El festival Lollapalooza Argentina 2025, que celebra su décimo aniversario, se consagró como un evento memorable por la variedad de artistas internacionales y por el protagonismo que logró La K’onga, la popular banda de cuarteto cordobesa. Su participación en el Perry’s Stage se transformó en un verdadero espectáculo de energía, música y alegría que dejó una marca en el público. Lejos de ser un show más dentro del evento, el grupo logró que su estilo tan particular se apoderara de los fans, haciendo bailar y cantar a miles de personas, convirtiendo la jornada en una fiesta sin igual.
La K’onga cautivó a su público gracias a su carisma en el escenario y con un repertorio de éxitos que acompañaron el pulso de la fiesta desde el principio hasta el final. En cuanto la banda pisó el escenario, el público se agolpó frente al escenario con la expectativa de un show único. La primera canción, “El mismo aire”, sirvió como un grito de inicio que encendió la llama de lo que sería una presentación explosiva.
La banda no era ajena a la tradición del Lollapalooza, pero su estilo “cuartetero” se encargó de modificar el ambiente generalmente rockero del festival. El grupo cordobés transformó la dinámica del moshpit, un clásico de los conciertos de rock, en algo completamente nuevo y único: incluso, se formaron parejas que se enredaban entre vueltas de brazos, trompos y meneos, al igual que suele pasar en las fiestas argentinas.
La K’onga interpretó temas que son verdaderos himnos de la música popular argentina, como “La cabaña”, “Y cómo es él” y “Universo paralelo”, sin dejar de lado las sorpresas, como los invitados especiales. Emanero subió al escenario para interpretar con ellos “Fama de diabla”, mientras que Pedro Capó aportó su toque tropical al cantar “La fiesta”.
Lo que verdaderamente elevó la presentación de la banda a una experiencia única fue el impresionante espectáculo visual que acompañó la música. Las luces, combinadas con los fuegos artificiales, hicieron que la audiencia no solo se dejara llevar por el ritmo del cuarteto, sino también por un espectáculo sensorial que dejó sin aliento. La puesta en escena que incluía un juego de luces sofisticado y sincronizado con los acordes de las canciones, transformó el escenario en un mar de colores y emociones.
El show fue una explosión visual y auditiva que no dejó de sorprender a los asistentes. El nivel de detalle en el escenario, junto con la energía desbordante de la banda, crearon una atmósfera en la que el público no solo era espectador, sino parte activa de la fiesta. El público se animó a bailar, a armar trencitos, a hacer palmas y a cantar a todo pulmón.
Con el cierre de la presentación, el grupo dejó al público pidiendo más. Las últimas canciones, como “Te perdiste mi amor” y “Ya no vuelvas”, sellaron la noche, mientras los presentes no dejaban de bailar, cantar y ovacionar a la banda. El cuarteto cordobés brindó un espectáculo musicalmente atractivo y logró conectar profundamente con el espíritu del festival.
Lo que sucedió en Lollapalooza con La K’onga marca un antes y un después en la historia del género. Su aparición en el festival fue una demostración de la creciente visibilidad internacional del ritmo, que en muchos momentos se vio opacado por otros estilos musicales en el ámbito global.
De todas formas, esta no fue la única opción disponible. En su mismo horario, pero en el Samsung Stage, tocó Tool. Después de más de 30 años de viaje musical, la voz de Maynard James Keenan, las oscuras distorsiones de la guitarra de Adam Jones, los bajos brillantes de Justin Chancellor y la percusión de Danny Carey, el grupo generó la euforia de la gente.
Previamente, en una charla con Teleshow, Adam había contado su sensación por visitar el continente: “Es muy bueno ir a Sudamérica. Nunca hemos estado allí. Hemos tenido algunas oportunidades y siempre fracasaron. Y por eso estamos muy emocionados de visitarlos. Es algo muy bueno, tenemos muchos fans. Esa es probablemente la única razón por la que podemos encabezar el festival, porque tenemos tantos fanáticos que aprecian lo que hacemos”.
