Delfina de Gran Hermano: “Mi novio era futbolista, tuvo la posibilidad de ir a Europa y dijo que no por mí”

En una charla a fondo, la más joven de la actual edición del reality habla de sus sueños, de su relación amorosa, de sus problemas con la comida y su toc con el número 3

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“La edad es un número”, dice Delfina de Lellis, quien a sus 19 años está viviendo una etapa llena de oportunidades, tras haber sido una de las participantes más jóvenes de Gran Hermano. Después de salir en su primera participación y regresar al reality, Delfina reflexiona sobre su carrera, sus relaciones y la importancia de no dejarse afectar por los estereotipos.

¿Crees que la edad es un peso para vos?

— No. O sea, muchas veces, cuando hablo, se sorprenden de la madurez que tengo. Me lo dicen un montón. “Qué bien que hablas con 18 años.” Nada, creo que es importante saber dónde estás parado, tener objetivos y nada. La edad es un número.

¿A veces pensaste en estudiar algo?

— Sí. Había empezado el curso de azafata y lo dejé. Me gusta mucho lo que es diseño. Pero bueno, ahora estoy más concentrada en esto, que creo que en este momento es más importante y ocupa mucho tiempo en mi vida. Y cuando termine, voy a empezar a estudiar. Tengo tiempo igual.

¿Por qué dejaste el curso de azafata?

— Porque tenía que viajar mucho, estar siempre en el trabajo, y yo soy muy familiera. Bueno, ahora con mi novio vamos a construir nuestra vida, entonces sentía que no me iba a gustar. No era para mí.

¿Se van a vivir juntos?

— Todavía no, pero es un plan a dos años, ponele. Ojalá.

¿Qué dice tu familia de todo esto?

— Lo reciben bien. Saben que es una persona respetuosa, que me respeta a mí y que me ama bien. Así que re contentos.

¿Cómo se conocieron?

— Él entrenaba en el mismo club que mi hermano, hace un montón, en 2019. Después, se puso de novio y yo también, y hace poco empezamos a salir.

¿Hace cuánto están de novios?

— Poquito, tres meses.

Delfina De Lellis en el
Delfina De Lellis en el estudio de Infobae (Candela Teicheira)

¿Y están contentos?

— Sí, aparte me acompaña a todos lados. Hoy me iba a traer, en realidad, pero no pudo porque trabajaba.

¿De qué trabaja?

— De sacabollos.

¿Qué es eso?

— Saca los bollos de los autos. No sé muy bien, pero eso es lo que entiendo.

¿Y cómo se complementan la modelo y el sacabollos?

— En realidad, él era futbolista. Se le presentó la oportunidad de ir a Europa, y dijo que no por mí. Yo me enteré después, y lo quería matar. O sea, es la oportunidad de ir a Europa a ser futbolista, ¡y dijo que no por mí!

¿Cómo te enteraste?

— Estábamos acostados y me dijo: “Te tengo que decir algo.” Yo pensé, “Listo, me engañó. Lo tengo que dejar.” Y me dijo que había dicho que no porque iba a ir por tres años, y el sueldo no era tan bueno.

En su charla con Teleshow,
En su charla con Teleshow, Delfina habló de todo (Candela Teicheira)

¿Y cómo te sentiste?

— Lo quería matar. Le dije: “Es tu sueño.” Y me respondió: “Ya está, dije que no.” Fue su elección también. Lo entendí, aunque no quería que en algún momento me dijera que no fue a Europa por mí. Sinceramente, me pareció mejor que se quede aquí conmigo, pero también era su sueño. Si se iba, lo iba a apoyar. Aunque una relación a distancia es difícil, sobre todo si está tan apegado a su familia.

¿La relación hubiera continuado?

— No lo sé. Un mes sin verlo me pareció raro, no sé cómo habría sido más tiempo.

¿Qué te dijo cuando le contaste que ibas a entrar en Gran Hermano?

— Me re apoyó, me decía que esto era importante. Si me decía que no, lo iba a dejar. Pero me apoyó. Me acompañaba siempre, me llevaba a los castings. Y si no se daba, me decía que iba a seguir mi camino como modelo.

¿Tuviste relaciones que no fueran tan saludables?

— Sí, tuve una. Duró seis meses, pero lo dejé porque era muy tóxico, manipulador. No hubo violencia física, pero sí mucha violencia psicológica. Yo no lo entendía al principio, pero al final me di cuenta.

¿Qué viste como señales de alarma?

