La sorpresiva muerte de Verónica Zanzul, conocida como La Colo por su paso por la primera edición de Gran Hermano, golpeó fuerte a los seguidores del reality. Con su simpatía, espontaneidad y su inconfundible cabellera, quedó en el recuerdo de quienes siguieron aquella versión iniciática del programa de origen holandés, donde todo estaba por construirse. Su partida a los 48 años causó estupor y un profundo penar entre el público y alguno de sus excompañeros en lo que iba a convertirse en la casa más famosa del país.
Patricia Villamea, también de la primera tanda de hermanitos, fue la primera en dar indicios de lo que había ocurrido con la Colo. “Recordarte así“, escribió en su Instagram, en una imagen de Verónica sonriendo. Junto a Tamara Paganini, habían construido una sólida amistad, y en algunas oportunidades se habían reencontrado con otros participantes, como Gustavo Jodurcha, Lorena del Valle González y Marcelo Corazza, ganador de la edición y actualmente acusado de integrar una red de corrupción de menores y a la espera del juicio.
Corazza, quien hasta su detención en 2023 se desempeñaba como productor en las últimas ediciones del reality, replicó en sus redes la publicación póstuma del Instagram de Zanzul. Allí se la ve sonriente, abrazando a una de sus mascotas y con la música de “Perfect Day”, de Lou Reed, de fondo. “Siempre en mi corazón”, escribió Corazza a modo de recuerdo y homenaje para su amiga.
La partida de Verónica deja una huella imborrable en aquellos que siguieron la primera edición de Gran Hermano Argentina, el programa que marcó un hito en la televisión local. Zanzul participó en el reality de Telefe en marzo de 2001, cuando este formato se estrenó en Argentina. A sus 24 años y con una personalidad extrovertida, trabajaba como colorista y maquilladora. Su paso por el programa estuvo cargado de momentos de gran visibilidad, como su relación con Gustavo Jodurcha dentro de la casa, el primer romance televisado en la historia del reality. Este vínculo se convirtió en el centro de atención para la audiencia y los medios. Sin embargo, Jodurcha decidió abandonar el programa por voluntad propia, lo que alteró la dinámica de la competencia y afectó la continuidad de Verónica en el mismo.
Otro de los momentos que perduró en la memoria colectiva fue el beso que Zanzul recibió de Diego Maradona. En una de las visitas más recordadas que la casa de Gran Hermano recibió, el astro del fútbol se acercó a Verónica para darle un beso y un efusivo abrazo, un gesto que quedó grabado en las imágenes del programa y que generó gran revuelo, tanto dentro como fuera del reality.
En sus redes sociales, Verónica se presentaba como una defensora y amante de los animales. Según sus publicaciones en Instagram, se dedicaba a pasear perros y gatos, afirmando que lo hacía en “grupos reducidos y paseos individuales”. También se definía como voluntaria en el censo de cetáceos y aves marinas.

La primera edición de Gran Hermano en Argentina, que comenzó el 10 de marzo de 2001, introdujo al país al fenómeno del reality, siendo el primero en América Latina en adoptar este formato originario de los Países Bajos. Con Soledad Silveyra como conductora y Mariano Peluffo en la coconducción, el programa reunió a catorce concursantes, entre ellos Tamara Paganini, Gastón Trezeguet, Natalia Fava, Santiago Almeyda y, por supuesto, Verónica Zanzul. El ganador de la edición, Marcelo Corazza, se llevó un premio de 200.000 pesos, en un contexto económico que pocos meses después se vería marcado por una grave crisis financiera en el país.
Desde su estreno, Gran Hermano generó un debate profundo sobre los límites de la exposición mediática y la privacidad de los participantes. La presencia constante de cámaras, que registraban cada momento de la convivencia, dio lugar a una nueva forma de entretenimiento, basada en observar la vida cotidiana de personas desconocidas. Este modelo de entretenimiento, innovador para su tiempo, consolidó un género que seguiría evolucionando con el paso de los años.