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Tim Cook y Tiffany Trump
Tim Cook y Tiffany Trump caminan rumbo al banquete de estado en Reino Unido. (Reuters)

En el reciente banquete de Estado organizado para Donald Trump durante su segunda visita oficial al Reino Unido, la mesa se llenó de rostros clave en el mundo de la tecnología.

Entre los invitados destacados se encontraron Tim Cook (Apple), Jensen Huang (Nvidia), Satya Nadella (Microsoft), Ruth Porat (Alphabet y Google), Marc Benioff (Salesforce), Sam Altman (OpenAI) y el inversor David Sacks, actual responsable de IA y tecnologías cripto en la Casa Blanca. La presencia de estos líderes resaltó no solo su influencia, sino el nuevo peso estratégico que la innovación tecnológica está adquiriendo en la política y economía global.

La mesa tecnológica en Castillo de Windsor

Mientras que en ocasiones anteriores el glamour de Hollywood solía dominar las cenas presidenciales, esta vez los puestos principales estuvieron reservados para directivos de empresas tecnológicas.

Jensen Huang, CEO de Nvidia,
Jensen Huang, CEO de Nvidia, junto a otros invitados. (Reuters)

Entre conversaciones formales y los salones del Castillo de Windsor, los máximos responsables de compañías como Google, Microsoft, Nvidia y OpenAI compartieron espacio con figuras políticas y miembros de la realeza, evidenciando el cambio de prioridades de la diplomacia estadounidense y británica en la era de la inteligencia artificial.

La cita no fue un simple gesto protocolar: antecedió al anuncio del Tech Prosperity Deal, un pacto tecnológico sellado al día siguiente entre Estados Unidos y Reino Unido. La rúbrica de este acuerdo puso el foco en el desarrollo conjunto de inteligencia artificial, computación cuántica y energía nuclear civil, áreas definidas por los gobiernos como esenciales para el crecimiento científico, la seguridad energética y la economía del futuro.

Inversiones récord: tecnología y política se entrelazan

Las negociaciones y los anuncios vinculados al banquete dieron pie a compromisos de inversión sin precedentes por parte de las “big tech” estadounidenses. Los gigantes tecnológicos destinarán en conjunto 31.000 millones de libras (42.000 millones de dólares) en la expansión de infraestructuras vinculadas a la IA en el Reino Unido.

Trump y otros invitados en
Trump y otros invitados en el Banquete real en el Castillo de Windsor. (Reuters)

Entre los principales proyectos destacan la instalación por parte de Nvidia de 120.000 unidades de procesamiento gráfico a lo largo del país, la mayor expansión de su tipo en Europa. Además, 60.000 chips Grace Blackwell Ultra se desplegarán junto a Nscale, para dar soporte a iniciativas clave de OpenAI y para la construcción de un superordenador de inteligencia artificial a gran escala en colaboración con Microsoft.

El propio Satya Nadella detalló que la inversión de Microsoft alcanzará 22.000 millones de libras, con la mira puesta en infraestructuras cloud, centros de datos y desarrollo de supercomputadoras en localidades como Loughton, al noreste de Londres.

Google anunció, además, un plan de 5.000 millones de libras para nuevos centros de datos y el fortalecimiento de la investigación en inteligencia artificial, mientras que la compañía de cloud CoreWeave incrementará sus inversiones hasta los 2.500 millones de libras, financiando centros de datos energéticamente eficientes en colaboración con la escocesa DataVita.

Las políticas de Trump también se han centrado en el sector tecnológico, con la firma de órdenes para regular la inteligencia artificial y enfrentar empresas con programas DEI que considera ilegales. El tamaño y la naturaleza del banquete —donde sobresalieron los líderes de Silicon Valley por encima de celebridades tradicionales— ilustran, como señala TechCrunch, una transformación en las necesidades económicas de ambos países y en la influencia de la tecnología en la