¿Tu PC inicia lento? Así puedes evitar los programas en segundo plano

Optimizar el arranque depende de identificar qué programas se ejecutan automáticamente y ajustar su configuración según las necesidades de cada usuario

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El inicio de Windows puede
El inicio de Windows puede verse afectado por aplicaciones que se ejecutan automáticamente. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un inicio lento en la computadora puede convertirse en una molestia diaria para quienes utilizan Windows 10 o Windows 11. La causa suele estar en la cantidad de programas en segundo plano que se ejecutan automáticamente al encender el sistema, muchos de los cuales no son esenciales y consumen recursos valiosos.

Existe una solución sencilla y al alcance de cualquier usuario: deshabilitar aplicaciones de inicio innecesarias desde las propias herramientas del sistema operativo, lo que permite optimizar la velocidad de arranque y mejorar la experiencia de uso.

Al instalar aplicaciones como Discord, Steam o Spotify, estas suelen configurarse para arrancar junto con Windows, independientemente de si el usuario las necesita de inmediato. Este comportamiento no se limita a programas de entretenimiento; muchas aplicaciones aprovechan la rutina de inicio para ejecutarse en segundo plano, lo que puede ralentizar el arranque del equipo y ocupar memoria RAM y capacidad de procesamiento.

Aunque algunos programas deben permanecer activos desde el inicio —como los antivirus, las herramientas de copia de seguridad y sincronización, o el software de la cámara web—, la mayoría puede desactivarse sin afectar el funcionamiento general del sistema.

Deshabilitar programas de inicio innecesarios
Deshabilitar programas de inicio innecesarios ayuda a mejorar el rendimiento del sistema operativo y liberar recursos. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Distinguir entre las aplicaciones que conviene mantener y las que se pueden deshabilitar es fundamental. Los programas de seguridad, las utilidades de respaldo y sincronización, y los controladores de dispositivos esenciales deben seguir activos al inicio para garantizar la protección y el correcto funcionamiento del equipo.

Por el contrario, aplicaciones de mensajería, reproductores de música o herramientas que no se utilizan a diario suelen ser candidatas ideales para desactivar, ya que su presencia en el arranque solo retrasa el acceso al escritorio y reduce el rendimiento general.

Para quienes desean tomar el control sobre los programas en segundo plano, Windows 10 y Windows 11 ofrecen dos métodos principales.

Configuración del sistema

Uno de los métodos consiste en acceder a la Configuración del sistema. Desde el menú de inicio, basta con dirigirse a Configuración o Settings, seleccionar Aplicaciones (Apps) y luego la sección Inicio (Startup). Allí se despliega una lista de todas las aplicaciones configuradas para ejecutarse automáticamente.

Configuración de Windows. (Infobae América)
Configuración de Windows. (Infobae América)

Cada una cuenta con un interruptor que permite activarla o desactivarla, así como un indicador que señala su impacto en el inicio: sin impacto, bajo, medio o alto. Este indicador refleja cuánto afecta cada programa al tiempo de arranque, por lo que conviene priorizar la desactivación de aquellos con impacto alto o medio. Para deshabilitar una aplicación, solo es necesario mover el interruptor correspondiente.

Administrador de tareas

El otro método implica el uso del Administrador de tareas, una herramienta que facilita la gestión de los programas de inicio. Para acceder, se debe hacer clic derecho en una zona vacía de la barra de tareas y seleccionar Administrador de tareas. También puedes pulsar Control + Alt + Suprimir y elegir la opción de administrador de tareas.

En Windows 10, la pestaña relevante es Inicio (puede requerir hacer clic en Más detalles), mientras que en Windows 11 se denomina Aplicaciones de inicio (Startup apps). Desde esta ventana, es posible ordenar la lista de programas por nombre, editor, estado de inicio o impacto en el arranque.

Administrador de tareas. (Infobae América)
Administrador de tareas. (Infobae América)

Para desactivar una aplicación, se hace clic derecho sobre ella y se elige la opción Deshabilitar. El sistema reflejará el cambio en la columna de estado, permitiendo al usuario comprobar qué programas permanecen activos y cuáles no.

Recomendaciones de seguridad

Al gestionar las aplicaciones de inicio, es recomendable deshabilitar solo una a la vez y reiniciar el equipo para asegurarse de que el sistema funciona correctamente sin ese programa. Si surge algún inconveniente, siempre se puede volver a habilitar la aplicación desde la misma pantalla.

En caso de encontrar programas desconocidos, el Administrador de tareas ofrece la opción de consultar sus propiedades, donde se puede revisar la descripción y el número de versión. Además, la función de búsqueda en línea permite obtener información adicional sobre cualquier aplicación, ayudando a decidir si conviene o no impedir su ejecución automática.

La clave para optimizar el arranque de Windows reside en analizar el impacto de cada programa y apoyarse en la información disponible para tomar decisiones informadas. Así, cada usuario puede adaptar el inicio de su PC a sus necesidades reales, logrando un sistema más ágil y eficiente desde el primer momento.