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Critterz es el proyecto de
Critterz es el proyecto de OpenAI junto a una productora para la primera película hecha con IA. (Critterz)

La presencia de la inteligencia artificial en la industria del entretenimiento ha generado debates intensos en los últimos años. En medio de esas discusiones, OpenAI decidió dar un paso inédito: respaldar de manera oficial un largometraje animado desarrollado casi en su totalidad con herramientas de IA.

El proyecto, titulado Critterz, busca demostrar que es posible realizar una producción cinematográfica completa en tiempos más cortos y con presupuestos reducidos frente a los estándares de Hollywood.

La iniciativa nació como un experimento. Chad Nelson, creativo de OpenAI, realizó un cortometraje con Dall·E, el sistema de generación de imágenes de la compañía, que sirvió como semilla para un plan más ambicioso: un largometraje de 90 minutos.

Critterz será la primera película
Critterz será la primera película hecha con inteligencia artificial de OpenAI. (Critterz)

Ahora, el proyecto cuenta con el apoyo de la productora londinense Vertigo Films, del estudio Native Foreign —especializado en integrar IA y técnicas tradicionales— y de Federation Studios, encargado de la financiación.

Una historia en clave fantástica

Critterz narra la vida de un grupo de criaturas que habitan en un bosque y cuya rutina se ve interrumpida con la llegada de un ser extraño. Aunque el argumento sigue una línea clásica dentro del cine familiar, lo disruptivo radica en el método de producción. El equipo prevé completar el filme en apenas nueve meses, un plazo insólito para el sector, donde proyectos de este tipo suelen requerir entre tres y cuatro años.

El presupuesto también marca la diferencia. La película contará con menos de 30 millones de dólares, una cifra muy por debajo de los más de 150 millones que suelen destinar los grandes estudios de animación.

Critterz será la primera película
Critterz será la primera película hecha con inteligencia artificial de OpenAI. (Critterz)

Este enfoque de “bajo costo” pretende abrir una nueva ruta en la producción audiovisual, en la que la inteligencia artificial agilice tareas que tradicionalmente consumen mucho tiempo y recursos.

Un modelo híbrido de trabajo

El equipo de Critterz estará conformado por unas 30 personas. OpenAI pondrá a disposición sus modelos más avanzados —incluidos GPT-5, Dall·E y el generador de video Sora— para acelerar procesos de guion, diseño visual y animación.

Sin embargo, los creadores remarcan que no se trata de un reemplazo total del trabajo humano. Artistas, guionistas y actores de voz completarán los aspectos creativos para dotar a la película de autenticidad y sensibilidad narrativa.

OpenAI apoya este proyecto de
OpenAI apoya este proyecto de animación con IA. REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo

El esquema financiero también introduce una novedad: los participantes tendrán un modelo de reparto de beneficios, lo que busca equilibrar la inversión reducida con una compensación directa en caso de éxito comercial.

Estreno y expectativas

El lanzamiento de Critterz está previsto para mayo de 2026 en el Festival de Cannes, uno de los escenarios más prestigiosos del cine mundial. Posteriormente, se buscará asegurar una distribución internacional que garantice su llegada tanto a salas tradicionales como a plataformas de streaming.

Con este paso, OpenAI busca validar el modelo híbrido de producción en un contexto de máxima visibilidad. El éxito o fracaso del proyecto podría influir en el futuro del cine animado y en la percepción de la inteligencia artificial dentro de la industria cultural.

OpenAI busca demostrar que se
OpenAI busca demostrar que se puede animar en menos tiempo y con menos recursos. (AP Foto/Michael Dwyer, Archivo)

Polémicas en Hollywood

El respaldo de OpenAI a Critterz no está exento de controversias. En Hollywood, sindicatos de guionistas, actores y animadores mantienen la preocupación sobre el impacto de la IA en el empleo. Las huelgas de 2023, que incluyeron demandas de regulación para el uso de algoritmos en la creación de contenidos, reflejaron el temor a la automatización masiva.

A estas inquietudes se suman los debates legales sobre los derechos de autor de obras generadas con inteligencia artificial y la duda de si el público aceptará una película animada producida con estas herramientas. El cortometraje original de Chad Nelson no obtuvo consenso favorable, lo que añade presión al salto hacia el largometraje.