberatorio, dije: “A partir de ahora doy este cambio y dejo ir el pasado””.
Previamente, Trusso también había destacado que había hecho acciones similares en shows previos. “Lo había hecho varias veces, pero esta vez exagere, me tiré como si fuera una pileta. Algunas chicas me agarraron un poco, pero yo no les avisé, fue un delirio. Tenía ciertas tristezas guardadas que a veces te hacen hacer actos inconscientes. Tenía que pasar, era el destino. Vi las imágenes una vez sola”, dijo en diálogo con TN.

En ese sentido, las periodistas le consultaron por qué decidió continuar con el show a pesar de la lesión sufrida: “Seguí cantando para desdramatizar un poco, si bien tenía dolor quería terminar con dos temas. No me podía sentar del dolor. Me pareció que era terminar la conexión más sana con la gente que había ido. Al principio estaba un poco asustado porque sentía que había complicado a varios, pero después me calmé. El cierre fue lindo, me olvidé un poco del dolor”.
Por útlimo, Trusso explicó que rápidamente recibió atención médica y que fue derivado a un hospital: “Del recital me vino a buscar la ambulancia y me llevaron al hospital Rivadavia, me atendieron muy bien. Mañana tengo que entrar al quirófano. Estaban buscando clavos para la operación. No me da miedo entrar al quirófano, por suerte no. El médico me explicó cómo era la operación. Lo importante es estar de buen humor”.
La situación que provocó la internación de Trusso se dio este jueves en pleno recital en Niceto Club, uno de los espacios más emblemáticos de la escena musical porteña. El episodio ocurrió cuando, en un gesto intempestivo, el cantante soltó el micrófono en medio de una canción y se arrojó al público, buscando entregar su cuerpo a la liturgia del rock mediante el clásico ritual del crowd surfing. Pero esta vez, el pacto no se selló: “el público, confundido o distraído, no respondió al pacto tácito”, y el artista cayó de lleno al suelo.

El instante posterior a la caída de Maxi Trusso marcó un viraje total en la atmósfera del Niceto Club. La audiencia, que hasta entonces oscilaba entre el entusiasmo y el baile, quedó sumida en un desconcierto generalizado. Mientras algunos reaccionaban con risa nerviosa, otros permanecían paralizados, sin saber cómo responder al accidente. Fue entonces cuando, en un intento colectivo por disipar el espanto, comenzó a escucharse el cántico improvisado de “¡Olé, olé, olé, Maxi!”, como un intento de sostener la comunión rota entre artista y espectadores.
Contra toda previsión y después de una espera cargada de murmullos, la música volvió a sonar en Niceto Club. Pero esta vez, la voz del protagonista no provenía del escenario, sino desde un lugar invisible al público: el backstage. Acostado en una camilla, en un gesto que rozó lo performático y lo conmovedor, Maxi Trusso continuó el recital a pesar de las secuelas físicas del accidente.
Poco después, y ante la necesidad de una evaluación médica precisa, Maxi Trusso fue trasladado en ambulancia hacia el hospital Rivadavia. Su cuerpo, afectado por el impacto, demandaba atención urgente, aunque la escena previa parecía desmentir esa urgencia. Desde el vehículo, y antes de someterse a estudios, el cantante publicó un mensaje en sus redes sociales que buscó resignificar el incidente bajo una clave épica: “Dejo la vida por ustedes. La vuelta será inigualable”.
Esta no fue la primera vez que Trusso intentó un salto de estas características. En enero, durante una fiesta de verano, el cantante protagonizó una escena de naturaleza similar: bajó con ímpetu de la cabina de DJ y volvió a caer al suelo. Aquella vez, el desenlace fue menos dramático: sin consecuencias físicas de gravedad, el artista continuó cantando como si nada hubiese ocurrido.