Sandra y Nano, en el centro del conflicto en Gran Hermano: acusaciones y estrategias enfrentadas

Una disputa por el teléfono rojo, clave del reality, desató una confrontación verbal entre los participantes

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Tensión en GH por el teléfono rojo

En medio de la gala de nominaciones de Gran Hermano (Telefe) se vivió uno de los momentos más tensos de la edición actual del reality. Un enfrentamiento entre Sandra Priore y Giuliano Nano Vaschetto acaparó la atención de los espectadores y marcó un punto álgido en la convivencia dentro de la casa. La disputa se originó por el acceso al teléfono rojo, un elemento clave del juego que puede otorgar beneficios a quien lo atienda primero.

El conflicto comenzó cuando Sandra relató en el confesionario que Nano se posicionó de manera intimidante junto a ella para asegurarse de ser el primero en contestar el teléfono. Visiblemente afectada, la participante expresó su enojo y aseguró sentirse “patoteada” por su compañero. “¿Quién se cree que es? Me tiene harta”, declaró entre lágrimas, mientras explicaba que no toleraría actitudes de intimidación dentro del juego. Estas declaraciones marcaron el inicio de una serie de intercambios verbales que escalaron rápidamente.

El enfrentamiento no se limitó al confesionario, ya que tras la nominación de la participante, la discusión continuó en el living de la casa, donde otros participantes intervinieron. Brian Alberto y Lourdes le brindaron su apoyo cuando Nano la acusó de haberle gritado durante el altercado. En su defensa, el señalado negó haberla agredido físicamente y afirmó que su intención era competir por el teléfono, no intimidarla. “Dale, te disculpo por el grito, pero seguís mintiendo, yo no te peché”, sostuvo el participante.

La sanción de Gran Hermano a Jenifer Lauría

La tensión aumentó cuando Nano, durante la nominación espontánea, le otorgó dos votos a Sandra y la acusó de victimizarse, ya sea por cuestiones de género o por la diferencia generacional entre ambos. “Me gritó y me dijo un montón de cosas. Yo no la agredí, simplemente fue competir”, explicó el joven al conductor del programa, Santiago del Moro, quien moderó la situación en vivo.

Durante la discusión, Sandra afirmó que Gran Hermano había sido testigo de lo ocurrido y que incluso le había pedido que se calmara. “A mí no, Giuliano, porque Gran Hermano te escuchó. ¿Sabés lo que me dijo recién? ‘Calmate, vi todo’. Vos a mí no me vas a venir a amenazar ni ningún hombre en esta casa”, exclamó Sandra, visiblemente molesta. Por su parte, Nano respondió que sus palabras estaban siendo tergiversadas y negó haberla intimidado físicamente. “Te paraste así, pecheándome. Ya los pecheás a los pibes. ¿A mí? No, Giuliano”, replicó Sandra, mientras Nano, con tono irónico, le preguntaba si ahora se victimizaría por la situación.

Tras ello, Sandra increpó a Nano por haber pasado tiempo junto al teléfono rojo, al insinuar que su actitud era obsesiva. “Estuviste todo el otro día al lado del teléfono como un pelot...”, dijo ella, a lo que Nano respondió pidiéndole que continuara insultándolo. En un tono sarcástico, Sandra agregó: “¿Ah, no tenés pelotas? Perdón. Disculpame”. Este intercambio dejó en evidencia la profunda división entre ambos participantes y la dificultad para resolver sus diferencias.

Santiago, el líder de Gran Hermano, decidió bajar a Katia de la placa y subir a Chiara

Tras el enfrentamiento, la dinámica de nominaciones continuó con normalidad. La placa de nominados quedó conformada por Luciana Martínez, Giuliano Vaschetto, Juan Pablo De Vigili, Jenifer Lauría, Brian Alberto, Chiara Mancuso, Claudio Di Lorenzo y Ulises Apóstolo. Este resultado se definió en gran parte por los movimientos estratégicos de Santiago Algorta, quien ostenta el liderazgo de la semana.

El conflicto entre Sandra y Nano no solo generó un impacto dentro de la casa, sino que también dividió opiniones entre los seguidores del reality en redes sociales. Mientras algunos apoyan a Sandra por denunciar actitudes que considera intimidatorias, otros defienden a Nano, argumentando que su comportamiento responde únicamente a la competitividad del juego. Lo cierto es que este enfrentamiento marca un antes y un después en la convivencia de los participantes, al dejar en evidencia las tensiones que surgen en la lucha por mantenerse en el programa.

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