Con más de veinte años de carrera en el mundo del espectáculo, Karina La Princesita se convirtió en una referente de la movida tropical. Desde su irrupción siendo una adolescente, el público siguió sus pasos tanto en el ámbito profesional como en el personal. Bailó sus canciones, celebró sus éxitos y la arropó en los momentos más tristes. Y en eso mucho tuvo que ver su personalidad, transparente y empática, hablando sin filtros y a corazón abierto de cuestiones íntimas como el amor y el dolor y haciendo parte a sus fanáticos de los momentos más divertidos de su carrera.
En su paso por La noche perfecta, la intérprete recordó junto a Sebastián Wainraich dos anécdotas bien diferentes, pero unidas por la espontaneidad de su relato. Primero llevó al estudio un viaje a Punta Cana con una amiga, en plan de olvidar penas. “Era el primer viaje sola después de estar triste un tiempo y quería emborracharme”, admitió sin vueltas.
Dispuesta a cumplir su objetivo, se pidió un tequila, pero sintió que no le hacía efecto. “Te lo rebajan con agua”, sospechó y pidió otro. Y un tercero. Su amiga trataba de frenarla y le advirtió que el alcohol podía tardar en hacerle efecto, pero Karina estaba empecinada. Probó con una cerveza y, como no pasaba nada, volvió al tequila. Y el efecto llegó. “A la media hora me daba vuelta todo y no lo podía frenar. Me tiré en el piso del baño y me quedé ahí: me dormí y me desperté al otro día”.
Más adelante, la intérprete de “Con la misma moneda” repasó su actuación contratada por los más grandes futbolistas de la historia. Sí, Karina cantó en el casamiento de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo, al que asistió con su entonces pareja, Sergio Kun Agüero, uno de los grandes amigos del rosarino. “Estaban Neymar, Shakira, y estábamos nosotros cantando con la banda, estuvo muy bueno”, resumió. A continuación, también contó que estuvo en un show a banda completa en la casa de Diego Maradona. Y un poco por la cercanía, y otro poco por la admiración, dijo que no cobró ni un peso en ambos casos. “Che, llamen a Karina, que no te cobra”, bromeó el conductor a modo de cierre, cosechando las risas de todos en el estudio.
Una artista en carne viva
Además de esta faceta histriónica y divertida, Karina suele hablar sin filtro sobre sus problemas de salud. En reiteradas oportunidades reconoció haber sufrido síntomas de depresión y ataques de pánico, los hizos visibles para intentar concientizar sobre una enfermedad muchas veces silenciosa. Semanas atrás, se mostró en sus redes con los ojos enrojecidos y el rostro bañado en lágrimas, para dejar al descubierto su dolor, lo que encendió las alarmas entre sus seguidores sobre una posible recaída.
“A veces la cago. Soy débil, no la tengo clara ni un poco. Hago lo que puedo y me equivoco un montón”, confesó en un mensaje que reflejaba una profunda vulnerabilidad. La preocupación fue inmediata, avalada por expresiones similares de la intérprete de “Corazón mentiroso”, como ella reconoció hace un año.
“A veces las heridas de la infancia y lo que nos tocó vivir, nos marcan. Puede que esas heridas nos acompañen a lo largo de nuestra vida, así tengamos una vida para muchos, soñada. Hoy, con todo eso, me acepto y me abrazo. Abrazate de vez en cuando”, compartió en sus redes tiempo atrás, al momento de dejar entrever el peso emocional que arrastraba desde hacía un largo tiempo y no lograba hacerlo visible.