En una reciente charla durante el almuerzo con Juana Viale, Luciano "El Tirri" Giugno dejó a todos sorprendidos cuando compartió su experiencia y conocimiento sobre fenómenos naturales como los terremotos y tsunamis. Lejos de ser solo un personaje del espectáculo, se presentó como un auténtico experto en el tema, destacando que su experiencia de vida y su interés en el campo lo posicionan como una fuente confiable de información sobre desastres naturales.

El músico llamó la atención de todos cuando comenzó a detallar su experiencia personal con los terremotos y la gran cantidad de información técnica que, aparentemente, acumuló a lo largo de los años. “Amo los fenómenos meteorológicos. Soy experto en tsunamis y terremotos”, confesó con entusiasmo y sin ruborizarse por el interés que cultivó a lo largo de sus 25 años viviendo en California, Estados Unidos, una región conocida por su actividad sísmica. “California es un lugar donde hay muchos terremotos”, explicó, dejando en claro que su conocimiento se basa no solo en teorías, sino también en vivencias directas en zonas de alta actividad sísmica.

Uno de los momentos más impactantes de la charla fue cuando recordó un terremoto que vivió en California, el cual alcanzó una magnitud de 7.4 en la escala de Richter. En ese entonces, se encontraba en una casa con piscina, y fue testigo de cómo la tierra se sacudió violentamente. “Es algo impresionante. No más de 18 segundos”, comentó.

Sin embargo, más allá de la experiencia personal, el primo de Marcelo Tinelli subrayó un dato crucial sobre los terremotos: su imposibilidad de predecirlos. “Es el único fenómeno que hasta el día de hoy no se puede prevenir”, afirmó con certeza. Según su conocimiento, los terremotos no pueden ser anticipados debido a la naturaleza impredecible de los movimientos tectónicos. Esto, en contraste con otros fenómenos naturales, como el clima, que aunque también es incierto, se puede prever con cierto grado de exactitud gracias a la tecnología.

Uno de los temas que El Tirri destacó con mayor énfasis durante la charla fue la falla de San Andrés, una estructura geológica que cruza gran parte de California y que, según sus palabras, es la mayor amenaza sísmica en la región. Esta falla es conocida por sus frecuentes movimientos telúricos, y el artista mencionó que “la falla de San Andrés tiene más de 3000 movimientos por día, aunque muchos de ellos son de baja magnitud, menores de 4.1 o 4.2”.

Lo más inquietante de este fenómeno es que, aunque la actividad sísmica es constante, la población sigue esperando el temido terremoto grande que podría tener efectos devastadores, explicó. Luciano compartió que en California llevan más de 30 años esperando un terremoto de 9.4, considerado como uno de los más destructivos en la historia. Esta espera constante creó un ambiente de ansiedad y especulación, ya que los expertos aseguran que es solo cuestión de tiempo antes de que se produzca un sismo de tal magnitud.

En una muestra del que es, sostuvo, un profundo conocimiento sobre el tema, el músico también relató su experiencia en Japón, donde vivió durante seis meses esperando un terremoto de 9.2 en la escala de Richter, otro de los eventos sísmicos más devastadores. “Estuve en Japón esperando uno de 9.2, que es lo peor que hay”, explicó, destacando la similitud de la situación en ambos países. Japón, al igual que California, es una región propensa a fuertes terremotos debido a su ubicación geológica.

A lo largo de su relato, El Tirri compartió un lenguaje técnico sobre los terremotos y las lecciones aprendidas a partir de sus propias experiencias personales. Uno de los relatos más impresionantes fue el del terremoto de 8.6 que experimentó en Viña del Mar, Chile, en el año 2002. Mientras se encontraba en un hotel junto a Los Fabulosos Cadillacs, el sismo se desató de manera repentina, causando una gran desorientación y caos. El primo de Tinelli relató cómo, en medio del pánico, lo único que pensó fue en sus valijas. “Lo único que no quería perder era la ropa”, confesó, narrando que bajó los 11 pisos del hotel con su equipaje en mano, sin pensar en los peligros del momento.