
Este jueves, Rubén Torrente, expareja de Araceli González y padre de Florencia Torrente, falleció dejando un profundo dolor entre sus seres queridos. Ante la situación, su hija expresó su conmoción en redes sociales con un emotivo mensaje, reflejando la tristeza de la pérdida. En esa misma línea, la ex Guapas, quien compartió una historia de amor con el empresario y una vida en común antes de su separación, también manifestó su pesar.
Rubén Torrente fue el primer gran amor de Araceli González. La historia de la pareja comenzó cuando ella aún era modelo y tenía solo 19 años. En agosto de 1988, decidieron casarse y, tres años después, en 1991, nació su única hija en común, Florencia Torrente.
La relación entre Araceli y Rubén surgió en Ramos Mejía, su ciudad natal. Se conocieron poco después de que ella terminara la escuela secundaria y rápidamente construyeron una historia de amor que los llevó al matrimonio. En aquellos años, Araceli daba sus primeros pasos en el modelaje y, con el tiempo, comenzó a recibir propuestas para televisión.

Con la llegada de Florencia, la pareja atravesó cambios importantes. El nacimiento de su hija coincidió con el crecimiento profesional de Araceli, quien empezó a recibir más oportunidades laborales. Este nuevo escenario influyó en la relación y marcó el inicio de una etapa de transformación en sus vidas.
La creciente carrera de Araceli, sumada a las exigencias del medio artístico, generó una distancia entre ambos. Con solo 22 años, la modelo y actriz tomó la decisión de separarse y comenzar a construir su independencia. Con esfuerzo, logró comprar su primer departamento en Ramos Mejía y dar un giro a su vida.

“Sólo teníamos un colchón, un pez negro con ojos de huevo y una ventanita chiquita por la que entraba un aire nuevo que llegó hasta mis ovarios. Entonces dije: ‘¡Era esto lo que pedía mi alma!´”, relata. “Ahí, en ese preciso momento, volví a construir mi vida... ¡Y tomé mate como nunca antes! Pero cerca del nido. De mamá, del tío Puchi”, comentó en diálogo con Infobae.
A pesar de la ruptura, Rubén Torrente siempre se mantuvo presente en la vida de su hija. Araceli y él sostuvieron una relación de respeto y cordialidad, dejando de lado diferencias personales por el bienestar de Florencia. A lo largo de los años, se los vio juntos en distintos momentos, demostrando que la familia seguía siendo una prioridad.

La separación significó un punto de inflexión en su vida. A pesar de recibir propuestas laborales en España, donde tenía compromisos en Madrid y Barcelona, y de haber iniciado una expansión profesional en Tokio, decidió priorizar su estabilidad personal y quedarse en Argentina. Este tipo de elecciones reflejaron su deseo de mantenerse cerca de su hija y de su entorno familiar.
La noticia del fallecimiento de Rubén Torrente generó un profundo impacto en su entorno cercano. Araceli González compartió un emotivo mensaje dirigido a su hija, expresando su apoyo incondicional en este difícil momento. “Hija hermosa, te abrazo esa almita bella. Leerte me destroza. Pero sos una leona en todos los órdenes”, escribió, transmitiendo su profundo pesar.

En su publicación, recordó la importancia de Rubén en la vida de Florencia y destacó el amor inquebrantable que siempre los unió como padres. “Ambos te amamos desde el día uno. Él quería mujer. Y así fue. Te ama porque seguirá cuidándote de cerca, eso lo sabes”, expresó con palabras cargadas de sentimiento.
Más allá del dolor, Araceli reafirmó la conexión que siempre mantuvieron como familia, incluso después de la separación. “Siempre a pesar de todo estuvimos a tu lado. Eras nuestra prioridad. Vos sos amada”, enfatizó, resaltando la importancia de Florencia en sus vidas.
En su despedida, dejó en claro el orgullo que sentían por su hija y cómo, pese a la ausencia física de Rubén, su presencia seguirá siendo parte de su vida. “Tus dolores eran de los tres. Y tus triunfos también. Así será hasta el infinito y más allá”, concluyó, conmoviendo a sus seguidores.