La revolución de la inteligencia artificial en 2025 revela un cambio que aún no llega a todas las empresas

Aunque la mayoría de la organizaciones ya usan inteligencia artificial, el verdadero impacto empresarial y los desafíos para escalar su valor están en el centro del último informe de McKinsey

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El informe de McKinsey revela
El informe de McKinsey revela que el 88% de las empresas ya utiliza inteligencia artificial en al menos una función de su negocio (Imagen Ilustrativa Infobae)

En 2025, la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta habitual en el entorno empresarial global. Según el último informe de McKinsey, el 88% de las organizaciones afirma utilizar IA en al menos una función de su negocio, lo que representa un crecimiento respecto al año anterior. Sin embargo, este avance no implica una integración profunda ni beneficios transformadores para la mayoría de las empresas: solo un tercio ha logrado escalar la IA a nivel organizacional, mientras que el resto permanece en fases de experimentación o pruebas piloto.

La expansión de la IA es visible en casi todos los sectores y regiones, con datos recogidos entre junio y julio de 2025 en 105 países. El uso de agentes de IA —sistemas basados en modelos fundacionales capaces de planificar y ejecutar múltiples pasos en flujos de trabajo— ha despertado un interés particular.

El 62% de las empresas ya experimenta con estos agentes, aunque solo el 23% ha comenzado a escalar su uso en alguna función empresarial. Incluso entre quienes han avanzado, la adopción suele limitarse a una o dos áreas, y en ningún caso más del 10% de las organizaciones reporta una integración a gran escala de agentes de IA en funciones individuales.

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Solo un tercio de las organizaciones ha logrado escalar la inteligencia artificial a nivel organizacional, según datos de 2025 (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los sectores de tecnología, medios, telecomunicaciones y salud lideran la adopción de agentes de IA, especialmente en áreas como gestión de TI y conocimiento. En estos campos, los casos de uso más frecuentes incluyen la automatización de servicios de soporte y la investigación avanzada.

No obstante, la mayoría de las empresas, en particular las pequeñas y medianas, aún no ha logrado incorporar la IA de manera transversal en sus procesos. Las grandes corporaciones, con ingresos superiores a USD 5.000 millones, muestran una mayor capacidad para escalar la IA: cerca de la mitad de ellas ha superado la fase piloto, frente al 29% de las empresas con menos de USD 100 millones en ingresos.

El informe de McKinsey subraya que, aunque la IA ha mejorado la innovación y la satisfacción de empleados y clientes en muchas organizaciones, el impacto financiero global sigue siendo limitado. Solo el 39% de las empresas atribuye algún efecto en su resultado operativo (EBIT) al uso de IA, y la mayoría de estos casos representa menos del 5% del EBIT total.

Los beneficios más tangibles se observan en la reducción de costos en áreas como ingeniería de software, manufactura y TI, así como en el aumento de ingresos en marketing, ventas, estrategia y desarrollo de productos.

Los sectores de tecnología, medios,
Los sectores de tecnología, medios, telecomunicaciones y salud lideran la adopción de agentes de inteligencia artificial en gestión de TI y conocimiento (imagen ilustrativa Infobae)

La diferencia más marcada se encuentra entre las empresas denominadas “altos desempeñadores”, que representan apenas el 6% de la muestra. Estas organizaciones han logrado un impacto significativo de la IA en su rentabilidad y valor empresarial.

Según McKinsey, los altos desempeñadores no solo buscan eficiencia, sino que establecen objetivos ambiciosos de crecimiento e innovación. El 50% de ellos planea utilizar la IA para transformar radicalmente su negocio en los próximos tres años, una proporción tres veces mayor que la del resto de las empresas.

Tara Balakrishnan, asociada de McKinsey, destaca que “las organizaciones líderes no solo ven mejores resultados en automatización, sino que rediseñan procesos y experiencias para capturar nuevas formas de valor”. Este enfoque se traduce en una mayor capacidad para escalar la IA, rediseñar flujos de trabajo y alinear a los empleados con una visión transformadora.

Además, los altos desempeñadores suelen contar con líderes comprometidos que impulsan activamente la adopción de la IA, invierten más en talento y tecnología, y aplican prácticas avanzadas como la validación humana de los resultados de los modelos.

El éxito de la IA, según Alexander Sukharevsky, socio de McKinsey, “requiere una agenda audaz, impulsada por la innovación y la transformación”. Estas empresas también son más propensas a identificar y mitigar riesgos asociados a la IA, como la inexactitud, la privacidad, el cumplimiento normativo y la propiedad intelectual. De hecho, el 51% de las organizaciones ha experimentado al menos una consecuencia negativa relacionada con la IA, siendo la inexactitud el riesgo más reportado y gestionado.

Un 32% de los encuestados
Un 32% de los encuestados prevé una reducción de la plantilla en el próximo año debido a la IA (Imagen Ilustrativa Infobae)

En cuato al impacto en el empleo, las expectativas son diversas. Un 32% de los encuestados prevé una reducción de la plantilla en el próximo año debido a la IA, mientras que un 13% anticipa un aumento. La demanda de perfiles técnicos, como ingenieros de software y especialistas en datos, continúa creciendo, especialmente en las grandes empresas, que duplican la contratación de estos roles respecto a las más pequeñas.

El informe de McKinsey concluye que, aunque la IA se ha generalizado, su potencial transformador aún no se ha materializado plenamente en la mayoría de las empresas.

La experiencia de los altos desempeñadores sugiere que el verdadero valor de la inteligencia artificial surge cuando se adopta una visión estratégica y se apuesta por la innovación y el rediseño organizacional.

Solo así, la inteligencia artificial podrá convertirse en un motor real de competitividad y crecimiento sostenible.