El lunes por la madrugada, Alfredo Casero fue sometido a una cirugía de reemplazo de cadera de urgencia en la Clínica San Camilo, ubicada entre los barrios porteños de Caballito y Villa Crespo. La noticia sacudió al mundo del espectáculo y despertó gran preocupación cuando comenzaron a circular versiones sobre el delicado estado de salud del actor. En medio del hermetismo y el dolor, sus hijas, Guillermina y Minerva, decidieron romper el silencio con mensajes en redes sociales que llevaron algo de calma a quienes siguen de cerca su evolución.

“Amigos, no estoy respondiendo nada porque estoy ocupada, pero agradezco infinitamente todo el amor y apoyo que nos mandan. Ya saldremos de esta como hemos salido de otras. Besos, los quiero”, escribió Guillermina en su cuenta de Instagram, dejando en claro que la situación familiar es compleja, pero que mantienen la esperanza entre sus seguidores.

Por su parte, Minerva también utilizó sus redes para dirigirse a quienes se preocuparon por su padre: “Hola a todos. Gracias a todos los periodistas por su preocupación y a toda la gente que me escribe preguntándome por mi papá. Él está bien y estamos todos bien. No puedo contestarles uno a uno los mensajes porque estoy priorizando estar con mi familia. Gracias por comprender”, publicó en sus historias junto a un emoji de corazón.

Según pudo saber Teleshow, Alfredo arrastraba un intenso dolor en la cadera desde hacía tiempo. En los últimos meses, la situación se había agravado al punto de comprometer una de sus piernas, lo que lo obligaba a movilizarse en silla de ruedas tras sus funciones teatrales. Pese a las dificultades físicas, continuaba con su actividad profesional, aunque debía recurrir a inyecciones de calmantes para soportar las largas jornadas de trabajo. Finalmente, el deterioro avanzó y derivó en una cirugía impostergable.

La intervención quirúrgica se realizó a las 8:45 de la mañana del lunes, luego de su ingreso a la clínica en la madrugada. Casero llegó acompañado por Minerva, quien se encargó de realizar los trámites administrativos en la recepción. En las imágenes exclusivas a las que accedió este medio, se lo ve de pie, apoyado en el mostrador, vistiendo una campera azul con el logo de la NASA, un short verde y mocasines celestes. Otra fotografía lo muestra en la sala de espera, con gesto serio y la mirada baja, mientras aguarda el momento de ser llevado a su habitación. En el fondo, otros pacientes de la clínica completan una escena cargada de tensión y silencio.

No es la primera vez que Casero enfrenta complicaciones de este tipo. En enero pasado, había sido internado en la Clínica Zabala, en la zona porteña de Belgrano, por los fuertes dolores que lo aquejaban. En esa oportunidad, según reveló Fernanda Iglesias en Puro Show (El Trece), el actor se sometió a estudios y tratamientos de infiltración con el objetivo de prolongar su actividad artística sin necesidad de una cirugía. Pero el cuadro se agravó y en esta ocasión fue necesario avanzar con el reemplazo total de cadera.

La salud de Alfredo había generado preocupación en los últimos tiempos. Según pudo saber este medio, después de cada función teatral necesitaba asistencia para movilizarse, como también de medicamentos para lidiar con el dolor. Aun así, se mostró decidido a seguir adelante con su trabajo, priorizando el compromiso con el público.

Hoy, tras la operación, el círculo íntimo del actor mantiene un estricto hermetismo, mientras Guillermina y Minerva agradecen el cariño recibido. Y, en paralelo, las hijas de Casero priorizan la intimidad familiar, acompañando de cerca a su padre, que se encuentra en pleno proceso de recuperación tras la cirugía.