Pablo Echarri vuelve al teatro con Druk, una obra que aborda los riesgos de un insólito experimento con el alcohol

Junto a Osqui Guzmán, Carlos Portaluppi y Juan Gil Navarro interpretan a un grupo de profesores que enfrentan una riesgosa teoría. Teleshow conversó con parte del elenco y su director Javier Daulte

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El ensayo del elenco de la obra "Druk"

“El alcohol ha sido un catalizador de unión, de apertura de conciencia, de aflojar las corazas. Está presente desde los comienzos de la historia”, reflexiona Pablo Echarri, mientras conversa con Teleshow sobre Druk, la obra teatral que protagoniza junto a Osqui Guzmán, Juan Gil Navarro y Carlos Portaluppi.

Adaptada de la aclamada película danesa dirigida por Thomas Vinterberg, Druk (traducida en español como Otra Ronda) plantea una premisa provocadora: ¿puede el consumo controlado de alcohol mejorar la vida de las personas? La historia sigue a cuatro profesores de secundaria que deciden poner a prueba una teoría según la cual los seres humanos nacen con un déficit de 0,5% de alcohol en la sangre y que mantener ese nivel podría hacerlos más creativos, seguros y felices.

“El problema es cuando nos enamoramos del experimento y queremos ir más allá”, advierte Osqui Guzmán, señalando el punto de quiebre de la historia. Lo que comienza como un juego y una liberación, pronto se convierte en un desafío a los propios límites, con consecuencias inesperadas.

Pablo Echarri y el elenco
Pablo Echarri y el elenco de "Druk" desafían los límites emocionales en una adaptación teatral única realizada y dirigida Javier Daulte

“Fue un proceso hermoso de trabajo”, dice Echarri sobre el montaje de la obra, que se estrena con la intención de generar debate en el público. “No es una apología del alcoholismo, sino una exploración sobre sus efectos en la vida de las personas”, expresa el actor.

La historia detrás de <i>Druk</i>

En el escenario, Pablo Echarri, Osqui Guzmán, Juan Gil Navarro y Carlos Portaluppi interpretan a cuatro profesores de secundaria. “Son cuatro amigos, compañeros de trabajo, que están apagados, con dificultades para abrirse. Y en una de esas charlas, uno de ellos trae la teoría de un filósofo noruego que dice que para vivir mejor hay que compensar ese déficit bebiendo”, explica Echarri sobre el punto de partida de la obra.

Al principio, el experimento parece dar resultados positivos. “Martín, mi personaje, tiene problemas en el colegio. Sus alumnos tienen miedo de que los aplace porque está amargado, huraño. Cuando empieza a probar la teoría, todo parece mejorar”, cuenta Echarri, quien encarna a un docente rígido y frustrado que, bajo el influjo del alcohol, comienza a conectar mejor con sus estudiantes.

Pablo Echarri y Osqui Guzmán
Pablo Echarri y Osqui Guzmán con Teleshow (Gustavo Gavotti)

Sin embargo, lo que empieza como una experiencia controlada pronto se descontrola. “Si con 0,5% de alcohol en sangre te sentís más valiente, más lúcido, entonces la tentación es seguir subiendo. Pero cuando cruzás la línea, las consecuencias no son las mismas”, advierte Osqui Guzmán, marcando el giro dramático de la historia.

Este punto es clave para el mensaje de la obra: “No es una apología del alcoholismo”, reitera Echarri, consciente de que la propuesta puede generar controversia. “Lo que plantea el autor es: tomemos un poco para ver qué sucede, para ver si recuperamos la musicalidad en nuestras vidas. Pero cuando el alcohol deja de ser un catalizador y se convierte en una solución a los problemas, ahí es donde todo se desmorona”.

“El teatro tiene eso maravilloso: nos permite explorar los límites de la experiencia humana en vivo, cara a cara con el espectador”, concluye Guzmán.

El actor Osqui Guzmán conversando
El actor Osqui Guzmán conversando con Teleshow, alerta sobre los riesgos de ir más allá del experimento en "Druk"

La relación entre el alcohol y el arte

A lo largo de la historia, el alcohol ha estado ligado a la creatividad, la inspiración y la expresión artística. Desde los poetas malditos hasta los grandes escritores y pintores, su influencia ha sido innegable. Osqui Guzmán, reflexionando sobre este vínculo, lo describe con pasión: “El arte y el alcohol van de la mano por su hermandad sagrada, por la propuesta de abrirnos a algo más grande”.