— Era muy celoso, todo lo teníamos que hacer juntos. Con mi novio actual también hacemos cosas juntos, pero tenemos nuestras actividades separadas. Con él, todo el tiempo era estar juntos, a veces me pedía la ubicación a cada rato, y cuando se enojaba, le pegaba a la pared.

La más joven de la
La más joven de la edición 2025 de Gran Hermano habló de una relación tóxica que pudo abandonar (Candela Teicheira)

¿Cómo manejabas esos momentos?

— En su momento, la ubicación no me molestaba tanto, pero cuando empezaba a gritar o golpear cosas, le decía que se calmara. Pero no era algo normal. Cuando vi que la situación se repetía, lo dejé.

¿Recibiste apoyo de tu entorno en esa relación?

— Sí, mi familia me ayudó mucho. Incluso mi padrino, que nunca se mete en mis relaciones, me dio un empujón. Todos me dijeron que no estaba bien.

¿Cómo te afectó esa relación en tu bienestar?

— Fue un impacto mental, me bajoneaba mucho. De hecho, yo había tenido problemas con la comida desde los 12 años, y esa relación empeoró todo. Volví a caer en esos patrones, y tuve que superarlo de nuevo.

¿Cómo fue tu relación con la comida?

— Desde los 12 hasta los 16 tuve problemas. No comía, dejaba de comer hasta una comida al día. Con el tiempo, el estómago se cerró, y dejé de tener hambre. A los 16 ya estuve mejor, pero la relación me hizo empeorar.

¿Tuviste otros problemas de salud mental durante ese tiempo?

— Sí, empecé a tener tocs y ataques de ansiedad. A los 14 tuve mi primer ataque de ansiedad fuerte. Me costaba mucho respirar, y se me dispararon los tocs. Fue algo muy raro para mí. Empecé de a poco, no sé, la radio la ponía a todo el volumen, todo en múltiplos de tres. Las contraseñas, todas múltiplos de tres. Y así empecé progresivamente. Separaba la comida. Si comía ensalada todo por separado, milanesa en un plato, puré en un plato, ensalada en otro plato y comía primero toda la ensalada, todo el puré, toda la milanesa, así. La ropa toda por color, toda doblada. No me podía dormir con las ventanas abiertas y con el placar abierto, ni con ninguna puerta abierta. Detalles que fueron progresivos y en la pandemia estalló todo peor.

¿Cómo saliste de esos problemas?

— Fue gracias a la terapia. Empecé a los 15 años, y aunque la pandemia me afectó mucho, con el apoyo de mi familia y amigos, pude superarlo.

¿Cómo era tu relación con los amigos?

— Siempre tuve más amigos varones que mujeres. Mi experiencia con algunas amigas no fue tan buena, pero después conocí a un nuevo grupo de amigas que me apoyaron mucho.

Desde los 15 años, Delfina
Desde los 15 años, Delfina hace terapia para superar sus tocs y sus problemas de alimentación (Candela Teicheira)

¿Y cómo fue tu relación con Gran Hermano?

— Siempre quise entrar. Mi hermano me motivó a anotarme. Yo ni sabía cómo era el proceso, pero decidí intentarlo, y al final, ¡acá estoy!

¿Cómo se siente tu hermano al verte tan conocida?

— Es raro para él. Creo que no lo toma como algo tan especial, aunque sí se da cuenta cuando me reconocen. Lo importante es que siempre ha estado conmigo apoyándome.

¿Qué dijeron tus papás cuando entraste al reality?

— Estaban re contentos. Para ellos es increíble que a los 18 años esté cumpliendo mis sueños. Siempre me apoyaron en todo, y ver cómo soy feliz, eso es lo que más les importa.

¿Tenías miedo del hate que podrías recibir?

— Sí, al principio, cuando salí la primera vez, recibí mucho hate. Pero aprendí a tomármelo con humor. Aunque al principio me afectó, ahora trato de no darle tanta importancia.

¿Qué tipo de comentarios recibías?

— Comentarios fuertes, como “matate”. Pero yo no me voy a poner mal por lo que alguien escriba desde su casa.

Dijiste que querías eliminar un estereotipo sobre las modelos, ¿cuál es ese estereotipo?

— Que piensan que las modelos no son inteligentes, que no leen o no se preocupan por sus estudios. Yo soy muy estudiosa, me encanta leer, y muchas veces me sorprendían con eso. No tiene nada que ver ser modelo con ser vaga.

¿De dónde crees que nace ese estereotipo?

— Creo que es algo social. La gente sigue con esos prejuicios. Al final, te van a criticar igual, no importa cómo seas. Lo importante es que no te dejes llevar por las primeras impresiones.