Desde el corazón de Tokio, entre el bullicio de la ciudad y la solemnidad de sus templos milenarios, Nicolás Cabré atraviesa un viaje que es mucho más que una simple competencia deportiva. Acompañado por su hija Rufina, fruto de su relación con la China Suárez, y su pareja Rocío Pardo, el actor se sumerge en la intensidad de la capital japonesa mientras se prepara para enfrentar uno de los mayores desafíos de su vida: la Maratón de Tokio.
Cada paso, cada kilómetro recorrido, es capturado y compartido en redes sociales, donde el actor y productor muestra su faceta más íntima: la de un padre dedicado, un corredor apasionado y un hombre profundamente enamorado. En un video reciente, un instante resume todo: en la previa de la carrera, su hija lo abraza con fuerza, en un gesto cargado de emoción y energía.
La Maratón de Tokio no es una carrera cualquiera. Con 38.000 corredores en sus calles, forma parte del prestigioso circuito de las Seis Majors, junto con las maratones de Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York. Un reto para cualquier atleta, un sueño para los amantes del running. Cabré, que ya participó en diversas competencias de alto nivel, encaró la prueba con la misma disciplina que demostró en cada desafío personal y profesional.
De hecho, el día de la carrera, las imágenes hablaron por sí solas. En plena competencia, mientras avanzaba entre la multitud de corredores, Cabré divisó a Rufina en la multitud. Se desvió, se acercó, la abrazó y le dio un beso. Y cuando volvió a retomar el camino, la voz de su hija resonó por las calles de Tokio: “¡Dale, papá!”. Un grito de aliento, un lazo que trasciende la distancia y el esfuerzo. Un instante que, ahora compartido, dejó a sus seguidores impactados por ese momento de amor.
Cada uno de estos registros fueron obra de Rocío Pardo, quien no solo lo acompaña en esta travesía sino que se convirtió en testigo y cómplice de su vida.
Pero este viaje no solo se trata de correr. En medio del desafío deportivo, también hay espacio para la celebración. Rocío Pardo cumplió años, y Cabré, con el romanticismo que lo caracteriza, le dedicó un mensaje que desborda amor.
“Voy a ser breve, ya que podría escribirte millones de cosas… esas cosas hermosas que solo vos me hacés sentir”, comienza escribiendo el actor en sus redes. Junto al texto, un carrusel de imágenes muestra la felicidad del momento: Rocío sonriente con una torta y una vela, Cabré abrazándola, y a su lado, Rufina, iluminando la escena con su alegría.
El mensaje continúa con palabras que no tardan en llenar de emoción a sus seguidores: “Gracias por ser la persona que sos, conmigo y con Rufi. Gracias por amarme, por cuidarme, gracias por escuchar, por compartir, por hacerme reír, por hacerme soñar”. Y antes de cerrar, Cabré dejó en claro lo que siente: “Disfrutá de tu día, hermosa de mi corazón. Te amo, mi amor, y que lo cumplas feliz”.
A diferencia de otras parejas del mundo del espectáculo, Cabré y Pardo viven su relación con naturalidad, lejos de los flashes y el estruendo mediático. No necesitan grandes declaraciones ni escándalos para demostrar lo que sienten. Se los ve felices, plenos, compartiendo con Rufina momentos que quedarán en la memoria de los tres.
Tokio fue testigo de su amor, de su pasión por el running y de su vida en familia. Una travesía que no solo lo llevó a completar una de las maratones más exigentes del mundo, sino que también reafirmó lo esencial: la felicidad está en cada abrazo, en cada beso al costado del camino, en cada “Dale, papá” que resuena en el alma.