Para Guzmán, su relación con el alcohol tuvo una transformación personal. “Hasta los 21 años no tomaba nada. Ni cerveza, ni vino, nada. Tenía familiares con problemas de alcoholismo y me negaba a esa experiencia”, confiesa. Pero todo cambió cuando un amigo lo convenció de probar un whisky de alta calidad. “No te puedo explicar el nivel de revelación que sentí esa noche. Me sentía un poeta, con una agudeza en la conversación que nunca había experimentado”, recuerda el actor a Teleshow.

Entrevista a Pablo Echarri y
Entrevista a Pablo Echarri y Osqui Guzman sobre la obra "Druk" que subió al escenario del Metropolitan

Esta percepción del alcohol como un medio para desbloquear la creatividad y la sensibilidad no es nueva. Grandes figuras como Edgar Allan Poe, Charles Bukowski y Ernest Hemingway hicieron de la bebida un compañero constante en su proceso creativo. “¿Si ellos bebían tanto, será que escribían mejor por eso?”, se pregunta Guzmán, planteando un dilema que atraviesa a muchos artistas.

Sin embargo, tanto Guzmán como Pablo Echarri coinciden en que el alcohol no puede ser una solución a los problemas personales. “El vino está presente desde el comienzo de la historia. Ha sido un catalizador de unión, de apertura de conciencia, de aflojar corazas”, sostiene Echarri, pero también advierte: “Si lo usás para resolver conflictos internos, ahí es donde se vuelve peligroso”.

Una escena de "Druk" donde
Una escena de "Druk" donde los personajes se arriesgan a probar un experimento

La obra Druk juega precisamente con esa línea difusa entre el disfrute y el exceso, entre el descubrimiento y la autodestrucción. “Los personajes se enamoran de su experimento. Primero prueban, ven que funciona y, como en las grandes tragedias, se dejan arrastrar por la pasión”, explica Guzmán.

En ese sentido, la propuesta teatral no solo abre el debate sobre el consumo de alcohol, sino también sobre sus usos y significados en la sociedad. “Tomarse un vino con un amigo es como un ritual, una comunión”, dice Guzmán, pero aclara que eso no es lo mismo que depender de él para sentirse bien.

La trama de "Druk" sigue
La trama de "Druk" sigue a cuatro profesores probando una teoría sobre el alcohol y la creatividad

Finalmente, Echarri concluye con una observación contundente: “El problema es cuando el alcohol pasa de ser una herramienta de disfrute a un escape constante. Ahí deja de ser arte y se convierte en algo destructivo” afirma a Teleshow.

El trabajo en equipo en el escenario

Para Pablo Echarri y Osqui Guzmán, formar parte del elenco de Druk ha sido una experiencia tan enriquecedora como desafiante. Junto a Juan Gil Navarro y Carlos Portaluppi, han dado vida a cuatro personajes complejos, atravesados por crisis personales y la tentación de llevar un experimento hasta sus últimas consecuencias.

“Fue un proceso hermoso de trabajo”, confiesa Echarri, destacando la química entre los actores. “Nos conocíamos de antes, pero nunca habíamos compartido escenario los cuatro juntos. Fue un placer descubrirnos en la dinámica del teatro”.

Más allá del talento individual de cada actor, el éxito de la obra depende de la conexión entre ellos. “Sabemos qué clase de intérpretes somos porque nos hemos visto en el cine, en la televisión, en el teatro. Pero compartir escena es otra cosa. Es como una danza donde todos tenemos que estar sincronizados”, explica Guzmán.

La adaptación de "Druk" plantea
La adaptación de "Druk" plantea preguntas sobre los límites entre liberación y exceso personal

El encargado de lograr esa cohesión fue el director Javier Daulte, quien también estuvo a cargo de la adaptación del guion. “Él es un constructor metódico. No solo arma la puesta en escena, sino que nos da herramientas a cada uno como actores para que encontremos los puntos más importantes de la historia”, cuenta Echarri.

Además del desafío interpretativo, la obra exigió un profundo entendimiento del tono y el ritmo narrativo. “La historia transcurre en un juego constante, con humor y ligereza, hasta que de golpe aparece el drama. Ahí el aire se corta y el peso de la historia cae sobre nosotros y sobre el público”, describe Pablo a Teleshow.

"Druk" busca generar conversaciones profundas
"Druk" busca generar conversaciones profundas mientras entretiene al público con una propuesta provocadora

Ese equilibrio entre comedia y tragedia es clave para el impacto emocional de la obra. “Nos divertimos muchísimo arriba del escenario. Pero cuando llega el momento del quiebre, el silencio lo dice todo. Es la maravilla del teatro en su máxima expresión”, agrega Guzmán.

