Benedicto López, el menor de los hijos de Wanda Nara y Maxi López, cumplió 13 años en medio de la escandalosa separación de su mamá con Mauro Icardi. Con la intención de que disfrute a pleno su día, Nara armó las valijas y se fue a la costa para pasar un tiempo en familia.
Cabe destacar que ese es el primer aniversario que Benedicto no celebra en conjunto con Mauro, quien casualmente cumple el día anterior, y, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, Maxi participa del festejo a la distancia. A pesar de los kilómetros que hay entre ellos, fue el primero en saludarlo en las redes sociales y le dedicó varias historias en este día especial.
La primera es del viaje a Suiza que hicieron por las fiestas. “Feliz cumple hijo”, escribió junto a la fotografía en el centro de esquí y luego sorprendió con una foto retro: Benedicto de pequeño, tomado de la mano por su papá, volviendo del colegio. “Feliz cumple al más compañero”, cerró López junto a un video caminando con Elle, la hija que tiene con Daniela Christiansson.
Por otro lado, Wanda fue un poco más allá y llenó sus historias de Instagram con fotografías de su hijo a lo largo de los años, mostrando el paso del tiempo, la relación con sus cuatro hermanos, las rutinas diarias, los viajes y muchos momentos en familia. En una fotografía, dándole un beso en la mejilla a su hijo, escribió: “Benedicto. Feliz cumpleaños amor de mi vida. Te amo con toda mi alma y siempre va a estar mamá para cuidarte”.
“Benedicto 13″ fue todo lo que agregó en el video de los regalos, que no pasaron desaparecidos, puesto que se trata de tres vehículos para manejar en la arena y nuevamente el joven está usando la camiseta suplente de la selección argentina con el 9 en la espalda, que alguna vez utilizó Mauro Icardi. Luego de estos mensajes de amor, la conductora de Bake Off Famosos hizo las palabras a un lado y dejó que las fotos y videos hablen por ella.
En estos 13 años de vida, Benchu, apodo que usa la familia, vivió en la ciudad de Milán donde nació, en París, en Estambul y ahora en Buenos Aires, por lo que las fotos que seleccionó Nara para este día especial muestra a la perfección no solo como se adaptó a todos los cambios sino por la alegría que contagió en sus hermanos.
En la vasta colección de recuerdos familiares que Wanda Nara eligió para celebrar el cumpleaños de su hijo menor, Benedicto, cada imagen es un testimonio de instantes compartidos, de risas capturadas y de ese vínculo indisoluble que la une a sus hijos.
En una de las primeras fotografías, la empresaria se muestra de pie en un campo de césped, rodeada por tres de sus hijos. La noche oscura contrasta con la luz que ilumina la escena, mientras los niños, vestidos con ropa deportiva, sonríen a la cámara, congelando en una imagen un momento efímero pero significativo.
Otra postal nos transporta a un parque de diversiones, donde Wanda se sienta en unas escaleras con cuatro de sus hijos. Un cartel azul con la palabra “SORTIE”, que indica la salida en francés, sugiere que se encuentran en un parque europeo. En el fondo, juegos mecánicos y árboles sin follaje refuerzan la sensación de un día frío pero cálido en compañía.
Las imágenes avanzan como un álbum en movimiento. En una de ellas, Valentino, Constantino y Benedicto se abrazan y sonríen con complicidad. Uno de ellos lleva puesta la camiseta del AC Milan, mientras los otros, sin camisa, dejan ver su alegría despreocupada. La luz natural entra suavemente por la ventana, creando un ambiente de hogar y de unión.
El álbum continúa con una escena de paseo en bicicleta por un parque frondoso, donde Wanda pedalea junto a sus hijos. Valentino luce con orgullo la camiseta de River Plate, mientras dos niñas más pequeñas montan bicicletas rosadas con detalles de estrellas. El sol ilumina el verde del césped y el cielo despejado enmarca el paseo familiar.
Pero la esencia de su vida en Italia se refleja con fuerza en la imagen tomada frente al Duomo de Milán. Allí, Wanda se rodea de sus hijos, las pequeñas con vestidos rosas y zapatillas deportivas. El fondo, majestuoso, recuerda que este lugar se ha convertido en una pieza central de su historia.
En una fotografía más íntima, se la ve sentada en un banco junto a sus hijos vestidos con uniformes escolares en tonos azul y rojo. A su lado, mochilas y bolsas descansan en el suelo, mientras una cerca de metal y un seto verde cierran el cuadro.
Otra imagen que no pasa desapercibida muestra a tres niños sentados en una escalera beige, vistiendo los uniformes del Paris Saint-Germain (PSG), club en el que jugó Icardi entre 2019 y 2022. Con medias largas y botines deportivos grises, sostienen un balón negro con la palabra París. Sus expresiones son serias, como si se prepararan para un partido decisivo.
Pero la alegría infantil también se plasma en la imagen de los niños disfrazados de personajes de Star Wars en un jardín. Dos de ellos, convertidos en stormtroopers, posan con sus armas de juguete, mientras otro, en el rol de Darth Vader, refuerza la escena con un maquillaje oscuro. Dos niñas, vestidas como Rey Skywalker, completan el elenco galáctico. Un perro se asoma entre la vegetación, como si también fuera parte de la aventura.
El recorrido visual continúa en la terraza de un edificio con vista al Estadio Giuseppe Meazza, casa del Inter y de Mauro entre 2013 y 2019. Allí, sentados sobre una manta a cuadros rojos y blancos, los niños, sin camisa, brindan con vasos de vidrio. Wanda sostiene a un bebé en brazos, mientras otra mujer rubia sonríe junto a ellos. La luz del atardecer cubre la escena con un tono dorado.
Los momentos más apacibles quedan reflejados en la cubierta de un yate, donde cinco niños, descalzos, contemplan el mar. Las montañas y casas en el horizonte sugieren un destino de ensueño, mientras las olas dibujan un vaivén sereno.
Finalmente, el recorrido visual cierra con una imagen en un estadio de fútbol. Una de las niñas sostiene una copa dorada, mientras otra, con un vestido rosa, lleva un collar de cuentas. Los niños, vestidos con ropa deportiva, posan junto a Wanda. A sus espaldas, el campo de juego y las gradas iluminadas enmarcan la escena de una victoria simbólica.
Cada imagen, cada sonrisa y cada escenario es un reflejo de la vida de Wanda Nara: una amalgama de glamour, ternura y momentos compartidos con quienes más ama.
