Anoche, Luis Beto Brandoni y Soledad Silveyra recibieron el prestigioso Premio Protagonistas, un galardón entregado por la Fundación y el Centro Rossi. Este premio tiene como objetivo reconocer a las grandes figuras de Argentina que, a través de sus disciplinas, han sido un ejemplo de vida para todos los argentinos. Tanto Brandoni como Silveyra han dejado una huella indeleble en la cultura y el arte del país, convirtiéndose en íconos no solo de la televisión y el cine, sino también del teatro, lo que hizo de este homenaje un momento emotivo y significativo. La entrega de este galardón refleja el aprecio y el cariño de la sociedad hacia estos artistas, quienes han dedicado sus vidas a la interpretación y a emocionar al público con su trabajo.
La ceremonia, conducida por la periodista Silvina Chediek, tuvo lugar en el Teatro Metropolitan, un escenario emblemático que fue testigo de un homenaje cargado de emoción. A lo largo de la velada, se hizo un repaso por la vida y carrera de ambos artistas, destacando sus primeros pasos en la actuación y su consagrada trayectoria en los años posteriores. La ceremonia no solo celebró su legado artístico, sino también el profundo respeto que generan en el público y en sus compañeros de profesión. En este evento, familiares y amigos subieron al escenario para recordar momentos compartidos y contar anécdotas personales de estos dos grandes artistas, creando un ambiente de calidez y fraternidad que llenó el teatro de emociones.
Una de las intervenciones más emotivas fue la de Ana María Picchio, quien recordó momentos de los primeros días de Soledad Silveyra en el mundo de la actuación. Picchio evocó con cariño cómo vivía en su casa, y la predilección que su madre tenía por su amiga, anécdotas que marcaron el inicio de una amistad y una carrera en conjunto. Además, la actriz rememoró un episodio curioso en los comienzos de su carrera, cuando Cecilio Madanes, después de un mes de ensayo, les hizo un inesperado ajuste. La ceremonia continuó con un emotivo video de Claudio García Satur, con quien coprotagonizó la inolvidable Rolando Rivas, taxista, quien rememoró una de las escenas, donde él le decía a Silveyra: “Hace 52 años, no fui porque tengo miedo de volverme a enamorar de vos”. Esta frase hizo reír a Solita, quien destacó la genialidad de Alberto Migré al escribir un teleteatro que también tenía interés para los hombres, lo que resultó ser una novedad en ese formato.
En la pantalla se la pudo ver a Solita actuando junto a Sandro, Imanol Arias, Palito Ortega, Luis Sandrini, Tita Merello, Miguel Angel Sola, Arnaldo Andre, Osvaldo Laport. Y a Brandoni en la famosa escena de las empanadas de Esperando la carroza, y con Oscar Marinez, Hugo Arana, Norma Pons, Guillermo Francella, Graciela Borges, Robert de Niro y el director Alejandro Doria.
La ceremonia también contó con intervenciones de grandes personalidades del mundo del cine y el teatro. Oscar Martínez destacó su amistad con Brandoni, mencionando que había trabajado junto a él por más de 50 años, y añadió: “Me sumo a este tributo para expresar mi afecto y mi admiración a dos actores que jamás perdieron la dignidad”. Eduardo Blanco, por su parte, recordó con emoción la obra que realizó junto a Beto Brandoni durante 14 años en Parque Lezama, donde vivieron momentos intensos y entrañables. Blanco también evocó un momento clave en su carrera, cuando Rivera López y Brandoni le entregaron su carnet de actor en una ceremonia en la Asociación Argentina de Actores. En cuanto a los elogios hacia Silveyra y Brandoni, Carlos Rottemberg destacó que ambos actores “llevan el teatro por vía endovenosa”, refiriéndose a su dedicación absoluta al arte teatral, y agregó que son una “raza que no tiene recambio”, representando una época y un modo de llegar a los hogares argentinos.
Durante la ceremonia, los nietos de Soledad Silveyra compartieron emotivas palabras. En un momento cargado de ternura, los pequeños revelaron que todos en la familia la llaman “Tatita”. La periodista Silvina Chediek aprovechó la oportunidad para preguntar a Silveyra cómo había cambiado su vida al convertirse en abuela. Con una sonrisa, la actriz respondió: “Ser abuela me hizo otra mujer, me olvidé de los hombres, fue un cambio radical en mi vida”. Esta reflexión conmocionó al público, que pudo ver un lado más personal y cercano de una figura tan venerada. La revelación sobre el amor y la dedicación que sentía por sus nietos tocó el corazón de todos los presentes, mostrando una faceta diferente de la actriz, quien con su naturalidad y cariño dejó claro que ser abuela la había transformado profundamente.
El ambiente en el teatro estaba colmado de admiradores, amigos y familiares que llenaron el espacio con un cariño palpable hacia los homenajeados. Cada uno de los recuerdos, videos y anécdotas emocionó tanto a los artistas como al público, creando una atmósfera única. Los aplausos resonaron con fuerza durante toda la noche, rindiendo homenaje a dos de los artistas más queridos y admirados de Argentina. Fue una noche para celebrar la vida, la trayectoria y el legado de Brandoni y Silveyra, quienes no solo se han ganado el reconocimiento profesional, sino también el afecto del público. Este homenaje fue un reflejo de la gratitud que sienten los argentinos por estos íconos de la cultura nacional, que han marcado y seguirán marcando la escena con su talento y humanidad.
La ceremonia culminó con una ovación de pie, un reconocimiento absoluto a dos figuras que han dedicado sus vidas al arte y que, a través de sus carreras, siguen siendo un faro de inspiración para futuras generaciones. Una noche inolvidable que quedará en la memoria de todos los presentes como un tributo al teatro, al cine y a la televisión de Argentina.
