Entre paisajes tranquilos y días de verano, Jimena Cyrulnik y su esposo, Facundo, se instalaron en una chacra ubicada sobre la ruta 104, cerca de Manantiales, a kilómetros de Punta del Este. La pareja llegó con la intención de disfrutar de unos días de descanso entre la playa y el campo antes de regresar a Buenos Aires.
En los primeros días, con el sol asomándose tímidamente entre las nubes, la conductora aprovechó para disfrutar de la arena y el mar del lugar. Súper relajada, mientras lucía una bikini negro a tono con las tendencias de la temporada y un sombrero de ala ancha beige que le daba un toque elegante, su sonrisa iluminaba la escena.
En otra de las fotos, posó de perfil, sosteniendo con delicadeza el ala de su sombrero mientras miraba hacia el horizonte. Su cabello, recogido en una cola de caballo, se movía apenas con el viento, y el entorno natural, con la inmensidad de la playa a sus espaldas, reforzaba una atmósfera de serenidad.
No todo fue playa. Jimena con su marido, Facundo, decidieron explorar la zona rural recorriendo caminos de tierra en moto. Durante uno de esos paseos, Cyrulnik fue fotografiada abriendo el portón de madera de la chacra donde se alojaban. En la imagen, llevaba un minivestido blanco ajustado que resaltaba su figura y unas zapatillas cómodas, perfectas para los recorridos improvisados. Su estilo contrastaba con la rusticidad del entorno, donde los pinos y arbustos enmarcaban la escena, capturando la naturalidad y frescura que la caracterizaban.
En una de las últimas imágenes, ya cuando se preparaban para volver a Buenos Aires, se la veía en el asiento del acompañante de su camioneta, despidiéndose con una amplia sonrisa mientras saludaba a la cámara. A su lado, su marido al volante, mostraba un gesto tranquilo, y en la parte trasera del vehículo llevaban la moto con la que habían recorrido los alrededores.
Aunque su estadía fue más breve de lo esperado, el paso de la exmodelo por Punta del Este dejó una serie de postales únicas. Cabe recordar que apenas días antes, ambos habían protagonizado una impresionante aventura al cruzar los Andes a caballo desde Mendoza. “Mi marido estaba buscando ir a ver las auroras boreales”, relató Jimena a Teleshow. Sin embargo, sus planes tomaron un giro inesperado cuando se toparon con una cabalgata por la Cordillera de los Andes.
“Nada que ver, nada que ver, pero terminamos ahí, a caballo entre las montañas”, confesó. Durante cinco días, junto a un grupo de más de veinte personas de diversas nacionalidades, atravesaron paisajes deslumbrantes liderados por Darío Gallardo, un baqueano experto que lideró su grupo. Jimena, aunque no es jinete profesional, destacó la valentía de su caballo, Micky, y la precisión de Moñito, el ejemplar de Facundo, que hicieron posible la travesía.
Tras esa inolvidable experiencia, Jimena y Facundo buscaron en la exclusiva localidad uruguaya un espacio de calma, iniciando su estadía con días de playa. Pese a la brevedad de sus días allá, el paso de la actriz por Punta del Este fue un complemento perfecto a su inicio de año aventurero. Desde las montañas de los Andes hasta las playas uruguayas, cada experiencia reflejó su espíritu inquieto y su capacidad para disfrutar tanto de la naturaleza como de los momentos más simples.
La pareja se casó en mayo del año pasado en una ceremonia íntima. “Nos queríamos casar y tomamos la decisión. Fuimos al registro civil, pedimos fecha y pasamos a dar el ‘Sí’. Fui cuidadosa para que nadie se enterara y pudiéramos estar ahí solos”, aseguró, en diálogo con Teleshow en aquel momento. “El sábado hicimos como una comida así, superinformal, con algunos amigos, muy relajado, donde se pudo disfrutar de música, risas y bailes en un ambiente completamente descontracturado, y donde incluso se formó un pogo alrededor de Mashiaj”, dijo acerca de la famosa canción que no puede faltar en ninguna fiesta judía y destacó que el tema “no tenía ningún otro significado espiritual”.
Crédito: RS Fotos