Más allá del montaje y la dirección, lo que destaca el elenco es la calidad humana del equipo. “Sabía que me iba a encontrar con tres grandes talentos, pero también con tres grandes personas. Eso hace que todo el proceso sea aún más especial”, concluye Echarri.

El impacto y la recepción del público

Desde su estreno en cine, Druk generó un intenso debate sobre los límites entre el consumo recreativo de alcohol y la dependencia. La versión teatral no es la excepción. “Cuando la película se estrenó, hubo quienes la vieron como una apología del alcoholismo. Pero si fuera así, la historia terminaría bien para los personajes. Y no es el caso”, advierte Osqui Guzmán, subrayando que la obra pone en evidencia las consecuencias de cruzar ciertos límites.

Para Pablo Echarri, la puesta en escena tiene la capacidad de interpelar al público de una manera única. “El teatro nos obliga a estar cara a cara con el espectador. No hay pantalla de por medio, no hay edición. La reacción de la gente es inmediata y eso lo vuelve un ejercicio de reflexión colectivo”, sostiene.

Osqui Guzmán destaca los desafíos
Osqui Guzmán destaca los desafíos de interpretar personajes complejos en la obra "Druk"

Uno de los aspectos más atractivos de la obra es su capacidad para generar identificación. “Todos, en algún momento, hemos sentido que nos falta algo, que nos cuesta conectar con la gente o con nuestras emociones. Y el alcohol, en muchas ocasiones, aparece como un atajo”, reflexiona Echarri.

Sin embargo, la obra deja claro que ese atajo no es una solución. “Los personajes descubren que, al principio, el alcohol los ayuda a soltarse, a ser más valientes. Pero cuando quieren más, cuando cruzan la línea, todo empieza a derrumbarse”, explica Guzmán.

La obra de teatro "Druk"
La obra de teatro "Druk" combina interpretación, conexión emocional y experimentación actoral en cada escena

El proceso de adaptación de la obra fue meticuloso y contó con la supervisión de los creadores originales. Javier Daulte hizo una versión muy personal y libre del guion, pero siempre respetando la esencia de la historia. Enviamos la adaptación a la oficina de Thomas Vinterberg, quien dio su aprobación”, detalla Echarri.

Con una propuesta tan potente y provocadora, el elenco espera que Druk no solo entretenga, sino que también genere conversaciones. “El teatro tiene la capacidad de hacernos reír y, al mismo tiempo, dejarnos pensando. Y esta obra logra justamente eso”, concluye Guzmán.

La adaptación de<i> Druk</i> al lenguaje teatral

Javier Daulte explica a Teleshow que La adaptación teatral de Druk es otro espectáculo, pero conserva su espíritu” El director y dramaturgo argentino se enfrentó al desafío de trasladar al teatro una historia que, en su versión cinematográfica, recorría múltiples locaciones y situaciones, algo que en escena debía resolverse con un enfoque completamente distinto.“No es que concentramos todo en una sala de profesores, sino que el espacio va mutando, recorriendo distintos lugares. La obra no intenta copiar a la película, sino que se convierte en otra cosa”, explica el director.

Javier Daulte, director de "Druk"
Javier Daulte, director de "Druk"

Para el director, una de las claves de esta adaptación fue encontrar el equilibrio entre la picardía inicial de la historia y la profundidad emocional de sus personajes. “Empieza con esta teoría un poco disparatada, pero después los personajes van enfrentándose a sus propios demonios. Es una obra sobre la crisis de los 50, sobre el intento de recuperar algo que creen haber perdido”, señala.

"Druk" obra dirigida por Javier
"Druk" obra dirigida por Javier Daulte

La primera idea fue reducir el número de personajes y convertir al público en parte activa de la obra, como si fueran los alumnos de los profesores protagonistas. Sin embargo, esa versión inicial fue evolucionando hasta encontrar su propia identidad. “La adaptación no se limita a concentrar a los cuatro profesores en una sala de profesores o algo por el estilo”, explica Javier Daulte. “La puesta en escena muta constantemente, nos movemos por distintos espacios, y eso le da un ritmo muy distinto a lo que suele ser una obra de teatro convencional”.

El espíritu de la historia sin intentar replicar la película de manera literal. “Es otro espectáculo. Hay muchas diferencias, pero la esencia sigue ahí. Conserva ese tono que empieza con una picardía, con esta supuesta teoría del déficit de alcohol en sangre, pero después los personajes se sumergen en sus propios tormentos, enfrentándose a sus demonios”, relata a Teleshow.“El teatro tiene sus propias reglas y su propia magia”, reflexiona el dramaturgo Daulte. “No se trata de imitar lo que el cine puede hacer, sino de encontrar la manera teatral de contar la misma historia con otros recursos”.

