En medio de un presente convulsionado para la familia Maradona, con el juicio por la muerte de Diego todavía marcando el pulso de sus días, la celebración del cumpleaños de Roma, la hija de Dalma, irrumpió como un oasis de felicidad. Seis años cumplió la pequeña, seis años de un amor que su madre no oculta ni economiza en palabras. Y, como no podía ser de otra manera, la encargada de que todo saliera a la perfección fue Claudia Villafañe.
Fanática de Lilo & Stitch, Roma vivió un festejo soñado, donde cada detalle fue milimétricamente planeado. Un exclusivo salón fue testigo de la magia de los tonos lila, rosa y celeste que ambientaron la fiesta. Hubo una imponente torta inspirada en los personajes animados y un equipo de profesionales que trabajó con precisión para que nada fallara.
Pero la emoción más profunda se materializó en los posteos de la madre de la cumpleañera, quien compartió imágenes y sentimientos en sus redes. “¿En qué momento la bebé con personalidad arrolladora que va encantando a los que se le cruzan en el camino cumple 6 años?”, escribió con el asombro de una madre que ve a su hija crecer demasiado rápido. Y continuó con una confesión llena de ternura: “Desde que me enteré que ibas a llegar a este mundo, imaginaba tu carita, tu personalidad... pero déjame decirte que lo que sos superó cualquier sueño que alguna vez pude tener”.
La descripción de Roma es la de una niña que desborda carisma y determinación. “Está a la vista que sos hermosa, pero los que tienen el privilegio de compartir con vos saben que eso no es nada al lado de tu forma de ser”, afirmó su madre. Entre risas y anécdotas, destacó el humor de su hija, además de su sensibilidad única y su manera de abrazar en silencio: “¿Cómo te explico que importante es para mí que me hagas reír a carcajadas y que rápidamente hayas entrado en mi ranking de personas más graciosas de mundo? Ojalá nunca pierdas ese humor y ese manejo de la ironía Espectacular que te caracteriza".

Pero hubo un instante que caló hondo en el corazón de Dalma: la imagen de Roma con tatuajes temporales en homenaje a su abuelo. En su piel infantil aparecían el número 10, la palabra Diego, y la figura del astro con la pelota dominada en blanco y negro.
“Siempre tan conectada. Siempre teniéndolo tan presente. Forma parte de tus días y de los cuentos que te cuento. Mientras escribo lloro porque no puedo creer que se hayan disfrutado apenas y me reconforta saber que ese apenas a ella le basta para recordarte a cada rato!”, reveló la actriz.

Roma llegó a conocer a su abuelo y lo siente presente en cada historia relatada de su madre, en cada foto, en cada mural, en cada luna. “¡Qué bronca que no puedas verla bailar y derretirte por ella como estoy segura que lo harías!“, escribió Dalma con la nostalgia de quien sabe que el tiempo y la ausencia pesan.
El amor se transmite, se hereda. “Ella te tira besos en cada foto o mural tuyo que ve, y también cuando sale la luna”, relató su madre, quien no pudo evitar imaginar cómo habría sido la relación entre su hija y su padre.
La celebración, además de ser un homenaje a la vida, fue un recordatorio de la esencia de los Maradona: amor incondicional, memoria imborrable y una conexión que trasciende generaciones. En cada risa de Roma, en cada canción que baila, en cada beso lanzado al cielo, Diego Maradona sigue estando. Y en la familia, nadie deja de ser su fan.