Guardar
Es una serie que ha
Es una serie que ha sido galardonada con múltiples premios. (Foto: Breaking Bad)

El reconocimiento público de Bryan Cranston a las nuevas restricciones de OpenAI en su modelo Sora 2 marca un punto de inflexión en la relación entre la inteligencia artificial y los derechos de imagen en la industria audiovisual.

El actor, conocido por sus papeles en Breaking Bad y Malcom, celebró la implementación de controles que impiden la utilización no autorizada de la voz y la imagen de profesionales del sector en videos generados por inteligencia artificial.

Cómo el uso de videos generados con IA afectó la imagen de los actores

El lanzamiento de Sora 2 a finales de septiembre introdujo capacidades avanzadas para la generación de paisajes sonoros realistas, sincronización precisa de diálogos y efectos de sonido, así como una mayor destreza para seguir instrucciones complejas y simular las leyes físicas del mundo real.

Es un modelo de creación
Es un modelo de creación de la compañía que fue mejorado recientemente. (Foto: OpenAI)

Estas mejoras técnicas permitieron que, en poco tiempo, circularan en redes sociales videos protagonizados tanto por personajes ficticios como Bob Esponja, Super Mario o Pikachu, como por actores reales, quienes en muchos casos no habían dado su consentimiento para la reproducción de su imagen o voz.

Bryan Cranston fue uno de los intérpretes afectados por la aparición de videos en los que su figura era replicada sin autorización. Ante esta situación, trasladó su inquietud al sindicato estadounidense SAG-AFTRA y, posteriormente, expresó su agradecimiento a OpenAI por las medidas adoptadas.

En un comunicado conjunto, el actor manifestó: “Me preocupaba profundamente, no solo por mí, sino por todos los artistas cuyo trabajo e identidad pueden ser utilizados indebidamente de esta manera”, y valoró la política y el refuerzo de las medidas de seguridad de la compañía.

De qué forma Sora 2 controló el uso de imagen y voz sin autorización

La herramienta de OpenAI introduce
La herramienta de OpenAI introduce mejoras técnicas en generación de paisajes sonoros, sincronización de diálogos y simulación física. REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo

El acceso inicial a Sora 2 se realizó mediante invitación el 30 de septiembre. Tras la difusión de videos con personajes reconocidos, OpenAI modificó su política de derechos de autor para ofrecer a los titulares un control más detallado sobre la generación de personajes.

Estos controles permiten definir de manera específica el uso de sus creaciones o rechazar su utilización, siguiendo el modelo ya existente para la apariencia, que exige la aceptación voluntaria de la aparición. No obstante, estas primeras medidas resultaron insuficientes.

OpenAI reforzó entonces los mecanismos de protección para impedir la reproducción de voz e imagen cuando no existe consentimiento expreso.

Las protestas en Hollywood alertaron
Las protestas en Hollywood alertaron sobre la necesidad de regular el uso de esta tecnología. (Foto: REUTERS/Mario Anzuoni/File Photo)

Según declaraciones de SAG-AFTRA, “todos los artistas, intérpretes e individuos tendrán derecho a determinar si pueden ser simulados y cómo. Esta política refleja el compromiso de la compañía con los derechos de los artistas, la transparencia y el uso ético de la tecnología generativa. También, se ha comprometido a responder con prontitud a cualquier queja que pueda recibir”.

Por qué el uso de la inteligencia artificial genera dudas en la industria del cine

El avance de la inteligencia artificial en el ámbito audiovisual ha generado posturas encontradas dentro de la industria creativa. Mientras algunos profesionales ven en la IA una oportunidad para explorar nuevas formas de creación, otros alertan sobre el riesgo de que se desplace el valor del trabajo humano.

Los intérpretes sintéticos han sido
Los intérpretes sintéticos han sido rechazados por varios sectores. (Foto: Particle6/Handout via REUTERS)

El debate se intensificó durante la huelga de 2023 de la Writers Guild of America, donde la resistencia a la automatización fue uno de los ejes centrales. Además, la controversia alcanzó un nuevo nivel con la aparición de actores sintéticos.

En 2025, se presentó a Tilly Norwood, una actriz digital desarrollada mediante inteligencia artificial y promocionada como “la primera actriz sintética de Hollywood”. Su irrupción provocó la indignación de intérpretes y sindicatos como SAG-AFTRA, que consideraron el caso un ataque directo al empleo humano.

Tilly Norwood no solo participaba en anuncios y videos promocionales, sino que contaba con biografía, entrevistas ficticias generadas por IA y presencia en redes sociales.