La teoría del déficit de alcohol y la crisis de los 50

“La obra empieza en un tono casi lúdico, como un experimento: qué pasaría si uno pudiera mejorar su vida manteniendo siempre un nivel de alcohol en sangre. Pero después, esos personajes empiezan a enfrentarse a sus propios demonios. Se sumergen en sus propios tormentos”, explica Daulte. Esos cuatro profesores que en un principio buscan recuperar la chispa de sus vidas, terminan transitando un camino que los confronta con sus propias crisis personales.

"Druk" con Carlos Portaluppi y
"Druk" con Carlos Portaluppi y elenco

El director enfatiza que el montaje teatral de Druk pone el foco en el momento vital de estos hombres: “Comparten una franja etaria importante, porque estamos hablando de la crisis de los 50”. Para Daulte, esa etapa de la vida ofrece una complejidad única. “Es ese momento en que uno empieza a preguntarse qué quedó atrás y qué queda por delante. Los personajes buscan recuperar algo que sienten perdido, pero el camino que eligen es peligroso, porque lo que está en juego es mucho más profundo de lo que parece al principio”.

Juan Gil Navarro en la
Juan Gil Navarro en la obra "Druk"

Desde la dirección, Daulte trabajó en subrayar esa transición que va del entusiasmo inicial al derrumbe emocional. La obra plantea un recorrido emocional de ida y vuelta, donde los protagonistas exploran sus límites y se enfrentan a las consecuencias. “Es una historia sobre la amistad, sobre los vínculos, pero también sobre cómo cada uno enfrenta su propio vacío”, resume.

La elección del elenco: cuatro tonos distintos

Desde el principio, Javier Daulte supo que la elección del elenco sería fundamental para que la obra tuviera el impacto emocional necesario. “Nos importaba mucho que fueran actores muy distintos entre sí, que cada uno aportara una tonalidad particular. Creo que eso es lo que logramos”, asegura. Aunque los personajes comparten una franja etaria y atraviesan una crisis similar, cada uno lo hace desde un lugar único, y esa diversidad debía reflejarse en los intérpretes.

Pablo Echarri, el actor se
Pablo Echarri, el actor se presenta junto a sus compañeros en "DruK"

El primero en sumarse al proyecto fue Pablo Echarri, cuyo entusiasmo inicial impulsó el resto del proceso. “Pablo fue la primera persona en mostrar interés por la obra, y a partir de ahí empezamos a pensar en el resto del elenco”, recuerda Daulte. Luego llegó Carlos Portaluppi, y finalmente se incorporaron Juan Gil Navarro y Osmar Núñez, completando un cuarteto con personalidades y estilos bien marcados.

Obra "Druk", Osqui Guzmán y
Obra "Druk", Osqui Guzmán y elenco se presentan el teatro Metropolitan

El proceso de selección fue largo y minucioso. “Fue un trabajo de sentarse, pensar, analizar qué combinación de actores podía funcionar mejor. Nos interesaba que hubiera un contraste entre ellos, que no fueran cuatro versiones de lo mismo, sino que cada uno trajera algo diferente a la mesa”, explica el director.

La construcción del vínculo entre los actores

Más allá del talento individual de cada integrante del elenco, Javier Daulte sabía que uno de los mayores desafíos de la puesta en escena de Druk sería construir una relación de fraternidad creíble entre los cuatro protagonistas. En la historia, los personajes han compartido años de amistad, experiencias y frustraciones, pero en la realidad, los actores no tenían un vínculo previo tan estrecho. “Entre ellos se conocían, pero no es que eran amigos de toda la vida. Algunos habían coincidido trabajando, otros apenas se habían cruzado en un hall de teatro”, cuenta Daulte.

La clave estuvo en el proceso de ensayos, “una parte importante del trabajo fue crear ese lazo desde la nada. Teníamos que encontrar la manera de que esa química surgiera naturalmente, que el público realmente creyera que estos personajes han estado juntos durante décadas” explica el director.

Elenco de Druk y su
Elenco de Druk y su director Javier Daulte, Teatro Metropolitan

“No todos los actores llegan al resultado por el mismo camino ni en el mismo tiempo. Parte del desafío era respetar esos procesos individuales y, al mismo tiempo, lograr que la armonía del grupo nunca se rompiera”, reflexiona. Con el correr de los ensayos, el equipo fue encontrando su equilibrio, hasta que la conexión entre los actores trascendió el escenario. “Se dio una armonía impresionante. Es un placer ir cada noche al teatro o haber estado cada tarde en los ensayos. Cuando eso sucede, cuando el trabajo se convierte en disfrute, se nota en el escenario”.