Trabajó como periodista y tuvo un romance con Carmen Barbieri: el costado menos conocido de Guillermo Francella

El actor, que este 14 de febrero está cumpliendo 70 años, se convirtió en un referente de la Argentina pero nunca fue muy afecto a compartir su vida privada

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Guillermo Francella
Guillermo Francella

Lo echaron apenas terminó la temporada de verano. Guillermo Francella había estudiado periodismo en el Grafotécnico. En realidad, siempre había querido ser actor. Pero tenía que seguir alguna carrera para poder complacer a su padres, que le explicaron que además de tomar clases de teatro tenía que buscar algo que le diera de comer. Y como durante los últimos años del colegio secundario no tenía muy claro que hacer después, se decidió por las noticias, imaginando que se iba a convertir en un presentador de televisión y que iba a poder hacer uso de su capacidad oral frente a una cámara. Pero a los 20 años terminó trabajando en la Revista Gente, bajo la dirección de Chiche Gelblung, gracias a un amigo de su tío que fue quién lo entrevistó: el célebre Alfredo Serra. Sin embargo, no bien concluyó su período de prueba de tres meses y regresaron los redactores del plantel estable, le dieron las gracias y lo despidieron sin llegar a publicarle ninguna crónica.

Según le explicaron los responsables de la revista, en la que solo se había encargado de oficiar de cadete, le hicieron “un favor” al no contratarlo. Estaba claro que lo de Francella era estar del otro lado, del lado de las estrellas y no de los que escriben sobre ellas. Así que, mientras se ganaba la vida como vendedor en una boutique, agente de seguros o empleado en una inmobiliaria, puso foco en lo suyo y empezó a hacer teatro off. Fue entonces cuando conoció a Carmen Barbieri, quien ya era una figura reconocida dentro del ambiente artístico. Él nunca habló abiertamente de este romance, que de todas formas quedó registrado en algunas fotografías de la época. Y es más: según la capocómica que sí se encargó de blanquearlo en distintas entrevistas que brindó en los medios, en la actualidad él hasta se pone incómodo cuando se la cruza en algún evento. Pero lo cierto es que Guillermo mantuvo un noviazgo de dos años con ella. Y que fue un amor sin papeles ni convivencia, pero sí muy intenso.

Por lo demás, la vida sentimental del actor no tuvo grandes sobresaltos. De soltero fue “muy mujeriego”. Pero en 1989 se casó con la azafata María Inés Breña, con quien tuvo a sus dos hijos: Nicolás, nacido en 1990, y Johanna, quien llegó al mundo en 1993. No hubo escándalos públicos ni rumores que afectaran su matrimonio hasta que, a fines de 2024, se conoció la noticia de su separación. Se habló del desgaste típico de una pareja de tantos años. Y de una relación cordial más allá de la ruptura. En ese momento, Francella buscó contención en su amigo Gabriel Goity, con quien se lo vio compartir varias salidas. Y, más allá de los rumores que aseguran que uno u otro podrían estar iniciando alguna nueva relación, lo concreto es que ninguno de los dos oficializó ningún romance hasta el momento.

Francella junto a sus hijos,
Francella junto a sus hijos, Nicolás y Johanna, y su ex esposa Marynés

Canchero, simpático y comprador, además de un poquito chanta, Francella -o mejor dicho la imagen que la gente se hizo de él a partir de sus personajes- representa al típico argentino. No por nada, fue elegido para ponerle su voz a Muchachos, la película de la gente, que muestra cómo se vivió el Mundial de Qatar 2022 desde la perspectiva de los hinchas. Él, por su parte, es fanático de Racing, al punto de interrumpir las grabaciones durante el horario de los partidos. E impuso el latiguillo que había usado por primera vez en la película Extermineitors 3 de 1991 y luego en Casados con hijos, que se grabó entre 2005 y 2006, para celebrar tanto el triunfo de la Selección Nacional como el de su adorado club en la Copa Sudamericana del 2024: “Hermosa mañana, ¿verdad?”.

Siempre cuidó de su cabello. Cuando era joven le gustaba usar melena larga, como la mayoría de los muchachos de su época, y hasta solía hacerse brushing y hasta la toca para mantenerlo lacio. De hecho, esos recuerdos le sirvieron luego de inspiración para componer a su personaje Enrique, el antiguo. Pero ya de grande, su preocupación pasó más que nada por evitar la calvicie. “Pierdo el pelo con creces, se me cae a pedazos aunque trato de mantenerlo. Pero puede ser peor si decidiera ponerme un gato muerto en la cabeza. Un amigo mío lo hizo y no me gustó para nada”, contó divertido en una entrevista.

“¡Francella!, ¡Francella!”, le gritaban en el aeropuerto internacional de La Habana, cuando en el año 2003 viajó como invitado al Festival Internacional de Cine Latinoamericano. El actor no podía creerlo. Sabía que el éxito de Poné a Francella había llegado a Cuba, pero no se imaginaba que contaba con tantos fanáticos en la isla. Ni que se iba a tener que pasar horas firmando autógrafos cada vez que entrara y saliera de su hotel. Pero así fue. De hecho, el mismísimo Fidel Castro quiso conocerlo. Y, un día antes de que regresara a la Argentina, lo recibió en su despacho con unos mojitos para agradecerle que “le sacara una sonrisa” a su gente en momentos difíciles.

Aunque hoy su apellido es reconocido a nivel internacional, el actor recuerda que en sus primeros castings los productores y directores no podían recordarlo. “Franela, Francala, ¿cómo era que te llamabas?”, le decían cuando lo convocaban para sus primeros bolos. En la actualidad, sin embargo, Francella reconoce que por momentos desearía poder ir a cenar a algún lugar sin escuchar cómo todos a su alrededor corean su nombre. Algo que, simplemente, le resulta imposible.

Guillermo y su hijo alentando
Guillermo y su hijo alentando a la Selección Nacional

“Yo vivo de lo que amo, eso es una maravilla y no todo el mundo lo puede hacer. Es de elegidos. Tuviste una vocación de jovencito y la pudiste llevar a cabo, y vivís bien, regular, mal, muy bien, no importa; vivís de lo que amas. Ya eso es un privilegio. Yo me siento muy feliz porque hago esto hace cuatro décadas y lo amo, me ha ido fantástico y todo. Ahora, costo beneficio es más beneficio que costo, pero el costo existe y es alto”, reconoció el actor, que este viernes está cumpliendo sus 70 años.

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